Esta semana se celebró en San José de Costa Rica la VI Cumbre Iberoamericana de Medicina Familiar. En el acto de clausura, el Ministro de salud de aquel país, Fernando Llorca, mencionó entre los retos a los que se enfrenta la medicina de familia la presión del tiempo a la que nos referíamos en el último post, señalando algunas de las iniciativas planteadas al respecto, como fue "la Plataforma 10 minutos". He de reconocer que cuando lo escuché pensé que me habían puesto algún ácido en la bebida, y que de un momento a otro empezaría a ver elefantes fucsias. La Plataforma 10 minutos se creó en España hace más de 15 años y en todos estos años ninguno de los "excepcionales"ministros y ministras de Sanidad españoles, todos ellos tan comprometidos por la Atención primaria , le ha prestado nunca la más mínima atención.
Hablando del tema de la sobrecarga del médico de familia con el colega mexicano Omero de los Santos, éste me
comenta que la atención primaria es un “poste” ( una valla
publicitaria), en la que cualquiera puede colgar su panfleto. No hace falta
pedir permiso a nadie, basta con acercarse y pegar el pasquín: un día alguien
llega y le coloca el anuncio de que debe resolver las dudas de la población
ante cualquier campaña peregrina de la autoridad de turno, ya sea el Ébola, el
Cika, los niños que mueven mucho las piernas y no se están quietos, o la necesidad
de hacerse la detección de sangre oculta en heces porque así se le ha antojado
a algún especialista de postín. Otras veces es la propia profesión la que se
echa a las espaldas la vida entera y sus múltiples servidumbres, y la medicina
de familia se juramenta para atender desde el catarro al lupus, a la vez que aspira a resolver el
problema de la pobreza, la falta de agua o la simple ignorancia. Y por
supuesto, nunca puede quedar al margen de la moda del momento, ya se llame
calidad, protocolización, cronicidad o genética.
Mientras los traumatólogos no tienen el más mínimo complejo
en convertirse en “manólogos”, “tobilleros” o “caderistas”, la medicina de
familia continua en su viaje interminable hacia una arcadia en que solucionará
todos los problemas no ya de sus pacientes, sino del mundo.
Para evitar seguir siendo “vallas publicitarias” es
imprescindible actuar en dos niveles diferentes.
El primero debería ser interno. En la reciente VI Cumbre de la
Medicina Familiar celebrada en San José de Costa Rica la próxima presidenta de
WONCA ( no la de la fábrica de chocolate de Dahl, sino la Asociación Mundial de Médicos
de familia), la doctora Amanda Howe, enfatizaba en la idea de que no se pueden
librar todas las batallas, y mucho menos, todas a la vez. Como bien señalaba, resulta absolutamente esencial para los médicos de familia "seleccionar con
sabiduría qué batallas quieren librar" y a cuales ( por mucho que sean
importantes) debe renunciar.
Y en esa elección es sumamente peligroso renunciar
a lo que constituye la esencia de cualquier especialidad médica, y que es la
atención clínica. Porque por mucho que se extiendan suposiciones sin fundamento
científico alguno ( como la que sustenta la OMS de que el 70% de la carga de
enfermedad es prevenible), la realidad es que la mayor parte de las personas
acuden a su médico porque se sienten enfermos, no para asesorarse sobre cuando
hacerse el PSA o disfrutar del bonito momento de la colonoscopia en busca del
pólipo perdido.
El segundo nivel de actuación debería externo. En dicha Cumbre
Iberoamericana el doctor Ricardo Fábregas, con amplia experiencia en política y
gestión sanitaria, hoy en OPS, señalaba que los médicos de familia en
Latinoamérica sufrían de un exceso de timidez a la hora de plantear sus
reivindicaciones, algo de lo que carece absolutamente cualquier especialista
hospitalario cuando ve que sus intereses de casta son amenazados. Ponía de
ejemplo contrario a la lucha de los médicos de familia españoles por su
especialidad. Y es cierto que lo fue en los primeros años hasta que se
consiguió que nadie discutiera la existencia de ésta, lo que hoy parece
indiscutible pero no siempre lo fue.
Pero esa timidez se perdió. Y convendría recuperar con urgencia
el descaro para escuchar, pero a la vez para cuestionar y en muchas ocasiones oponerse, a cualquier ocurrencia que pretenda cargarse a la espalda de la Atención
Primaria.
Las administraciones sanitarias han encontrado en
la medicina de familia una especialidad tímida, a menudo demasiado sumisa y bienmandada.
Es hora de que eso cambie si quiere sobrevivir.
(Fotografía: presentación de la Dra. Amanda Howe en San José)
Sinceramente, no es timidez sino apatía, mustialismo y una alta tasa de Síndrome de sangre de horchata (termino que escuche a nuetro buen amigo el Dr. Jesús Dominguez de la PLATAFORMA 10 MIN).
ResponderEliminarSe me pusieron los pelos de punta cuando has hablado de mi amada PLATAFORMA, que a diario me suele surgir de los recuerdos cuando estoy en la consulta y más, cuando estoy con los alumnos.
Cuántos dadáberes dejo nuestra Plataforma y qué poco se obtuvo a pesar de todo el mundo darnos la razón....
Gracias por sacarla de nuevo y resurgirla como ave Fenix.
Bueno Sergio,y ahora qué hacemos con tanto colocado en las cercanías del poder, cunado el poder no sólo los coloca a ellos sino a sus familiares. Qué hacemos con todos los que aspiran a ser gerentes, Qué hacemos con todos los que son seducidos por una reunión en Madrid o en Sevilla, si ya han ocupado todo el poder en los tristes centros de ¿poder? de la Medicina de Familia. Y qué hacer en los casos en los que la Industria Farmacéutica es quien mueve los hilos?, ¿nos queda esperanza? ¿lo intentamos de nuevo? ¿Qué piensan de todo esto las juntas directivas de las acomodadas semFYC / Semergen?
ResponderEliminarGenial, certero y estimulante como siempre.
ResponderEliminarEn nuestra lucha para frenar la destruccion total del "planeta de los medicos de familia", tal vez los tribunales pueden ser nuestros mejores aliados por no decir los unicos.
Muchas graciaas Juan. Eso del planeta de los medicos de familia me gusta...aunque da bastante miedo
EliminarPor una vez, disiento parcialmente con lo que indicas en este post. Me refiero a la frase final, en la que aludes a la supervivencia de la medicina de familia.
ResponderEliminarYo creo que la medicina de familia puede ser, llevando las cosas a un límite, la única forma de hacer medicina que subsista en el futuro. Me baso para esta “exageración” en dos razones.
Una es que las especialidades médicas (neurología, digestivo, cardiología…) son cada día más instrumentales; no es improbable, aunque no sea deseable, que el médico especialista pueda ser sustituido por un técnico y un sistema experto (ya hay apps y cosas así de alerta), pues lo que eran exploraciones complementarias son ya en muchos casos estudios de primera línea, de máquina e interpretables algorítmicamente.
Otra de las razones reside en que las especialidades quirúrgicas también se van haciendo cada día más instrumentales (el robot Da Vinci es un buen ejemplo) y las manos del cirujano podrán ser mejores cuanto más hayan usado teclas y ratones para videojuegos. A día de hoy esto es manifiestamente una exageración, pero todo se andará.
Percibo, a la vez, que el gran avance terapéutico general en Medicina y Cirugía vendrá de ésta, de la cirugía, merced a todas las posibles aplicaciones técnicas, desde la robótica hasta la nanotecnología y reconstrucciones 3D / C. madre, pasando por retinas artificiales y demás aplicaciones biónicas. Por el contrario, me da la sensación de que, al margen de toda la I+D+i que se pretenda, el avance farmacológico no parece claro, estancándose en los problemas más prevalentes. El caso del cáncer es bastante claro.
Y, siendo así, desde mi visión, probablemente errada, creo que lo que queda como actividad que se pueda llamar propiamente médica será la atención primaria que, indudablemente, necesitará más médicos y más tiempo dedicados.
Como siempre cuanta clarividencia Javier
EliminarLo que cuentas es tan provocador como por otra parte, probable
Lo que nunca sustituiran las máquinas es la integración juiciosa y progresiva dde información muy compleja recolectada a lo largo del tiempo
llevas razón. Como de costumbre
Coincido plenamente en lo expuesto, A lo anterior, añadiría que la Medicina de Familia (o mejor dicho, un determinado porcentaje de los profesionales que nos dedicamos a ella) hemos padecido, en cierta forma, el síndrome de Estocolmo con respecto a la Administración, al menos durante un determinado número de años. Por otra parte, lamentablemente, un determinado número de profesionales de la Medicina de Familia que se han instalado en esferas de gestión parecen haber olvidado de donde vienen y actúan a modo de caballo de Troya. Es imprescindible, entre otras medidas, una mayor cohesión del colectivo sino queremos seguir siendo una valla publicitaria.
ResponderEliminarSi Daniel. En lugar de ser profesionales con sociedades independientes y críticas, hemos aceptado con sumisión y sincrítica cualquier ocurrencia que la administración tuviera
EliminarUn saludo
La Atención Primaria se viene complejizando y requiere de medicos familiares y comunitario mejor preparados aunque siempre los politicos quiere mayor eficiencia con menores costo se explica por que es sumamente peligroso renunciar a lo que constituye la esencia de cualquier especialidad médica, y que es la atención clínica. Porque por mucho que se extiendan suposiciones sin fundamento científico alguno ( como la que sustenta la OMS de que el 70% de la carga de enfermedad es prevenible), la realidad es que la mayor parte de las personas acuden a su médico porque se sienten enfermos, no para asesorarse sobre cuando hacerse el PSA o disfrutar del bonito momento de la colonoscopia en busca del pólipo perdido.
ResponderEliminara estas personas le pregunto que piensan de esta manera les gustarian atenderse por un medico que solo le ralizaria una charla preventiva o promocional para su salud o se harian examinar y diagnosticar con un plan terapeutico basado en evidencias y actualizaciones cientificas
Muchas gracias Jorge. Conviene resaltar con los pacienttes lo que de verdad importa
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