¿Es la MBE una cosa del pasado?

José Francisco García Gutiérrez es amigo y compañero en la Escuela Andaluza de Salud Pública. Gracias a una ayuda del Instituto de Salud Carlos III , ha desarrollado un portal web sobre Medicina Basada en la Evidencia 2.0 (Portal MBE 2.0), en el que participan acreditados referentes en la materia, desde Rafa Bravo ( a quien debemos buena parte de lo que sabemos del tema, muchos de nosotros) , hasta expertos tan brillantes como Luis García Olmos, Pablo Simón, Fran Sánchez Laguna o Pablo Astorga, y en la que se ofrecen distintas presentaciones en video, acompañados a menudo por los Power Points que sirven de soporte a las exposiciones.

Orientado a la docencia como un recurso formativo más, los materiales son de uso público, bajo licencia Creative Commons.

La idea sigue la estela de iniciativas desarrolladas por las principales revistas científicas desde JAMA en su JAMAevidence al BMJ Evidence Centre , por poner solo dos ejemplos.
Tras "saltar por los aires conceptos como la MBE o el Uso racional de Medicamentos en el último año", como comentaba esta misma semana Rafa Bravo , posiblemente sea un buen momento para debatir sobre lo que debe significar en el futuro próximo la MBE en la toma de decisiones clínicas...y también gestoras, a las cuales el "mejor conocimiento disponible" también afecta...¿ O no?
En este sentido, en los últimos meses, tanto John Lavis de McMaster University en PLos, como el grupo de Janett Coffman, de la Universidad de San Franscisco en el Milbank Quarterly han puesto de manifiesto la importancia de trasladar el conocimiento científico a las políticas sanitarias. Especialmente llamativo es el primero de estos trabajos, en el que además de hacer una revisión de los numerosos recursos existentes para los decisores políticos, realiza una interesante revisión de las actividades que favorecen el uso de las revisiones sistemáticas en el proceso de "policymaking": por una parte, parece necesario"crear el clima apropiado para ello", por otra, simplificar al máximo la información para los gestores, así como utilizar su habitual jerga. También parece necesario aumentar la interacción entre investigadores y decisores sanitarios ( auqnue sea informal) y mantener actualizada la información disponible.
Pero especialmente señalan,con toda claridad, que "el acuerdo entre las pruebas de la investigación y las creencias, valores, intereses u objetivos políticos, tanto de las decisores políticos como de los "stakeholders" aumentan las posibilidades de utilizar la evidencia científica disponible" ( y el desacuerdo las disminuye , claro).
Ejemplos del pasado reciente, nos demuestran que es cierto: la evidencia se usa...cuando nos conviene.
El tema tiene miga. O, como diría Quique Gonzalez,... ¡"hay partida"¡