La Asamblea de la Comunidad de Madrid a propuesta del grupo socialista ( y de
forma muy especial de José Manuel Freire) ha aceptado por unanimidad de todos los grupos políticos (Partido
Popular, Partido Socialista, Podemos y Ciudadanos) avanzar en la profesionalización
de la gestión sanitaria. El texto de la moción defendida por Freire incluye
cinco puntos básicos: establecer órganos colegiados de gobierno en los centros
del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), desarrollo de un régimen profesional
en la gestión directiva, fomentar mecanismos de asesoramiento profesional , e introducción de
instrumentos de buen gobierno que además permitan aumentar el margen de
autonomía de los centros. Algo que Freire llevaba años reivindicando y que,
según parece, ha suscitado el interés de otros parlamentos autonómicos. Si al
final fuera cierto, comenzaríamos a comportarnos como un país desarrollado
treinta años después de la aprobación de la Ley General de Sanidad.
Ya que a los partidos políticos parece haberles entrado por
fin la formalidad, habría que pedirles que, ya puestos, ampliemos esa “
profesionalidad” a lo que son los cargos políticos, es decir al ejercicio de la
máxima responsabilidad, en materia sanitaria, tanto dentro del Ministerio de
Sanidad como de las Consejerías de Salud o Sanidad de las diferentes
comunidades autónomas.
Nuestro historial de personajes al frente de la máxima
autoridad sanitaria del país ofrece una rica variedad de caracteres , algunos
de los cuales podrían haber sido sin problemas personajes protagonistas de series
tan deleznables como La que se avecina: desde el tipo al que se le caían los
bichitos de la mesa matándose, a la señora que se lió entre huesos de vaca y de
cerdo, pasando por la impetuosa aficionada a las pulseras Power Balance , por
no mencionar a la más brillante hasta la fecha, la que “aprobaba medidas yaadoptadas para parados sin prestación parlamentaria”.
A esta última vino a sustituir por fin un tipo serio, de
esos que inspiran confianza a los mercados. El problema es que su conocimiento
de algo tan “sencillo” como la política sanitaria, la atención cotidiana a
personas enfermas por parte de profesionales con un alto grado de
cualificación, era similar al que yo tengo del Bolsón de Hicks. Según algunos
medios Alfonso Alonso se “ganó” el cargo por haber sido de los “que más ha dadola cara por el presidente”, que como es bien sabido es un requisito
imprescindible en cualquier cargo de alto contenido técnico.
Como no hay encargo al que no se pueda dar respuesta con una
sólida confianza en uno mismo, Alonso ha debido considerar que el cargo es
suficientemente relajado como para buscarse alguna actividad extraescolar. Pero
en vez de elegir pádel o zumba como hace el populacho, ha decidido ponerse al
frente del Partido conservador en el País Vasco, que andaba algo desnortado (
nunca mejor dicho) desde que decidió dejar a sus niños sin su protectora
sombra.
La Vicepresidenta del gobierno español a preguntas de los
periodistas contestó que ambos cargos son perfectamente compatibles: “ letendrá que echar más horas, pero nada más”. De lo cual se deduce que para ser
ministro sin tener ni flores de la cartera basta con un horario de funcionario
probo, o bien que Alonso consume algún extraño producto psicoestimulante capaz
de permitirle reducir las horas de sueño a la cabezada en el coche oficial
camino del aeropuerto
En estas menudencias es donde uno se da cuenta de su
insignificancia: en mi modesto trabajo he tenido que dejar dos obligaciones muy
queridas porque no doy abasto con un nuevo proyecto, sin tener un rato libre
para poder escuchar como se merece el último disco de Richard Hawley. Y
mientras yo naufrago en mis discretas
ocupaciones, un hombre cabal compagina sin complejos ser presidente de un
partido y a la vez ministro de Sanidad sin formación previa.
Algo como si a mi me hicieran mañana Director de operaciones
de British Petroleum e inquieto por mi aburrida vida me dedico los fines de
semana a dirigir el ruinoso equipo Mclaren de Fernando Alonso.
(Foto: Alonso y Mato…haciendo cosas)
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