jueves, 22 de octubre de 2015

Capitalismo filantrópico ( y II)


Una de las noticias del día es la donación de Amancio Ortega, el creador de Zara, de 17 millones de euros en aparataje a la sanidad gallega. Gran corazón. En proporción a su fortuna es como si yo donara a la sanidad gallega un total de 16 euros. Estoy por ir a la Fundación Galicia Obra Social para regalar bolis Pilot a los colegas gallegos por dicho importe (dan para cinco), y ser así recibido por Feijoo como desprendido donante.
Al margen de alabar semejantes gestos de generosidad cabría preguntarse si son inocentes. Como comentábamos ayer , Ann-Emanuelle Birn analizaba recientemente los conflictos de interés del gran líder mundial del Capitalismo filantrópico: el Príncipe de Asturias Bill Gates.
En dicho informe señala que la Bill& Melinda Gates Foundation (BMGF) mantiene relaciones estrechas con compañías del sector sanitario como Johnson&Johnson o Sanofi-Aventis. La puerta giratoria entre dicha fundación y los altos directivos de empresas farmacéuticas funciona a pleno rendimiento. Y l a propia BMGF reconoce que parte de sus ingresos proceden precisamente del registro de patentes farmacéuticas. Por no hablar de los beneficios de las intervenciones de la Fundación de Gates en empresas tan saludables como Coca Cola o McDonald, o de los inevitables pasadizos entre la empresa de Gates ( Microsoft) y la caridad de Gates ( BMFG).
Su Fundación, por otra parte, fue uno de los principales patrocinadores de la Comisión de la OMS sobre Macroeconomía y Salud. Y como señala Birn, y a diferencia de la época de gloria de la Rockefeller Foundation hoy en día en el mundo de nuestros días está perfectamente aceptado  ( e incluso es deseable) que existan beneficios económicos como consecuencia de las acciones en materia de salud pública.
La Fundación Gates tiene intereses evidentes en múltiples Partenariados Público-Privados ( Private Public Partnership) , tanto en el sector farmacéutico como en la prestación de servicios sanitarios. No es extraño por ello que esta modalidad de prestación de servicios sea la fórmula favorita de tan cualificado benefactor a la hora de orientar las políticas sanitarias. Por tanto, el modelo que fomenta Gates a través de su fundación ,está perfectamente alineado con las políticas destinadas a reducir el papel del estado, desregular el sistema sanitario y fomentar los proceso de privatización en el mismo, algo completamente coherente con su convicción de que el mercado es infalible, como señala Birn.
Gates comparte con la Rockefeller Foundation, el fomento de condiciones laborales “especiales”, tales como la reducción de salarios, la precariedad en las condiciones de trabajo para la mayoría de los trabajadores en lejanos países, o la inversión en prácticas que violan las normas básicas de regulación, por no hablar de las repercusiones que tendrán muchas de sus prácticas en materia ambiental a las futuras generaciones. En palabras de Birn: “la Fundación Gates ha comenzado a aplacar las preocupaciones colectivas de los intereses capitalistas  de que la salud global es demasiado importante para dejarlo en manos de supuestas entidades democráticas ( por ejemplo , la OMS)”.
El fomento realizado hasta la fecha de programas verticales centrados en enfermedades tratables mediante fármacos en detrimento de modelos basados en atención primaria, o la “ignorancia” de los determinantes de la salud como factores críticos ,son aspectos suficientemente significativos como para generar dudas razonables sobre los intereses inocentes de los filántropos.
La contribución de aquellos a los que sobra el dinero posiblemente no deba ni pueda ser despreciada. Pero sin que ello deba suponer que la decisión sobre las inversiones y prioridades en materia de salud quede a su criterio. Porque al igual que ocurría con el escorpión en la fábula , forma parte de su carácter orientar sus acciones hacia su propio beneficio.

4 comentarios:

  1. Este tipo de caridades son, cuando menos, antiestéticas.
    Lo lamentable es que, como indicas, dada la situación, "La contribución de aquellos a los que sobra el dinero posiblemente no deba ni pueda ser despreciada".
    Y quién sabe, tal vez vengan bien esos cinco bolis "Pilot" que estarías dispuesto a donar a la sanidad gallega. Tu das cinco bolis, otro puede recoger tapones, y así, entre todos, salvamos el sistema.

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    1. Aceptar este tipo de comportamientos es una trampa: en vez de buscar donaciones deberían garantizar que las grandes fortunas paguen de verdad lo que deben

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  2. En mi opinión hay otro aspecto fundamental que comentar en relación con estas donaciones. La constitución española y muchas de sus leyes de desarrollo introdujeron un cambio fundamental en el modelo de beneficencia que existía con anterioridad y que recaudaba sus fondos de corridas de toros, rifas o regalos de millonarios menesterosos como es el caso. Al consagrar la dignidad personal y la protección social de la ciudadanía como derechos, todo ciudadano tiene ahora el derecho a disfrutar de los mismos servicios y tiene el deber de soportarlos a través de sus impuestos. En España los ciudadanos tenemos derechos y deberes sociales y económicos. Y las Administraciones Públicas no pueden cubrirlos de manera graciable y asistemática, sino que deben hacerlo de manera profesional y sistemática, basada en las leyes. No hacerlo así supone deslegitimar el Estado y cargarnos el pacto social en el que descansa nuestra democracia. La tentación de volver a basar derechos fundamentales como la sanidad en la beneficencia debe ser cortada de raíz. Por eso creo que en España sí podemos y debemos despreciar este tipo de actuaciones, y me refiero no tanto al que dona sino a la Administración que acepta la donación.

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    1. No se puede decir mejor Guillermo. Lo has explicado mil veces mejor que podría hacerlo yo. La carga de la prueba está una vez más en la administración´n que no solo tolera sino que aplaude insensatamente este tipo de "regalos"

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