jueves, 12 de julio de 2018

Madera muerta



What are the roots that clutch, what branches grow
Out of this stony rubbish? Son of man,
You cannot say, or guess, for you know only
A heap of broken images, where the sun beats,
And the dead tree gives no shelter, the cricket no relief,
And the dry stone no sound of water.
( ¿Cuáles son las raíces que se adhieren, qué ramas crecen
de esta basura pedregosa? Hijo de hombre,
no puedes decir o adivinar, porque solo conoces
un montón de imágenes rotas, donde late el sol
Y el árbol muerto no da cobijo, el grillo no tiene alivio,
Y la piedra seca no hace sonar al agua).
The Waste Land. TS Eliot.1922

El Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria recibe más de 25 casos nuevos cada semana; en total deben tener actualmente más de 150 casos activos, que se reparten entre tres médicos y tres enfermeras. A pesar de su invisibilidad, la muerte está bien presente. Más prioritario que estratificar crónicos es atender moribundos. Los Equipos de Soporte aparecieron en Madrid a principios de los años 90 cuando aún aquella “reforma de la atención Primaria” que había surgido 10 años antes aún no cubría a la mayoría de la población: como muestra, cuando acabé la residencia y comencé a trabajar en la entonces llamada Área 4 de Madrid (que abarcaba una población de cercana al medio millón de habitantes), la “reforma” solo cubría al 17%. Los Equipos de soporte tenían por objetivo cubrir la atención a pacientes oncológicos terminales atendidos por el modelo no reformado, cuya población no recibía habitualmente esta atención, además de servir de referencia formativa a los equipos reformados a los que se suponía capacidad y tiempo para atender a este tipo de pacientes.
25 años después el Equipo de Soporte que ha realizado un encomiable trabajo a lo largo de este tiempo con prácticamente los mismos profesionales que comenzaron ha acabado por absorber la atención de la mayoría de los pacientes del área de estas características. El número de médicos de familia con los que trabajan de forma coordinada apenas supera la docena; el resto simplemente deriva. El Equipo de Soporte fue esencial para que mi padre tuviera una muerte digna. Su médica y su enfermera de familia nunca aparecieron, aunque conocieran la situación. No les culpo; como los propios profesionales del Equipo de Soporte comentan es muy difícil asumir todo lo que implica la atención al moribundo y su familia tras consultas de 40 0 50 pacientes y la alimentación de una burocracia insaciable de registros y casillas, imprescindible para estratificar cuerpos. Como tan bien practica el equipo de soporte supone emplear un mínimo de media hora entre revisar la situación, mirar y tocar al paciente, contestar sus preguntas ( a menudo no sencillas), responder a la de sus familiares, explorar y medicar, consolar y acompañar…
Aquel modelo “reformado” de la Atención Primaria falleció fruto de su propio entusiasmo hace ya tiempo: pretendía cambiar el modelo burocrático y ambulatorizado de consultas a destajo al que apenas se entregaban “salvoconductos” ( en forma de recetas, análisis, derivaciones o bajas) ,por un modelo “ integral”, en el que lo mismo se abordan y encauzan problemas sociales y sus determinantes que se realizan ecografías y cirugía menor, en el que se atienden tanto pacientes en consulta sin límite de número como  deberían atenderse otros tanto en los domicilios, mientras el interlocutor que de verdad importa tiene cabeza cuadrada y un teclado por vientre. Un apasionante viaje para el que no hacía falta alforjas, y que ha terminado donde empezó, nuevamente atendiendo a pacientes con tiempos inasumibles en ningún país europeo, centrándose en la emisión de impresos con los que sobrellevar una vida que para muchos de sus pacientes cada vez es más indigna y más difícil.
Sí, lo se. Por supuesto hay profesionales ( muchos) admirables, que comienzan a las 8 ( e incluso antes) para tener las historias revisadas antes de ver a sus pacientes, que les atienden con cariño y empatía, que acuden a sus domicilios  y llegan a casa bastante después del tiempo reglamentario. Queda por ver cuanto tiempo más podrán aguantar.
Por mucho que nos empeñemos un número ilimitado de consultas en el centro, tantas demandas domiciliarias como se planteen en el día, actuar a través de intervenciones en la comunidad de detección e intervención, aprovechar los ratos perdidos para publicar en Lancet, formar a estudiantes y residentes y dar de comer a la máquina de turno no caben en 7 horas.
El modelo es madera muerta, aunque creamos que aún hay brotes.La podrán aprovechar los castores, o servirá de humus para que un nuevo modelo florezca.
Ninguna de las demandas que la Atención Primaria tiene hoy en día es superflua: desde la atención en persona o a distancia a la atención a comunidades y familias ( cada vez más diversas); desde resolver a solo acompañar. La incógnita es saber si a partir de esa madera muerta surgirá una nueva “primaria”, radicalmente distinta, o se optará por la vía más corta, la de crear tantos negociados y chiringuitos como demandas particulares se identifiquen.
Mientras el futuro llega, la madera muerta sigue flotando en mitad del río.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo, Sergio, en que el modelo de Atención Primaria que propugnamos hace más de treinta años tiene un futuro incierto y que en siete horas no cabe todo lo que se propone hacer, entre otras cosas porque cada vez aceptamos y proponemos más actividades, la población cada vez más envejecida, con mayor número de problemas médicos, la burocracia sigue dominando buena parte de nuestro trabajo y la obsesión por registrar, sin ayudas para no depender tanto del sistema informático (nos vendrían bien sistemas de conversión del registro de voz de la conversación con los pacientes, en texto o a través de administrativo que lo realizara). Tampoco creo que hace falta publicar en el Lancet... y considero que necesitamos otro modelo de investigación-publicación, independiente de los cauces oficiales...aunque ese es otro debate. Pero siempre hemos necesitado más de siete horas...desde los "primeros tiempos" para formación e investigación sobre todo, y también algún que otro domicilio; la cuestión es como lo ven las nuevas generaciones de médicos de familia. En mi opinión, los pacientes en situación terminal en domicilio no suelen ser una carga para la primaria: yo puedo tener uno o dos al año, como mucho y quizás es el mejor momento para invertir nuestro esfuerzo como médicos de familia.
    Muchas gracias Sergio por tu labor
    Juan Tormo Molina

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