Dice el saber popular que poco dura la alegría en casa del pobre…Y cabe decir que aún menos el reconocimiento en la casa del mediocentro. Hace solo una semana nos felicitábamos de la buena noticia de que un médico de familia, Miguel Melguizo, había sido portada de un periódico (aunque fuera un periódico local) por el ejercicio ejemplar de su trabajo como generalista en el mismo centro de salud durante 35 años. Algunos quizá albergamos la esperanza de que aunque fuera muy poco a poco, comenzaba a cambiar la percepción sobre la verdadera importancia de la Medicina de Familia y de la Atención Primaria en España. Craso error. Melguizo no sólo no recibirá ninguna distinción de Andalucía ( como la han recibido otros tantos médicos, algunos como mucho menos méritos que él), sino que parece que la longitudinalidad se acaba con él, puesto que , según informa el mismo periódico, sus pacientes serán repartidos entre sus compañeros hasta que un determinado día (aun por definir) se cubra reglamentariamente la plaza. No podrá decirse que la jubilación del Dr. Melguizo no fuera anunciada. Pero no debió parecer necesario establecer los procedimientos para sustituirle con una persona capaz de tomar el testigo de esa longitudinalidad que reduce la mortalidad. Y ya advertíamos que hay evidencia de que la jubilación de un profesional, y más de la trayectoria de Melguizo aumenta las consultas ( y por lo tanto presión y tiempo de espera), aumenta la atención en consultas hospitalarias ( y por tanto listas de espera) y aumenta la presión de urgencias (contribuyendo exitosamente a la saturación de las mismas). Pero eso no parece que importe mucho. Por si esto no fuera suficiente, dos días después el presidente de Andalucía informaba a suparlamento de las medidas orientadas a reducir el tiempo de espera en Atención Primaria, de más de dos semanas habitualmente. Y que se centra en ofrecer una cita en el plazo máximo de 72 horas en caso de que el paciente no haya conseguido cita a través de la aplicación digital ni por teléfono. En este caso, el centro de salud deberá ofrecerle al paciente una atención con otro médico de familia que no sea el suyo dentro de su propio distrito; o bien que le resuelvan la consulta de manera telefónica con un médico de otro distrito sanitario o incluso de otra provincia que tenga disponibilidad.
En los sistemas nacionales de salud, el incremento generalizado de la demanda ha ido generando con cada vez mayor frecuencia un falso debate entre accesibilidad y longitudinalidad, del que muchas veces hemos hablado en este blog. El proceso de desmantelamiento progresivo del Servicio Nacional de Salud en Inglaterra (NHS) llevó a generar una ocurrente innovación hace más de una década, y que ya comentamos hace 8 años, y después en repetidas ocasiones (aquí, o aquí): a través de una aplicación informática (GP at Hand) desarrollada por parte de la empresa Babylon, un ciudadano inglés podía acceder a la consulta de un médico general del NHS diferente del suyo que tuviera disponibilidad para ese día. Inmediatez ante todo. La iniciativa no sólo fue duramente criticada por todas las organizaciones y asociaciones profesionales y académicas británicas, sino que llevó al propio NHS a generar la figura del médico general responsable (Named AccountableGeneral Practitioners) para pacientes de mayor edad o con enfermedades crónicas, con peores resultados que lo que había sido la seña de distinción del NHS desde su creación: un “simple” médico general que atiende a la población de su lista desde la cuna a la tumba. También comentamos en su día que el uso de GP at Hand había incrementado los costes de los Clinical Commissioning Groups.
El gran HL Mencken ya decía que “para todo problema complejo hay siempre una solución simple, clara y equivocada” (For every complex problem, there's a solution that is simple, neat, and wrong). Ante un problema que no es exclusivo de Andalucía ni de España, como es la desmedida sobrecarga de la Atención Primaria y el consiguiente aumento de la espera, la solución fácil es buscar médicos ( o sucedáneos de tales) debajo de las piedras: si no es el que tengo asignado, uno del centro, si no uno de la provincia hasta llegar a la creación de bots acéfalos que respondan lo que sea. El pequeño coste que esto tiene es destruir una de las razones por las que la Atención Primaria mejora la eficiencia, seguridad y salud en un sistema sanitario: la longitudinalidad. Pero eso claramente no es importante para buena parte de los políticos de este país ( como ejemplo cabe señalar la defensa numantina del modelo MUFACE incluso por parte de sindicatos como UGT y CCOO que dicen defender sistemas públicos, y que nunca han tenido, presumiendo además de ello, Atención Primaria).
Pretender que cualquier médico de cualquier sitio puede atender una consulta de Atención Primaria es desconocer profundamente lo que es ésta. Hace ya 8 años publiqué en este blog un comentario sobre un tweet de Clara Benedicto ( médica de familia que abandonó la profesión ante las condiciones de trabajo que había de soportar) en que en 18 tweets de 140 caracteres resumía un día cualquiera de trabajo de una médica de familia en España:
"Un día cualquiera en la consulta de Atención Primaria 37 citados (cada 5 minutos), 42 vistos, varios puerta a puerta con mi enfermera:
- - Una baja que se prolonga porque ella puede trabajar, pero no levantar peso y la mutua no quiere reubicarla temporalmente
- - Una tendinitis de ambos hombros que duelen alternativamente desde hace casi 90 días en paciente en juicios con su empresa
- - Una paciente adolescente triste y sola con una familia desestructurada, que falta el día que estaban citadas para venir juntas
- - Una propuesta de alta de la mutua en un paciente que dice que le duele, pero con pruebas anodinas
- - Un diabético mal controlado que viene por pérdida de peso, pero le han cortado la luz, espera desahucio, cobra 300€ de pensión, y no va al banco de alimentos a pesar de que no puede pagar todas las comidas del día, porque fundamentalmente reparten hidratos de carbono.
- - Un paciente que pide analítica, luego PSA, luego resonancia de columna lumbar, luego resonancia cerebral, luego derivación a oftalmología
- - La hija de una paciente que ha tenido ictus hace un mes, que duda porque en NRL le ponen antidepresivo al alta "porque se va a deprimir"
- - Una mujer -la resiliencia en persona- que tiene ansiedad porque, tras conseguir paralizar su propio desahucio, es agredida por sus vecinos
- - La familia de un paciente ingresado que viene a por recetas de dos inhaladores porque "en el hospital no los tienen"
- - Una mujer con dos hijos, cefalea, disnea y una tensión de 226/130
- - La mujer de un diabético de 40 años que nunca viene, porque trabaja de lunes a sábado, con glucemias altas y fumador.
- - Una mujer angoleña que se cita para pedir que le recete algo para su madre, en Angola, que la ha llamado porque ha perdido la visión
- - Un EPOC reagudizado que tiene lumbalgia, dos aplastamientos vertebrales, y menos apetito.
- - Una chica de mi edad a la que han hecho una colectomía por una colitis ulcerosa resistente a tratamiento, que tiene miedo a la reconstrucción
- - Una familia que solicita visita a domicilio de padre de 90 años con demencia, alta reciente, con sonda nasogástrica y vesical que se arranca a menudo.
¿Es posible resolver estas consultas cambiando cada día de médica de familia, de interlocutor telefónica, de bot entrenado por informáticos?
Jugar sólo con delanteros ( especialistas y subespecialistas de disciplinas mediáticas) sin expertos en la ordenación, distribución y estrategia de juego) difícilmente lleva a ganar nada. Pero algunos no parecen enterarse y, lo que es peor, tampoco parecen querer aprender.
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