“El despliegue de color y destreza ecuestre representó una
deslumbrante maniobra de distracción que dio a las mujeres y niños tiempo para
arrear a los caballos robados hacia el noroeste y salir fuera del alcance de Huston.
Pese a sufrir numerosas bajas ,Joroba de Bisonte había llevado de vuelta a casa
, sanos y salvos, a la mayoría de los suyos”.
Jodye y Schilz. Citado en El Imperio de la luna de agosto.
SC Gwynne.
Hace unos días el inevitable gurú Bill Gates (aquel que
condiciona el desarrollo de una parte importante de las políticas mundiales en
materia de energía, educación o salud, por obra y gracia exclusivamente de su
dinero) , afirmaba con rotundidad en una entrevista en Reuter que la innovación definitivamente “ es nuestra amiga”. Pero, ¿qué innovación? Cuando pensamos en
el término Innovación en el mundo sanitario inevitablemente nos vienen a la
cabeza ciertas características esenciales: su origen ( norteamericano en un
alto porcentaje de las ocasiones), su ámbito de aplicación ( generalmente
hospitalario), su carácter tangible ( un aparato, una técnica o una droga, que
suele llevar vinculada una patente) y la existencia de un “dueño” (
generalmente una industria, habitualmente farmacéutica).
Si de lo que hablamos es de Tecnología no podemos evitar
pensar en un artilugio de última generación que simplifica la actividad humana
hasta hacerla innecesaria.
Aspiran a ser innovadores todos los servicios sanitarios,
todos los congresos científicos, todas las mesas redondas . Un ejemplo es el
título de alguna de los mesas redondas del último Congreso de “Cronicidad”
celebrado en Madrid: “Esteve Cronicidad: Cronexa.
Si usted no me hace caso yo no podré ayudarle. ¿Cómo mejorar la efectividad de
los medicamentos en los pacientes crónicos polimedicados?”.
“Avanzar en innovación
“ ( mesa inaugural del citado congreso) es avanzar en estratificación, índices
o herramientas , pero nunca en Atención Primaria , algo que en el fondo parece
estar en las antípodas del concepto de innovación.
Everett Rogers es el padre del estudio de la innovación
desde un punto de vista científico. No era un cirujano cardiaco, ni un inventor
de computadores. Un simple sociólogo interesado en el comportamiento de los
agricultores del medio oeste americano, cuya observación y estudio le llevó a
publicar al mejor texto sobre el tema. Rogers define Innovación como “una
idea, práctica u objeto percibido como nuevo por un individuo o cualquier otra
unidad de adopción. Importa poco si la idea es objetivamente nueva en términos
del tiempo transcurrido desde su primer uso o descubrimiento”. Así mismo define Tecnología como “la acción instrumental que reduce la
incertidumbre en la relación causa-efecto para alcanzar un objetivo deseado”.
Nada por tanto excluye a la Atención Primaria de ser
considerada una innovación. Menos aún de entenderse como una tecnología, más moderna que muchas de las
existentes puesto que pocas como ella “reducen la incertidumbre” en la relación
entre un efecto ( la posible enfermedad de un paciente) y las causas que lo
provocan.
Rogers habla en su libro de uno de los mejores ejemplos de
innovación a partir de la reinvención de algo ya existente: la tribu comanche (
palabra ute que significa “el que está siempre en contra”) no había visto jamás
un caballo cuando tomó contacto con los españoles, a mitad del siglo XVII. En
apenas dos décadas, no solo habían realizado una perfecta adaptación a sus
necesidades del uso y aplicación del caballo, sino que se habían convertido en
los mayores expertos en su empleo. Durante cuatro décadas, una banda de apenas
tres mil personas ( incluyendo
mujeres y niños) fue capaz de plantar cara y hacer bastante daño al ejército
más poderoso de la tierra. No solo se convirtieron en los mejores jinetes de la
historia, sino que reconvirtieron al caballo en el mejor aliado para su
estrategia de movimiento permanente en un territorio que conocían con la palma
de la mano: la Comanchería, extensa zona desolada que se extiende por el
actual estado de Texas. La simple articulación de tres palos a espaldas del
caballo ( el “travois”), les permitía montar y desmontar campamentos enteros en
apenas unas horas, de forma que nunca ubicaban su posición.
El sistema sanitario precisa más de inteligencia que de
invención. Muchas de las respuestas ya existen, solo necesitan redescubrirse.
La Atención Primaria debe buscar la innovación en sus valores fundamentales, no
en índices, pirámides ni aparatos. Porque son esos valores los que la
convierten en imprescindible.
(Fotografía: Quanah Parker, caudillo comanche)
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