viernes, 14 de septiembre de 2018

El SIAP de Chile: "ayudar a mirar"

"Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando. 
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. 
Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura. 
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre: 
—¡Ayúdame a mirar!
Eduardo Galeano

Llevo acudiendo a los Seminarios de Innovación de Atención Primaria desde 2005, el año en que comenzaron. Solo circunstancias muy especiales me impiden participar en ellos, se cual sea el tema que aborden y el lugar en que se celebren ( en la medida de mis posibilidades, obviamente). Y la razón es simplemente que no existe en el mundo una experiencia de aprendizaje entre iguales similar en el mundo.
Hay algo de lo que las instituciones académicas del mundo ( ese territorio en el que apenas entra la luz del sol de la transparencia) no quiere enterarse: el modelo de aprendizaje hace ya un rato que cambió y ellos siguen creyendo que el saber y el conocimiento están en sus ridículas cátedras, a las que a menudo llegaron pro procedimientos de arribismo y docilidad. Desde que internet socializó realmente el conocimiento, desde el momento en que no necesitas la benevolencia de la bibliotecaria para conseguir el artículo ansiado, desde el instante en que “las hormigas tienen megáfono” ( como escribía Chris Anderson) y donde la argumentación de una estudiante de medicina ( pongamos que hablo de Maribel Valiente) puede ser mucho más interesante que la de todos los catedráticos que le dieron clase, nunca el aprendizaje volverá a ser como antaño: unidireccional, pasivo, indiscutible.
A esa nueva forma de aprendizaje Jane Hart llama aprendizaje informal y es el que año tras año, (y de forma abrumadora cuando uno se libera del campo de concentración académico) domina en todo el mundo. Ese aprendizaje es no intencional ( no pretendemos aprender pero lo hacemos), inconsciente, bajo el control del que aprende ( y no del cátedro omniscente), continuo, durante el propio transcurrir del tiempo y basado en el que nos aporta cualquier persona, sea quien sea y venga de donde venga, que tenga algo interesante que decir.
Todas estas condiciones las cumplen los SIAP. El único espacio de aprendizaje en que el único requisito para participar es haberse incorporado previamente a múltiples líneas de discusión simultáneas con personas (cada vez más) de muy diferentes partes del mundo, en los que el conocimiento surge de la interacción entre todos ellos y no de la sabiduría de ningún gurú. Lugares de encuentro que no acaban en el momento de la reunión, sino que se prolongan a lo largo del tiempo, en ocasiones ,mucho tiempo después de cuando fueron convocados, lianas de las que cuelgan y cuelgan ideas, documentos, artículos y reflexiones, una maravillosa maraña selvática por la que uno va transitando cual mono…sabio.
Forma de aprendizaje para la que no se necesita financiación de la industria farmacéutica, tecnológica ni de las administraciones, en ocasiones compañía tan peligrosa como la de los primeros.
Si los Seminarios celebrados en España son interesantes, los que ocurren en América son simplemente deslumbrantes. Estamos tan metidos en nuestros cotidianos problemas (los 5 minutos por consulta, los innumerables pacientes por día, la ausencia de suplentes, la atención de naderías y tonterías, la desmotivación continuada y el refugio fuera del trabajo), que escuchar la realidad de colegas de otras partes del mundo nos pone en nuestro sitio, un lugar que en modo alguno es el centro del universo. Escuchar a los que tienen que recorrer kilómetros a lomos de una burra para llegar a un poblado donde atender a la gente, o ejercer la medicina en lugares donde no es difícil que te alcance un disparo perdido, a los que buscan comprender a poblaciones nativas cuya forma de entender la salud y la enfermedad, cuya forma de expresión y lenguaje es completamente diferente , pero no por ello menos sabia.
El Seminario de Chile tuvo mucho de ello: te hace sentir muy pequeño escuchar como atienden allí la diversidad de género, como integran el arte y la literatura en el ejercicio de la medicina, como trabajan con las comunidades originarias. El seminario nunca acaba en el aula; se extiende por los bares y los garitos, genera lazos impensables y formas de trabajo conjunto sin ¡necesidad de convocatorias ni constitución de grupos de trabajo elegidos por el listo de turno. Algo que no  hubiera sido posible sin un compromiso mucho más allá de lo razonable del equipo coordinador chileno con Camilo Bass al frente.

A los creadores de este milagro, Juan Gervas y Mercedes Pérez, nunca se les reconocerá lo suficiente , no solo el conocimiento generado, sino lo que es mucho más importante, la tela de araña de relaciones humanas que trascienden tiempo y espacio.
Una de las magníficas presentaciones del Satélite terminó con esa pequeña obra maestra de Eduardo Galeano. De eso precisamente van los SIAP: de ayudar a mirar. 

4 comentarios:

  1. Precioso texto. Cuando vayamos arrinconando la mezquindad se generalizará el reconocimiento de Juán Gérvas, Mercedes Pérez, Sergio Minué... y otros, tanto
    en A.P. como en otros ámbitos. Ayer mismo, en Calabria 66 de Barcelona, eráis reconocidos (Francesca Sabater de FOCAP para añadir otro nombre).

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    1. Muchas gracias Vicente. Todos los que hemos pasado por los seminarios creo que sabemos que son una forma muy diferente de hacer las cosas, a partir del respeto, el conocimiento y la argumentación. En ese sentido el trabajo que vienen haciendo otros lugares de encuentro basados en similares principios como el FOCAP, la Cabecera o el FOAAP es admirable

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  2. Hola Sergio! Y gracias nuevamente por estos textos que me identifican, y seguramente, a muchos de los que participamos en los SIAP. Ya voy por mi segundo y seguro que no va a ser el ultimo.
    He generado muy interesantes relaciones a través de estas actividades y esto me estimula a conseguir más aún.
    Hoy me quedaría con esta reflexión que llevo a la practica.

    Aprender a pensar y expresarte.

    Saludos malargüinos.





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