domingo, 18 de septiembre de 2011

El error de Descartes

“En esto consiste  la belleza del funcionamiento de las emociones a lo largo de la evolución: permite que los seres vivos reaccionen con inteligencia sin tener que pensar de manera inteligente”
El error de Descartes (Prólogo). Antonio Damasio.

El error de Descartes consistió en  la separación abismal de cuerpo y mente, estableciendo la primacía del pensar sobre el hecho de ser:" cogito, ergo sum " Antonio Damasio descubrió la falacia de la idea en su clásico libro del mismo título, lectura que debería ser obligada en las facultades de medicina, pero que imagino ,apenas será mencionado en estos días de presentación de asignaturas, concentradas en modelos mecánicos de fisiología y patología. Damasio incidía especialmente en los daños provocados por el cartesianismo en la enseñanza de la medicina, empleando mecanismos de relojería como modelo de procesos biológicos, o  metáforas de la mente como programa informático introducido en el hardware del cerebro. A consecuencia de ello se ignoran las consecuencias psicológicas de  las enfermedades del cuerpo ( las “reales”), y aún se desatienden más los efectos en el cuerpo físico del conflicto psicológico. La medicina ha quedado reducida,en definitiva, al diagnóstico y tratamiento de órganos y sistemas enfermos, como bien publicitan los modelos de Gestión de Enfermedades. Para Damasio, “el resultado de todo esto ha sido una amputación del concepto de humanidad con el que la medicina realiza su trabajo”.
El error de Descartes es una de las más comunes causas de error en la práctica clínica, como señalan (en un clarividente post en Kevin MD) uno de los editores más relevantes que tuvo JAMA , George Lundberg  y un endocrinólogo de la Escuela de Medicina de Vanderbilt, Cllifton Meador. Dicho error nos hace creer que la ausencia de pruebas de enfermedad en el cuerpo de un paciente sintomático implica necesariamente el diagnóstico de enfermedad mental, esa etiqueta de funcional con la que uno respira tranquilo si está de guardia ( “ no te preocupes, está todo en tu cabeza”)
Pero ese error no es único. Lundberg y Meador seleccionan veintidós, todos ellos  relevantes. Me quedo con diez:
- la incapacidad de la medicina para reconocer lo que puede tratar efectivamente y lo que no, admitiendo que algunas enfermedades no tienen tratamiento.
- Desconocer el poder de la prevalencia ( la probabilidad pre-test) en el proceso diagnóstico, lo que conduce a frecuentes falsos positivos y sobrediagnóstico.
- Ignorar el poder oculto de la persuasión física, como pone de manifiesto el efecto placebo.   
- No entender que muchos procesos son graduales y progresivos, y no fenómenos de todo/ nada ( on/off).
- Confiar exageradamente en informaciones indirectas proporcionadas por las pruebas radiológicas y analíticas, y no tanto en las observaciones personales directas.
- La falacia de asignar a cualquier lesión encontrada la causa de los síntomas, aunque quizá no tenga ninguna relación.
- Ignorar las ganancias secundarias de enfermedad.
- La incapacidad de conocer suficientemente a los pacientes ,como para saber cuales son sus deseos en situaciones sin esperanza.
- La incapacidad de reducir al mínimo el numero de fármacos .
- Y especialmente la abdicación de la responsabilidad profesional para evitar cualquier reclamación .
Antonio Damasio concluye su libro con una afirmación de aplicación universal , pero con especial significado para los que cada día bregan con el sufrimiento ajeno: “quizá la cosa más indispensable que podemos hacer como seres humanos cada día es recordarnos a nosotros mismos y a los demás que somos complejos, frágiles, finitos y únicos” . Complejos, frágiles, finitos y únicos. En definitiva, preciosos.

4 comentarios:

  1. Solo hay dos etiquetas (hay quien las utiliza incluso como diagnósticos) totalmente prohibidas para los residentes que pasan por mi consulta.

    Una, FUNCIONAL, la señalas en tu texto. Es una catalogación despectiva hacia el paciente aunque realmente delata nuestra incompetencia.

    La segunda es PROBLEMA SOCIAL. Expresión que permite eludir responsabilidad y manifestar nuestra ofensa por hacernos perder el tiempo con naderias.

    Cuando era residente mi tutor Fermin Quesada me comentaba que "siempre" era necesario dar el salto a lo psicosocial. En muchas ocasiones es un salto al vacío por la ignorancia y la complejidad, pero esa es la obligación y la esencia de un Médico de Familia.

    miguel melguizo jiménez

    ResponderEliminar
  2. Muy interesantes las últimos entradas , Sergio, buena ayuda para los que nos dedicamos a la asistencia. A veces difícil sobre todo la contención ante las pruebas y derivaciones inducidas por la demanda o la duda persistente del paciente , no solo por el miedo a la denuncia , de momento poco habitual. Tambien por el enfrentamiento ante criterios de otros colegas, casos con final desafortunado en el entorno del paciente, cada vez menos tiempo para hablar con el enfermo , en un entorno social cada vez más crispado. A pesar de todo una magnírica reflexión. Gracias por la recomendación del libro de Damascio. un abrazo.
    Antoni Agustí

    ResponderEliminar
  3. Como de costumbre muchas gracias Miguel,por tu sabiduria.
    No lo sabia pero es cierto que a menudo esas dosvetquetas solonesfonden unnprofundo desconocimiento de lo que le ucede anun enfermo.
    Buen consejo, sin duda. Suerte que tienen los residentes de Almanjayat

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias Antoni.
    El libro de damasio es magnifico, y sobre todo excelentemente escrito.
    En todo este tipo de reflexiones, en cualquier caso, es mucho más fácil hacerlas que aplicarlas. la realidad es mucho más difícil, los probelmas son mucho más difusos, las condiciones mucho más precarias para tomar una decisión acertada. de ahí el enorme mérito del trabajo de los médicos asistenciales muy pocas veces ponderado, elogiado y difundido por los medios que solo se ocupan de los casos más catastróficos- Es cierto que aún la medicina defensiva no predomina, aunque veremos a ver ...
    Un abrazo

    ResponderEliminar