martes, 5 de enero de 2010

Cuentos de Navidad


(Publicado hoy, 5 de enero, en Diario Médico)


“Siempre hay algo bueno

en el fondo de las peores cosas

Si los hombre fuesen lo bastante observadores

para saber destilarlo”


Henry V. Escena 1ª. Acto IV.
Shakespeare

El número de esta semana de The Economist ( 19 de diciembre-1 de enero) nos trae dos noticias, como de costumbre, una buena y una mala: la buena es que la recesión fue menos calamitosa de lo que temíamos, con la mayor parte de los países desarrollados creciendo por estas fechas ( excepción hecha de Gran Bretaña y España) . La mala, es que las repercusiones de la crisis posiblemente sean más peligrosas de lo que creemos. Nadie sabe lo que nos deparará el futuro, a menudo los peores presagios se quedan en nada (no hay más que recordar la temida pandemia gripal y los negros presagios de las autoridades sanitarias al respecto) , pero en cualquier caso siempre es bueno revisar el armamento que tenemos para enfrentarnos a lo desconocido.
En este sentido, el blog del siempre influyente Richard Smith, ex Director del BMJ, hacía referencia a la importancia de la imaginación en tiempos convulsos, ya que como decía Einstein “ la imaginación es más importante que el conocimiento”. Como se comenta en su blog, vivimos tiempos en los que el “logos” predomina (estrategias, planes de negocio, cuenta de resultados), pero en los que cada vez es más necesario recuperar los “mitos” ( las historias, la imaginación).
Si hemos tenido medicina basada en la evidencia, la eminencia o la afectividad, ¿no sería útil una medicina basada en la literatura?
Joseph Badaracco Jr, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, publicó un artículo en el Harvard Business Review sobre la utilidad de la literatura para reflexionar sobre el liderazgo en las organizaciones.
Navidad es siempre buen momento para leer, y algunos clásicos pueden sernos útiles para pensar.
En un extremo, el conocido Cuento de Navidad de Dickens ( con adaptación cinematográfica reciente incluida de Robert Zemeckis), cuenta la historia de Mr Scrooge un avaricioso y despiadado hombre de negocios preocupado únicamente por la cuenta de resultados, impasible ante los problemas de sus subordinados, ignorante del valor de éstos como personas. No son excepcionales los Scrooge en los servicios sanitarios. Bajo una falsa apariencia de amabilidad, se esconde a menudo la consideración de que las personas son meros instrumentos para conseguir ciertos fines, y que cuando las cosas se tuercen casi siempre se debe a la incompetencia de los demás, más que a la de uno mismo. A Scrooge le salvaron los fantasmas, pero a menudo los fantasmas de los Scrooge de la gestión sanitaria, aparecen cuando ya es demasiado tarde para redimirlos.
En el otro extremo del espectro podría estar Enrique V, el protagonista de la obra de Shakespeare, referido también por Richard Smith. No es ningún paradigma de buena conducta: niño mimado, disoluto y mujeriego, decide afrontar la conquista de Francia para encontrar su lugar en el mundo. Y ante la batalla de Agincourt , con un ejército abatido y diezmado, con posibilidades de victoria casi nulas, es capaz de ganar su batalla asumiendo de veras su papel de líder. Papel que se basa en escuchar a su gente ( incluso cuando lo que le dicen sea ofensivo), en transmitir confianza ( aunque no tenga ninguna), en apoyarse en personas de confianza, en ver la parte buena en medio del desastre.
Smith considera que un líder debe reflexionar sobre cuales son sus valores; y después repasar cual es el trabajo que realiza. Si hay superposición entre ambos, las cosas van bien, pero si no la hay es mejor que cambies de valores, o mejor de trabajo.

2 comentarios:

  1. Gustavo Martín Garzo nos ha regalado en el diario El Pais una historia titulada "Noche de Reyes". http://www.elpais.com/articulo/opinion/Noche/Reyes/elpepiopi/20100103elpepiopi_4/Tes

    En ella se dicen cosas como:
    "La razón nos dice cómo es el mundo, y nos ayuda a descubrir las leyes que lo rigen, pero no nos dice por qué estamos en él, ni si nuestra vida tiene o no algún sentido. ¿La razón? Nuestra vida no cabe en una casa tan pequeña, por eso necesitamos ficciones que nos permitan ampliar el campo de lo posible."
    Que mejor forma de comenzar el año que cargarnos de historias para soñadores.

    miguel melguizo

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  2. Muchas gracias por el vínculo Miguel. Es cierto lo que comenta Martin Garzo, alguien que siempre le ha dado mucha importancia a la ficción. Me llamó la atención que alguien tan aparentemente "racionalista" como Richard Smith, tan preocupado por la Evidencia, el conocimiento científico, su metodología, ponga tanto el énfasis en la necesidad de historias. Es cierto que son necesarias para ampliar el campo, e intentra entender lo que posiblemente sea imposible.Feliz año

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