viernes, 10 de mayo de 2013

Barco a la deriva

El European Observatory on Health Systems and Policies de la OMS ha publicado el borrador de un interesante análisis sobre el impacto y las implicaciones de la crisis económica en la salud y los sistemas sanitarios europeos ( Health, Health Systems and economic crisis in Europe: impact and policy implications). Como suele ser habitual en los informes del Observatorio pretende dar la información más precisa posible sobre el tema analizado, evitando extralimitarse en las interpretaciones de los hechos. En ese sentido, el informe aporta información actualizada, pero ya conocida, sobre las tendencias macroeconómicas (crecimiento económico, desempleo, deuda), las variaciones en el gasto sanitario, las implicaciones conocidas hasta la fecha sobre la salud de la población, y de forma especial las repercusiones sobre el desempeño en los sistemas sanitarios. 
Como señalan los autores, la magnitud del impacto asociado a la crisis ha sido desigual según los países, aunque en líneas generales son mayoría los países en los que se ha producido una reducción del gasto sanitario (tanto en términos absolutos como porcentaje del PIB) a pesar de las llamadas a mantener un aporte estable y adecuado de fondos a dicho sector. Debido a ello, parece evidente que se producirán repercusiones significativas en la salud de la población y el desempeño de los servicios sanitarios, reconociendo que algunas de los efectos más negativos podrían no ser visibles hasta pasado un cierto tiempo. 
Por supuesto no todos los países han respondido igual a la crisis y , lo que es más importante, no todos están en las mismas condiciones de soportarla. Los mejor preparados para enfrentarse a la presión de reducción financiera son aquellos que además de disponer de sistemas de amplia cobertura y bajo copago, tienen claras sus prioridades , buenos sistemas de información y capacidad para evaluar la relación entre el coste y la efectividad de sus prestaciones. 
Aunque no haga recomendaciones explícitas, el informe identifica con nitidez que debería hacer un país para enfrentarse a una situación tan adversa. Podrían señalarse cinco especialmente necesarias: 
- En caso de que los recortes sean inevitables, es importante realizarlos de la forma más cuidadosa posible, intentando minimizar los efectos adversos que generarán. No por cuestiones humanitarias (que ya a casi nadie importan) sino como inversión para el desarrollo social y económico.
 - Establecer políticas sociales para mitigar los efectos negativos sobre la salud, en especial en países de alto desempleo ( no hace falta recodar que el nuestro es el más alto de la Unión Europea). 
- Promover la inversión en función de criterios de costo-efectividad, aprovechando la ocasión para limpiar la “grasa” del sistema, y fortaleciendo aquellas inversiones más rentables a largo plazo ( por cierto, el acuerdo es unánime respecto a la necesidad e fortalecer la atención primaria.
 - Disponer de sistemas de información sanitaria que permitan un análisis fiables de los logros obtenidos y de las deficiencias existentes.
 - Conseguir un liderazgo y gobernanza fuerte, imprescindible en estos momentos. 
Quizá el único aspecto positivo que podría tener una crisis como la actual para España sería la de forzar a realizar las reformas que el país lleva décadas posponiendo ( ya se sabe que "a la fuerza ahorcan" ). De disponer por fin de algún sistema de evaluación de desempeño que permita saber que hace cada comunidad autónoma en comparación con las demás. De crear de una vez una agencia de evaluación de tecnologías que aspire a ser algo parecido al NICE en lugar de una variedad de agencias sin independencia, prestigio ni capacidad real de influencia. De hablar claramente sobre si vamos a hacer algo respecto al despilfarro en pruebas, procedimientos y fármacos absolutamente ineficientes, pero que permiten a los clínicos visitar San Francisco cada año. 
La realidad de este país hace imposible ser medianamente optimista. El partido de gobierno no escucha a nadie, la oposición no se da cuenta de que está más hundida hoy que ayer pero menos que mañana, los políticos y gestores limitan sus intervención a bajar salarios y no cubrir sustitución alguna (por necesaria que sea) y los profesionales siguen viviendo como siempre y reclamando una nueva Resonancia Magnética Nuclear porque están convencidos que a ellos no llegará el agua de la inundación. El gigantesco trasatlántico del sistema sanitario español cada vez está más cerca del iceberg y no hay nadie en el puente de mando. 
(Fotografia: Costa Concordia. Reuters)

5 comentarios:

  1. Sergio: Stiglitz en "el precio de la desigualdad" sostiene que en España han subestimado el impacto de las políticas de recorte, en gran parte por un incorrecto diganóstico y la consecuente incorrecta aplicación de medidas. Recuerdo que hace unos años, creo que fue en el 2019, se celebró en Asunción un encuentro organizado por Naciones Unidas "políticas sociales en tiempos de crisis" asitieron varios economistas de renombre como Enrique Iglesias, entre otros, creo que también Bernardo Klisberg así como también lideres de la región, como invitada estaba la anterior vicepresidente de España Maria Teresa Fernandez de la Vega. Las conclusiones ponían mucho énfasis en la necesidad de proteger los avances que en materia social se habían logrado en las últimas décadas con especial foco en salud y educación, no sólo por una cuestión humanitaria, sino como una condición para salir de la crisis. Sin embargo, en la práctica europea y en especial en España (según los reportes que analizamos) hemos visto con preocupación todo lo contrario.

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  2. Segio.
    Después de leer este post, he visto lo que salía en el País de este domingo (http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/10/actualidad/1368196713_913521.html).
    Te traslado mi impresión de lo que está ocurriendo, porque parece que ya los razonamientos son estériles:
    ESTUPOR O CUANDO NO SE TRATA SÓLO DE PRIVATIZAR
    Estos médicos... Esgrimen razones que consideran de peso. Uno, que estaba dirigiendo diez tesis, otro que tenía dos publicaciones en el New England, otro más que se siente capacitado para seguir operando y que al jubilarlo así, de golpe, habrá muchos pacientes perjudicados por tal medida...
    Aducen argumentos desde la razón: un saber técnico, un prestigio profesional, una capacidad de curar... Pero esa razón no vale en el discurso político actual, caracterizado por la mediocridad irracional.
    En una comparación exagerada por mi parte (espero), ese razonamiento tampoco sirvió en el epicentro de la civilización. No sirvió en Göttingen, donde Hilbert, quejoso ante el Führer, se quedó sin departamento, no sirvió en general en toda Alemania.
    Ante la estupidez política, el estupor de los afectados sólo satisface el goce del mediocre puesto a dedo en un órgano de dirección y que expulsa de la noche a la mañana, amparado en la maquinaria burocrática, a alguien a quien nunca se podría parecer ni remotamente.
    No se trata ya sólo de favorecer la sanidad privada. Podrían hacerlo incluso aprovechando a médicos de la pública. No. Se trata de algo más. Estos caciques que se creen que España es su finca, estos neo-señoritos, persiguen destruir todo aquello que suene a capacidad profesional, a creatividad, a inteligencia, a buen hacer. Y la Medicina, en España, era hasta ahora algo bueno, en manos de buenos médicos como éstos. Por eso hay que destrozarla, especialmente la pública... pero también se cargarán la privada, colateralmente.
    El ataque a que asistimos no es ya sólo a la Sanidad Pública. Es dirigido a los médicos, más atacables precisamente cuanto más prestigiados, cosa que ellos no quieren entender. Y es que no es fácil de entender racionalmente. Por eso ven con estupor que ni les agradezcan los servicios prestados y que los jubilen mediante carta de hoy para hoy.
    Pocas profesiones alcanzaron la categoría internacional que tuvo la medicina española en los últimos años. Pues bien, se acabó lo que se daba. A tratarse a Houston el que tenga dinero. Y los pobres... ya serán socorridos en hospitales de beneficiencia.
    Ahora está emigrando gente cualificada que aquí no tiene trabajo. Ese dispendio de estudiar para nada también se acabará gracias a la lucidez de Wert. Volveremos así a la emigración de siempre, la de analfabetos, como debe ser, que es muy duro ir a limpiar escaleras alemanas siendo ingeniero.
    Estos médicos que se quejan no se han enterado de que España está condenada a ser sólo un país turístico, con el sol garantizado en algunas regiones, con sus analfabetos simpáticos con los que hacer fotos.
    Los que realmente importan, los listos, los que tienen inteligencia emocional y padres como hay que tener, relacionados, de buena familia, ya se encargarán de aprender inglés, o alemán incluso, para saber transmitir las órdenes de Alemania. Y es que ya se sabe... esto de España en Alemania no pasaba.

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  3. Muchas gracias Edgar . tienes toda la razón. Es cierto lo de Stiglitz ( por cierto, muy recomendable su libro). Por desgracia los ejemplos se multiplican de lo que está significando la aplicación de las políticas de ajuste en la salud de los pacientes
    Un saludo

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  4. Si, los razonamientos son estériles. lo comentaba con algunos colegas de Madrid este fin de semana a la luz de lo que está ocurriendo alli. Y coincidian que el aspecto que más irritación y enfado genera es la forma en que están haciendo las cosas: la prepotencia, la chulería, el desprecio a personas que , estén equivocadas o no, son los responsables directos de la atención sanitaria( Como ejemplo de la irritación que generan lease esta carta del dr de la Morena: http://www.actasanitaria.com/opinion/punto-de-vista/articulo-carta-abierta-a-los-responsables-sanitarios-de-madrid.html)
    Nunca he entendido que se pueda ser gestor de algo, y odies a las personas a las que dirijes. Eso ha ocurrido en muchas ocasiones en España en los últimos años por parte de gestores además, muy poco cualificados.
    Es legítimo que cada partido tenga sus estrategias, sus formas de pensar y hacer. Lo que resulta más sorprendente es que para ello no lo hagan a través de aquellos que compartan sus ideas y estén más cualificados, sino que lo hagan a través de gente mediocre. Si, ya se, que éstos son los que más fácilmente acatarán las órdenes, pero llama la atención que nunca sean los más cualificados en cada gobierno los que llevan adelante las políticas.
    Al margen de la consideración sobre si la edad de jubilación debe ser una u otra en el caso de profesiones como la medicina, es tan burdo e insultante el proceso que cargan de valor a todos los que no están de acuerdo con el procedimento seguido.
    Una consucta tan irresponsable, incluso suicida políticamente, no puede ser casual. Sobre todo porque llevan mucho tiempo manteniéndola.
    Su modelo sanitario ya está claro. Su objetivo de precarizar a las profesiones que dependen de ellos también. Y las pruebas de que al final solo está la mejor forma de hacer negocios privados en esa puerta giratoria que se sale de los goznes de dar vueltas son tan obscenas que demuestran al nivel de corrupción moral al que hemos llegado como país

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  5. Hola de nuevo, Sergio.
    Acabo de leer la carta del Dr. De la Morena cuyo enlace aportas.
    Como bien dices, y dice este hombre también, creo que, efectivamente, lo que más está molestando son las formas. No hay derecho a ser tratado así.
    Y en cuanto a edades, es significativo que el director de hospitales pase de los 70.
    Cualquiera acepta un límite a su etapa laboral, pero no debe ser algo arbitrario ni, mucho menos, humillante. ¿Por qué tanto odio de gestores a médicos como el que aparenta darse?
    Un abrazo

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