miércoles, 22 de abril de 2020

¿Bromea usted señor Illa?


- "Would you like cream or lemon in your tea, Mr. Feynman?" It's Mrs. Eisenhart, pouring tea.
-  I'll have both, thank you," I say, still looking for where I'm going to sit, when suddenly I hear: - -"Hehhehhehhehheh.Surely you're joking, Mr. Feynman."

Surely You're Joking, Mr. Feynman. Richard P. Feynman.

Seguramente está bromeando Mr. Feynman es el título del compendio de anécdotas y “aventuras de un curioso personaje”, el premio Nobel de Física y dueño de oscuro pasado Richard Feynman, investigador brillante, experto en samba, interesado en los procesos de apertura de cajas fuertes y participante en el proyecto Manhattan que llevó a la producción de la bomba atómica.
De la misma forma que la mujer del decano de Princeton, Mrs Eisenhart preguntó a Mr. Feynman si estaba de coña al responder que quería el té con limón y leche, cabría preguntarle lo mismo al sr. Illa, ministro de Sanidad español, ante su reciente declaración de que la Atención Primaria tendría un papel protagonista en la siguiente fase de la atención a la pandemia COVID-19. Si Feynman debía estar pensando en sus cosas al responder a la mujer del decano, el señor Illa debió pensar que estaba redescubriendo las Américas en forma de Atención Primaria. Según él “"La Atención Primaria va a tener un papel muy importante, sobre todo en la detección precoz de los nuevos casos",haciendo hincapié en el papel de estas profesionales para “garantizar el diagnóstico de nuevos casos, así como el seguimiento de casos leves y el de los contactos sospechosos de haberse infectado”.
La ignorancia es muy atrevida, y probablemente el único conocimiento que tuviera previamente el señor ministro sobre la Atención primaria sería el nombre del “ambulatorio” que le corresponde ( al que tan certeramente se refería su compañero de filas, Javier Solana), siempre y cuando no se deje seducir por los encantos del sector privado de MUFACE, como su colega de consejo Carmen Calvo.
Es lógico por otra parte que así sea; son encomiables los esfuerzos del señor ministro para aparentar conocimiento y recursos ante la mayor emergencia sanitaria de la historia, a la que se enfrenta con el único acompañamiento de su buena voluntad. El maltrato endémico hacia la sanidad por parte de los políticos de este país, y cuya última muestra es el nombramiento de una persona desconocedora de la complejidad de la sanidad  por parte del presidente del gobierno o el desprecio del actual vicepresidente Iglesias a la cartera de sanidad en las negociaciones del verano pasado, tienen estas consecuencias.
Bromea usted Señor Illa cuando asigna a la Atención Primaria funciones que viene realizando sin que usted se haya enterado desde el principio de la pandemia: detección precoz, seguimiento de casos leves y no tan leves, acompañamiento en domicilios,identificación de contactos, atención en la agonía. Quizá pensó que “los de Primaria” eran “sólo” esos refuerzos para el frente que llegaban a IFEMA tras la foto de rigor, sin saber qué tareas debían realizar.
Bromea usted señor Illa, porque sólo ahora, más de dos meses del inicio de la pandemia en España, más de cinco semanas después de la declaración del estado de alarma se acuerda del papel de la Atención Primaria, ausente de las tertulias, los expertos , los agradecimientos o los comités científicos, porque ya se sabe que la Atención Primaria (que es experta en mirar, escuchar y tocar) no utiliza Da Vincis ni terapias de células madre, esas cosas que tento les gustan a todos, ministros , políticos y tertulianos de postureo.
Bromea usted señor Illa, como bromean todos los consejeros de salud de las comunidades autónomas, al instar a que se refuerce la AtenciónPrimaria, cuando llevan décadas sus colegas de banco y de oposición, reduciendo año tras año los presupuestos, los profesionales, el mantenimiento, las infraestructuras, la modernización o la protección de la Atención primaria.
Esa Primaria que ahora aparentemente es objeto de atención de todos aquellos (sociedades científicas, revistas científicas revisadas por pares, centros de investigación) que siempre la miraron con desprecio, sigue en la misma situación de indigencia que hace diez años: por ejemplo en Granada, lucha para que no le cambien a las enfermeras que llevan meses dando la cara ante la pandemia porque administración y sindicatos (oh, los sindicatos¡) pactaron que a 30 de abril  sus contratos finalizaran, y por supuesto una pandemia no es razón para retrasar el relevo un par de meses; con lo que volverán a tener que aprender a levantar la piedra de Sísifo que implica atender hoy a las personas en Atención primaria.
Esa Primaria que encarga a las monjas de su zona básica que les cosan las bolsas de basura para hacerse trajes de protección porque los suyos no llegan.
O esos centros de Atención Primaria de Madrid que no emplean las PCRs que para determinar la exposición al virus de sus profesionales a no ser que tengan síntomas, porque saben que de dar positivos habrá uno menos al día siguiente.
Mucho tiene que cambiar en el sistema sanitario para evitar un desastre como el presente. Pero aún mucho más deberá cambiar en Atención primaria. Quizá crean que sus profesionales son pollos sin cabeza que lo mismo se les manda a IFEMA que a hacer test rápidos. Sin recursos adicionales, sin reordenación de tareas, sin condiciones mínimas de trabajo, sin límites…
Bromea usted señor Illa. Una de las pocas cosas buenas que puede tener la pandemia es acabar con tanta broma.

2 comentarios:

  1. Efectivamente, Sergio. Se acabaron las bromas.

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  2. Otra broma:
    Trabajó hasta el día 2 de abril, el 3 ingresó y el mismo día 3 ingresó en la UCI. Y todavía tienen los cojones de terminar la noticia diciendo que "se desconoce dónde se contagió"

    https://www.ideal.es/granada/fallece-primer-medico-granada-coronavirus-20200422210932-nt.html

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