"I would call this a perfect storm for medicine. You have alignment of funding; a cultural change where doctors want to use devices to improve quality; you also have new devices and new software that is much easier to use.”
Dr. John Halamka, Beath Israel Deaconess Medical Center.
Cuando Steve Jobs diseñó el i Pad parece ser que estaba pensando en la utilidad de un artilugio liviano, manejable, que permitiera cotillear con los amigos mientras se veía la televisión. Y aunque sin duda alguna sirve para ello, quizá entre las claves de su éxito está el hecho de su utilidad para desbordar el ámbito de lo personal y lúdico,y entrar en el terreno de lo corporativo y profesional.
Un ejemplo: United Continental Holding, que incluye dos de las mayores compañías aéreas americanas ( Continental y United Airlines) comenzó a distribuir el mes pasado entre sus pilotos 11.000 i Pads, con la finalidad de sustituir los pesados y voluminosos manuales de vuelo por EFB ( Electronic Flight Bags)a las que se accede mediante los correspondientes Apps. Al potencial ahorro en papel (que estiman en 16 millones de hojas de papel al año) se añade una importante reducción de peso transportado (cada piloto carga con cerca de 20 kilos en cada vuelo de manuales de operaciones, checklist, cartas de navegación, o información meteorológica), cuya repercusión en el ahorro de combustible llegan a estimar en más de un millón de litros al año. Es sabido que estas estimaciones son casi siempre cuentos de la lechera, pero parece claro que a las ventajas en comodidad se podrían añadir otras quizá más relevantes en actualización de la información precisa para tomar decisiones en vuelo ( es poco discutible que el empleo de tablets para acceder a información clave acortará los prolongados plazos que hasta ahora existían desde que se produce una modificación en las instrucciones hasta que éstas llegan a los pilotos).
Es bien sabido que la utilización de tablets con fines profesionales no es exclusivo del ámbito aeronáutico (como señala Mike Elgan en su club de fans de Apple), sino que desde estudiantes hasta ejecutivos, se utiliza cada vez más como soporte básico de trabajo. Por supuesto el terreno de la medicina no es ajeno a ello. Según la empresa de análisis Clilmark Research cerca de un 22% de los médicos americanos usaban un i Pad a finales del año pasado; y cuatro de cada cinco pensaban comprar uno a lo largo de este año. Sus utilidades son evidentemente múltiples: utilizarlo como un apoyo clínico más para el ejercicio de la medicina ( con la posibilidad añadida de grabar fotografías o videos), acceder a la mejor evidencia disponible, o explicar a los pacientes que enfermedad tienen, al margen de las posibilidades aún poco exploradas de uso como historia clínica electrónica.
Pero más allá de la curiosidad que supone comprobar la conversión de un artilugio de recreo en un instrumento profesional, la aparición de las Tablets posiblemente implique consecuencias relevantes.
En primer lugar, como señalaba la CNBC la rápida adopción de i Pads por los médicos americanos ha pillado por sorpresa a las grandes empresas dedicadas a las tecnologías de la información sanitaria, que llevan décadas viviendo del cuento con sus modelos perfectos de Tecnologías de la Información sanitaria que además de enormemente caros, casi nunca funcionan.
En segundo lugar abre un nuevo campo de juego, absolutamente clave para la posible utilización de tablets de forma generalizada, y que no es otro que el diseño y aplicación de Apps, tanto desde el punto de vista comercial como institucional, algo en que deberían ponerse a trabajar ya nuestras perezosas administraciones.
Lo que, consecuentemente lleva consigo la necesidad de intervención de las entidades reguladoras para garantizar la seguridad en el uso de todos estos “gadgets”, como ya está haciendo la FDA. Como señala Moore, de Chilmark, "si se toma una fotografía con la cámara de un iPad este puede considerarse un instrumento diagnóstico?" Y si es así, ¿Dónde acaba el límite entre un instrumento profesional y personal? ¿O tal vez es que en el futuro se difuminará cada vez más esta frontera?
Hace unos días una amiga, médico de familia, se lamentaba una vez más de que al volver de vacaciones siguen sin acceso a Internet en su centro. Todos estos instrumentos podrían cambiar radicalmente en el futuro próximo esta situación. Solo se precisará de acceso a wifi en cada centro, una inversión mucho más barata que las 17 historias electrónicas españolas, cada una de ellas única en el mundo.
Lei exactamente la misma noticia, con parecidos datos pero identicos comentarios hace 10 años. En vez de iPads ponía PDAs y en vez de Apple ponía Palm.
ResponderEliminarEn 10 años vuelve a leer este post... verás que risas.
Nuevamente un interesante post sobre un futuro que deja de serlo, haciéndose presente para bien y para mal. Lo contenido en él me reafirma en la idea de que las multinacionales farmacéuticas serán hermanitas de la caridad en comparación con la influencia que tendrá a corto plazo la industria diagnóstica en un mercado de la salud. De hecho, aquí estamos ante un problema de ayuda al diagnóstico, en un avión, pero diagnóstico al fin. No sé si las tablets se llegarán a colgar del cuello como ocurre con los fonendos, pero será difícil concebir a un médico sin una de ellas.
ResponderEliminarDudo de esa sorpresa que señala la CNBC. En cualquier caso, lo será para un sector comercial concreto, pero el afán de la industria microelectrónica y su evolución nanotecnológica por dirigir el diagnóstico poblacional es incuestionable. Por ejemplo, en la actualidad en los hospitales aun sigue habiendo auto-analizadores conectados en cadena con capacidad de analizar la bioquímica convencional de miles de muestras al día, pero ¿A quién le sorprendería una evolución convergente de los “lab on a chip” con los móviles actuales hacia instrumentos diagnósticos personalizados? A fin de cuentas, se trata de estrategias comerciales. Sin la perspectiva de utilización en videojuegos, los ordenadores personales habrían alcanzado un estancamiento similar al de las máquinas de escribir.
Lo automatizable y lo individualizable se automatizará y se individualizará con el pertinente algoritmo de un proveedor. Pero eso no equivale a la personalización de un diagnóstico clínico, en la que el médico seguirá teniendo un papel esencial, a no ser que pase a servir a sus propios instrumentos en vez de utilizarlos. Blogs como éste son muy necesarios para una reflexión adecuada sobre qué significa ser médico en una sociedad tan cambiante.
Apostamos ( a saber donde estamos los dos el 9 de septiembre de 2022, tal vez en forma de polvo galáctico)
ResponderEliminarEs verdad que muchas de estas modas ya existieron y fracasaron. El tiempo dirá si la de las tablets también será otra de ellas.
en cualquier caso mi comentario iba más en otra dirección. Las mayores utilidades para los profesionales ( y desde luego a mi el Ipad me facilita muchas cosas) no vienen de los instruemntos institucionales sino del avance social general.
(Por si acaso conservaré el post para evaluar la apuesta)
La moda son los "iPADs". Las tablets ya existían en 2002, y se propusieron (pero no son practicas para el clinico que trabaja de verdad en mobilidad).
ResponderEliminarNi las "tablets" ni el multitouch lo inventó Steve Jobs. Solo el abaratamiento de precios permitirá el fenomeno que comentas (traspaso de uso personal a profesional). Al menos en españa donde la clase medica esta compuesta cada vez mas por mujeres de clase media (no somos ejecutivos de multinacional ni tecnologos)
Por eso no seran iPADs, ellos juegan en segmento premium. Tendran antes iPads los visitadores de farmaceuticas, que son los que llevan traje y corbata y ganan mas (y tienen mayor productividad medida en volumen de actividad economica que generan) que los medicos que visitan.
Si, Bonis. Es cierto que ya en 2002 existían tablets. Recuerdo por esos años llegar a la escuela ejecutivos de empresas muy "modernas" tomando notas febrilmente en esos artilugios.
ResponderEliminarDe todo ello sabes tu mucho más que yo. Pero en mi ignorancia de simple observador creo que no son comparables aquellas tablets con las que tenemos hoy, como no es lo mismo una PDA de entonces que un iPhone.
Tampoco pretendía hacer un panegírico de Jobs, ni defender que sea el inventor de nada.Pero una cosa es que no lo haya inventado y otra es que sus productos no hayan tenido una influencia brutal en ese ámbito.
Es cierto que el uso dependerá del precio, aunque ya hay magníficas tablets por precios más que asequibles ( a mi me costó ayer mucho más cambiar el embrague del coche).
Pero insito en que mi reflexión no iba principalmente en relación con Appl, Jobs, y el invento de las tablets sino en otra dirección.
Sobre todo pienso en compañeros míos que, pese a campañas sobre internet, peticiones por activa y por pasiva a sus responsables, siguen sin poder tener una mínima conexión a la red desde su trabajo. Lo que obtienen de sus jefes es un despectivo silencio. El disponer de un artilugio de este tipo puede permitir acceder a una inmensidad de recursos útiles, sin depender de la caprichosa voluntad de las instituciones.
Los instrumentos que venagn de éstas siempre serán menos amigables, mñas restrictivas y tambien más caras que las que ya existen en el mercado y funcionan bien. Como se comentaba en el post para que realmente se usen se necesita disponer de nuevos dispositivos, que los médicos quieran usarlos ,y que su suo sea mucho más amigable.A la que habria que añadir el precio, ya cada vez más bajo. Creo que las condiciones son propicias, pero sobre todo para liberarse de las limitaciones al ejercicio profesional que imponen las propias instituciones.
Muchas gracias una vez más Javier.
ResponderEliminarSi la influencia de la industria farmacéutica ha sido tremenda en el sector hasta ahora , la que nos espera en los últimos años con la tecnología sanitaria en general puede ser dificil de imaginar.
Y como bien dices ese futuro que ya es presente tiene un lado claro y brillante ( el acceso a recursos de gran utilidad para el ejercicio clínico) y oro francamente oscuro. Y en este aspecto cuando se repasa cualquier plan de cualquier servicio de salud se puede intuir que ya está permeando en ellos la creación de la necesidad de nuevos diagnósticos, a menudo bajo la premisa de que de esa forma se previene al sujeto de enfermedades más severas en el futuro.
Paradójicamente ese tipo de medicina cada vez más personalizada y a la carta, con promesas de longevidad y calidad de vida nunca conocidas previamente, y que tantas expectativas levantan a través de los medios de comunicación ( y por desgracia a través de las propias instituciones que siguen el juego) lleva consigo el caramelo envenenado de que un sistema así, tan modern e innovador no será sostenible en uan situación económica como la actual.
Para conseguri más negocio es preciso generar la idea de que el acceso a El Dorado nopuede ser gratis
Un saludo cordial