miércoles, 14 de agosto de 2024

Desnudando al elefante universitario (II): por alusiones

 "Sólo con más evidencias podremos evaluar con precisión si el compromiso actual con un plan de estudios de cuatro años está justificado. Sin evaluaciones sistemáticas a los decanos de medicina solo les quedará la “tradición” como argumento ante los ministros de educación cuando éstos demanden mejores pruebas, dados los altos costos profesionales y sociales. En cuanto a los estudiantes de medicina, deberían preguntarse si el cuarto año los convertirá en médicos mejores y más sabios o simplemente en más viejos y más pobres".

Keneth M Flegel, Paul C Hébert y Noni McDonald.CMAJ 2008;178:11

 

 Tras la publicación del último post sobre el primer elefante en la habitación de la Atención Primaria ( la Universidad) he recibido comentarios muy positivos y también algunos descalificadores, que también agradezco. En relación con todos ellos creo necesario hacer algunas precisiones para complementar mi argumentación:

1.- Es cierto que en Estados Unidos previamente a entrar en la School of Medicine ( Facultad de medicina), es preciso completar una titulación previa ( Bachelor). Es necesario que en ese periodo se acredite haber recibido formación en algunos contenidos relacionados con la carrera de medicina, pero el Bachelor puede realizarse sobre temas completamente alejados de la medicina, sirviendo ese periodo para acabar de precisar a la vez el interés del alumno. Pongo un ejemplo: uno de mis alumnos del Máster Europeo Erasmus Plus Europubhealth en Salud Pública fue un estudiante norteamericano que realizó su Bachelor en Lengua y Literatura hispánica. Una vez acabado éste comenzó su carrera de medicina y antes de haberla finalizado, postuló para nuestro máster en el que fue aceptado por sus excelentes calificaciones. Una vez terminado el Máster regresó a su universidad para acabar medicina y a continuación realizar su especialización médica. Dudo mucho que semejante flexibilidad exista en alguna facultad española, pero puedo estar equivocado.

2.-  Ya hace muchos años un editorial del Canadian Medical Association Journal (arriba) se planteaba si no había llegado el momento de una revolución del curriculum ético en aquel país. ¿La razón? Que los resultados de las Facultades que realizaban la formación en medicina en 3 años ( McMaster y Calgary) no obtenían peores resultados con tres años que el resto de facultades con…4. La diferencia estribaba en el método de aprendizaje que en McMaster se establecía sobre tres pilares fundamentales: la Enseñanza basada en Problemas (Problem Based Learning) como método, la exposición precoz a la clínica como principio, y los tres años de duración como estructura. El editorial exigía debatir el tema a partir de evidencias, como se señala en la cita del principio), en la que resulta imprescindible comparar resultados a corto plazo (resultados finales de las evaluaciones a 3 o 4 años) y a largo plazo (proporción de egresados en roles de liderazgo, proporción de ellos que sirven a situaciones de mayor necesidad, porcentaje de graduados con sanciones, etc.)

Aquí (que me corrijan los respetables profesores universitarios resulta impensable plantearse realizar estudios piloto de formación en medicina, no de 3 , sino simplemente de 5 y comparar con los de 6.

3.- Es completamente cierto lo que comenta alguno de los participantes en el debate sobre que en otros países los alumnos realizan capacitación práctica durante la carrera en grado muy superior al que se produce en las universidades españolas. Y no es preciso irse a las grandes facultades canadienses o norteamericanas. En Chile los egresados de medicina deben haber atendido personalmente 50 partos y haber realizado al menos una decena  de cesáreas, lo que les faculta para poder atender a pacientes en las zonas más alejadas del país donde el acceso a un hospital supone un desplazamiento de un día en ocasiones. Por el contrario aquí seguimos estudiando las apetencias del catedrático de turno, ya sea la inmunofluorescencia de la Glomerulonefritis mesangiocapilar o la patología de la columna vertebral en toda su profundidad como hacía mi catedrático de Patología Quirúrgica Durán Sacristán, que en siete meses de clase apenas abordaba dos de los 80 temas del sumario.

4.- También es cierto que la universidad española sufre un problema estructural de déficit de financiamiento comparado con los países de nuestro entorno. Hace unos días El País señalaba el problema de nuevo junto a la tendencia de algunas comunidades de fomentar la inversión en universidades privadas, a menudo en detrimento de lo público ( en especial Madrid y en menor medida Andalucía). Pero el inmovilismo, la falta de creatividad e innovación no es una cuestión de dinero solo sino de ideas y de capacidad para llevarlas a cabo. Negar que la universidad española sigue teniendo un grave problema de endogamia, sin primar a los mejores aunque éstos vengan de fuera de los propios departamentos ( lo que sin embargo es habitual en las universidades más punteras) no creo que sirva para mejorar la situación

5.- Es verdad que existen algunos catedráticos de Medicina de Familia, lo cual sin duda es una gran noticia. Pero yo a lo que me refiero es a departamentos de Medicina Familiar y Comunitaria o Atención Primaria como éste, o éste o éste o éste. Por supuesto que ni el punto de partida, ni la tradición ni el dinero es igual en Gran Bretaña, Bélgica, Australia o Canadá. Pero no queramos vender el “gato” de lo que hay en España, por la “liebre” de lo que es de verdad un Departamento de Medicina de Familia real, con cuerpo de profesores especialistas en ello, liderados por especialistas en Medicina Familiar, con proyectos de investigación propios y capacidad de influir en el conjunto de la propia Facultad de Medicina a la hora de diseñar y orientar los curículums, es decir centrado en la persona como un todo, y no en los aparatos o sistemas que conviene a la tradición mantenida a lo largo de los años.

Como señalan Flegel, Hérbert y McDonald más que nunca la universidad española precisa de una revolución. Y no sólo por la Atención Primaria

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