“Don’t simplify what is complex or complicate what is simple”.
Uno de los debates de la semana en el Reino Unido fue el
relativo a la decisión del gobierno de David Cameron de incentivar el cribado de
demencia en los pacientes mayores de 75 años atendidos en las consultas de los
hospitales británicos, procedimiento sobre el cual no existe evidencia
científica alguna que lo respalde. Como señalaba en una carta en el BMJ Martin Brunnet la introducción del mismo inevitablemente implicará sobrediagnóstico y
tratamientos innecesarios de pacientes, daño para los mismos, incremento del
gasto y finalmente, desvío de
fondos necesarios ( como los empleados en pacientes diagnosticados realmente de
demencia) hacia este tipo de intervenciones "vistosas". Porque no hay que olvidar
que el vistoso cribado identificará inevitablemente múltiples anormalidades que
no progresarán nunca a demencia, al margen de que para introducir un
procedimiento de cribado debería existir siempre un tratamiento efectivo.
Cuando la obsesión por el recorte en los servicios
sanitarios es generalizada, y la supuesta privatización de los mismos se
plantea como la única alternativa posible para mejorar su eficiencia, llama la
atención que la intervención sobre el gigantesco despilfarro en intervenciones
clínicas innecesarias ( y lo que es peor dañinas) no estén en la agenda . El
Institute of Medicine americano estimaba en un tercio ( 769 billones americanos
de dólares) el gasto innecesario en el sistema americano en el año 2009. ¿Cual
será el nuestro?
Iona Heath cuando aún no había comenzado formalmente la
crisis publicó un artículo imprescindible en el BMJ en defensa de un Sistema Nacional de la Enfermedad
( National Sickness Service) en lugar de la obsesión por la salud que tanto predomina.
Como ella decía , la prevención es un “fácil eslogan amado por políticos y
decisores sanitarios que sistemáticamente ignoran las implicaciones de su
retórica”. Los sistemas sanitarios
están rotando de los enfermos a los sanos, de los viejos a los jóvenes, de los
pobres a los ricos. Pero servicios como el NHS británico se fundaron
fundamentalmente para atender a las personas enfermas.
En palabras de Heath, “mientras aliviar el sufrimiento es
un imperativo moral, la obsesión contemporánea de mantener la salud forma parte del persistente e ilusorio
sueño humano de controlar el futuro. La presentación de este sueño en nuestra
época se realiza a través de la ciencia,
con un nuevo Santo Grial sustentado
en la prolongación de la vida, la ausencia de sufrimiento, y la garantía de una
muerte rápida en edades extremas, exentas de cualquier dolor. La pretensión de
que ello será llevado a cabo por un Sistema Nacional de salud reconstituido,
traiciona a todos los que están sufriendo aquí y ahora. Aquellos que promulgan
este sueño ignoran el papel de la suerte y la contingencia en la vida humana.
Quieren creer que la salud es lo opuesto a la enfermedad, que es un don de la ciencia médica, entregable
según se recibe el pedido. La salud se convierte en una mercancía como
cualquier otra, siendo evidente que tal
retórica está apuntalando
la rápida comercialización de la asistencia sanitaria y la explotación
de la enfermedad y del temor a la misma con el fin de obtener beneficios” .
Para aquellos interesados en una revisión muy actualizada
sobre los excesos de la prevención, nada mejor que leer Sano y salvo ( y libres de intervenciones innecesarias ) el magnífico libro que acaban de publicar Juan
Gervas y Mercedes Pérez Fernández.
Como decía Heath ningún sistema sanitario financiado a
través de impuestos y con vocación universal podrá pagar el tratamiento
farmacéutico de todos los factores de riesgo para la salud. A pesar el énfasis en dieta y ejercicio,
los determinantes de la salud más poderosos continúan siendo la riqueza y la
felicidad.Una distribución más equitativa de las esperanzas y oportunidades
respecto al futuro consiguen mucho más el uso de hipolipemiantes.
La sociedad española debe decidir donde prefiere recortar: en
dispositivos de urgencias rurales o en procedimientos clínicos innecesarios …y
dañinos.
Me encanta el articulo de pe a pa .; es todo lo que pienso,La Q de recursos que se derrochan con los tratamientos para la demencia que a lo mejor mejoran un par de puntos los test y hay pacientes con 2 tipos de farmacos o con mas de 85 a. Esos recursos podrian revertir para esos mismos pacientes pero en ayuda a domicilio,dependencia etc....
ResponderEliminarMuchas gracias Carmen. Lo más curioso es que apenas está presente este debate que en cambio llena páginas en Reino Unido
ResponderEliminarUn saludo