lunes, 20 de noviembre de 2017

El ejemplo de OSATZEN





Se calcula en 100.000 el número de congresos, conferencias, simposios y demás formas de reunir a u grupo de profesionales, mayoritariamente médicos, con el supuesto objetivo de aprender.No hay evidencias que permitan aseverar con contundencia que este tipo de eventos sirva para mejorar realmente la práctica; aunque obviamente tienen beneficios indirectos que pueden considerarse relevantes, desde el contacto y el establecimiento de redes hasta el intercambio de experiencias.
Los costes no son pequeños; el siempre insolente Ioannidis comienza por señalar el consumo de carbono por cada conferencia ( estimado en cerca de 10.000 toneladas) y no para de desmenuzar las miserias: desde la creación de mediocres currículums construidos a base de comunicaciones “pseudocientíficas”  ( puesto que se escapan de una rigurosa evaluación porque de su aprobación depende el incremento de las inscripciones) hasta la infiltración de la industria y sus intereses comerciales  hasta el tuétano de las organizaciones.
Ioannidis no sabe que ocurrirá con los congresos en el futuro: el tiempo lo dirá. Dependerá de si los médicos siguen dándoles valor, pero aún más de si pueden permitirse financiarlos. Hasta ahora la poderosa maquinaria industrial ha podido mantener el modelo de congreso-crucero, de carácter transatlántico, donde las sociedades científicas de todo signo pugnaban en esa curiosa competición a ver quien tiene el congreso-crucero más grande, con más piscinas, tumbonas, mesas de billar y restaurantes de comida japo. Pero, aún ignorando ese incordio de las cuestiones éticas, queda por ver cuanto tiempo podrán sobrevivir los congresos-crucero basados en el trueque inscrpción-prescripción. Poque digan lo que digan los defensores del modelo, nadie sensato puede gastarse 400-500 0 700 euros (dependiendo de su memoria) para participar en un congreso.
Por supuesto existen otras formas de hacer las cosas: OSATZEN la lleva haciendo desde hace muchos años. Este final de semana celebró su Jornada anual con cerca de 200 inscritos, un evento extraordinario que funcionó de forma impecable gracias a un comité entusiasta coordinado con mano maestra por Maxi Gutiérrez. Sus precios eran los siguientes: 50 para no socios, 40 para socios, 30 para residentes y 0 para estudiantes. Comer en cualquier restaurante medio qué de Madrid o Barcelona vale más caro. Los precios del próximo congreso de la matriz, la semFYC, son los siguientes: según el tramo temporal para la inscripción, de 200 a 250 para residentes socios (los no socios deberán pagar entre 400 y 500), de 350 a 450 para socios y de 600 a 700 para no socios); todos ellos pueden beneficiarse de un descuento entre 50 y 100 euros si realizan la inscripción antes del 4 de diciembre ( para un congreso a celebrar en mayo del año próximo.
Pero más allá de precios, OSATZEN aporta una forma completamente diferente de hacer las cosas:
En donde no existe inauguración formal al uso, con el consejero /a de turno que, si se digna acudir, lo hará para decir que la Primaria es el eje del sistema, aunque la estrangule sistemáticamente en los presupuestos.
En donde escasean las mesas de ponencias de power point y abundan los espacios de presentación de experiencias personales, del tipo que sea, en torno a cada cual van rotando los asistentes para escuchar, preguntar, criticar y proponer.Precisamente una de las razones, para Ioannidis, por las que sí tiene sentido seguir haciendo encuentros presenciales ( los “repurposed meetings”). Donde los temas a tratar no son ( ¡por enésima vez¡) los crónicos y sus modelos, sino aspectos tan interesantes e importantes como la incomodidad que nos supone los diagnósticos raros, o la desmedicalización del supuesto problema de salud mental, o la narración como instrumento para el ejercicio clínico.
La charla magistral se puede enlatar y ver por internet; pero no el discutir en una mesa con lápiz y papel sobre cómo podemos “de verdad” cambiar las cosas desde abajo, porque desde arriba solo vendrá más miseria y más ocurrencia disparatadas.
OSATZEN lleva practicándolo más de 6 años. La Sociedad Balear y la Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria también se incorporaron hace unos años.  Por no hablar del ejemplo excepcional de losSIAP desde hace ya 12 años, y de las insolentes de la Cabecera que osaron montar su congreso, de éxito inaudito, sin pedir permiso a nadie ( por cierto, el próximo en Madrid  no se lo pierdan)
Mientras tanto los congresos crucero del año próximo arribarán a Barcelona y Valencia de momento. Seguirán compitiendo a ver quién tiene el barco más grande

3 comentarios:

  1. Y desde la Sociedad Riojana de MFyC (srmFYC), aprendiendo de ellos con Jornadas y actividades "diferentes", también libres de humos.
    Y semFYC va tomando nota, seguro.
    Fuerte abrazo, Sergio.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el valor de estas experiencias. Muchas por suerte y somos nosotros los que debemos darles promoción. De este lado del Atlántico también, como ya nos has contado. Nuestra sociedad científica ha dado a comunicar su posicionamiento ante el financiamiento de eventos e investigación, pero es único en su genero en Uruguay. Podeis ver el documento aqui: https://drive.google.com/file/d/0B2tjwHv1enqDWlc2aU92Tl84a2c/view?usp=sharing

    ResponderEliminar
  3. Vosotros llevais años dando ejemplo con el magnifico congreso CIMF de 2015
    Animo en la tarea y compartiremos experiencias y esfuerzos

    ResponderEliminar