miércoles, 24 de febrero de 2016

Lo cuali y lo cuanti: "mirada de ojos tuertos a la deriva"



El BMJ contestó al texto de Greenhalgh y compañía que comentábamos en el último post. Tenían una magnífica ocasión para rectificar una línea editorial que pone demasiado en evidencia lo que al final manda, y que no siempre por desgracia es generar y ampliar conocimiento.
Maite Cruz, socióloga, experta en metodologías cualitativas, compañera y amiga en múltiples proyectos analiza la respuestaa en este comentario. Merece la pena leerlo.

" Es de agradecer que un grupo de investigadores y profesionales de diversos ámbitos relacionados con la investigación en salud hayan unido fuerzas y redactado el manifiesto enviado al BMJ. No puedo estar más de acuerdo con sus argumentos y contenidos. El debate está abierto; el silencio se disipó y el British respondió la carta. Son varios los argumentos que enumeran para seguir abanderando el rechazo a artículos que utilicen estos métodos y técnicas de investigación. De ellos, no me centraré en las cuotas ni en los roles de la revistas, sino en dos mucho más obvios. El primero, y con el que más se ceban, es con la imposibilidad de generalizar el conocimiento. A lo largo de mi desarrollo profesional me he encontrado muchas veces en docencia con un auditorio parecido al formado por el comité del BMJ. Profesionales con cara de pez y una media sonrisa condescendiente que, la mayoría de las ocasiones, terminan comentando en voz alta: “lo que cuentas es realmente interesante pero eso no es ciencia, eso no es objetivo, eso no es generalizable”. Y mi respuesta siempre ha sido la misma: “es cierto que no es generalizable, ni extrapolable… y ¿qué?”. El acceso al conocimiento, afortunadamente, no es sinónimo de conocimiento estadístico generalizable, hay otros aspectos como la comprensión de un determinado fenómeno que tan bien relatan Greenhalgh y colaboradores en su carta. 
Como escribe Sergio no es cuestión de hablar sobre las ventajas o inconvenientes de utilizar una u otra metodología; es más, como diría Alfonso Ortí, lo cuantitativo y cualitativo no son métodos que se complementan, como a veces se justifica, sino miradas de ojos tuertos a la deriva: una mira al norte, otra al sur, y la suma de ambas perspectivas no ofrece una mirada completa sobre eso que llamamos realidad, sino que nos sirve de brújula para atisbar donde puede quedar el este o el oeste. 
La respuesta del BMJ se basa en el carácter hegemónico del modelo biomédico positivista, donde la subjetividad de la narrativa y biografía de las personas se diluyen en un encorsetamiento forzado pero, eso sí, bañado en la objetividad de los signos, la cifra y la etiqueta diagnóstica. El segundo argumento que esgrimen los colegas del BMJ se ciñe a que entre los objetivos de la revista está sobre todo el sopesar el diseño, las preguntas y las limitaciones de los estudios que reciben. Creo que uno de los principales problemas que históricamente se han forjado alrededor de lo cualitativo es que la investigación que ha querido utilizar estas metodologías siempre lo ha hecho bajo el molde y esquema de los métodos y técnicas cuantitativas. Como intentar colocarse un zapato de peineta sin tener el arte de Martirio. El valor de este tipo de investigación ya sabemos como se mide: los mismos criterios que se aplican a los estudios estadísticos y epidemiológicos. tanto en lo relativo a los criterios de calidad establecidos por las revistas, en las bases de las convocatorias públicas para acceder a financiación, o en los requisitos éticos que deben cumplir para que pueda ser publicada o financiada.
lHace muchos años una colega escribió  “no midas mi peso con una jarra” haciéndose eco del mismo problema que desde hace años existe también en nuestro país. Uno de los principales problemas, probablemente además del señalado, es que no existe interés,  en la formación de profesionales de la salud,  el aprendizaje de otra manera de investigar y acceder a la realidad, que no sea dentro de un "intervalo (mire usted) de mucha confianza". 
Esta ausencia ha llevado, también en ocasiones, a la falta de rigor y calidad en muchas investigaciones, aunque (como escribe Sergio),  no en mayor medida que las cuantitativas. 
Si se analiza el perfil del comité editorial del BMJ, ¿qué  encuentras? ¿quién forma el staff editorial? Revisando su web aparecen un nutrido grupo de  profesionales entre los que se llega a contabilizar hasta nueve personas centradas en la revisión de la parte estadística de la revista. No lo intentes, por mucho que sigas bajando el cursor, no encuentras ningún nombre que edite o se haga cargo de los estudios cualitativos. El resultado es obvio, hablamos de una estructura jerárquica en cuya cima se encuentra a los estudios con base estadística y copado de números y cuentas y, por cuyos márgenes, le resbalan las letras y cuentos que se asientan en la más baja de las escalas de acceso al conocimiento. 
¿Para cuándo otros “modos de ver” y difundir el conocimiento?

5 comentarios:

  1. No puedo estar mas de acuerdo con vosotros Maite y Sergio. Solo añadir que esta mirada unidimensional "en cuantitativo" está afectando también a otras áreas, además del mundo de la investigación.

    Por ejemplo, en la actualidad toda evaluación de un proceso formativo para estudiantes de medicina o residentes ha de estar calibrada en números para que pueda considerarse objetiva.
    Deseo que alguna vez alguien me ofrezca un folio en blanco,o un espacio de escucha de 10 minutos, para poder evaluar a través de una narración. Mi subjetiva objetividad, sin duda, se reflejaría mejor que con las décimas y centésimas actuales.

    Otro ejemplo es el planteamiento cuantitativo actual de los contratos de gestión en las Unidades de Gestión Clínica.

    Bien es cierto que a la realidad nos podemos acercar a través de miradas de ojos tuertos o de miradas de ojos dislocados. En ambos casos nada mejor volver a oir la "Fábula de los tres hermanos" de Silvio Rodríguez, y asumir lo que nos propone Silvio para entender la realidad; humildad y comprensión de la parcialidad.

    miguel melguizo jiménez

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    1. Miguel, acabo de leer tu acertado comentario. Totalmente de acuerdo con todo lo que planteas. Precisamente hoy estaba revisando un vídeo de Bárbara Ehrenreich y de sus ideas en contra del positivismo como ideología que se impone y debe prevalecer cuando sufres una enfermedad o cualquier percance. Ella lo describe perfectamente en su libro "Sonrie o muere", y me ha sugerido que quizás no estamos muy lejos del "Objetiva o muere". Resistiremos como la vieja y hermosa canción de Silvio. Un abrazo
      Maite

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  2. Hay una cosa que no me cuadra en esta historia.

    Investigadores que usan métidos cualitativos reivindicabdo publicar en una revista que les dice que solo está interesada en publicar estudios basados en modelos cuantitativos.

    ¿Pero acaso no existen publicaciones dedicadas a publicar investigación cualitativa? y si no existiesen ¿que impide a la comunidad científica cualitativa crearlos?
    La intuicion me dice que quieren publicar en BMJ por su factor de impacto, pero es que a lo mejor ese factor de impacto existe precisamente porque no se publica investigación cualitativa (ya sea porque la gente o el dinero o ambas cosas prefieren la cuantitativa.

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    1. Greenhalgh no es una investigadora de una sola revista. Lo mismo publica en el BMJ que en Milbank Quarterly que en Implementation Science. De hecho su mejor articulo del año pasado lo publicó en BMC.
      Sin duda que el FI importa en esta reivindicación. Porque de él depende por desgracia el disponer de fondos a menudo para poder realizar un estudio
      Si el BMJ fuera una revista que excluye por politica editorial los estudios cualitativos lo entenderia. Pero si aspira a generar el mejor conocimiento a través de estudios cieentificos rechazar de raiz los estudios cualitativos significa que no los considera una forma de investigación tan válida como el ECR y demás vainas

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    2. Dr. Bonis, a mi me parece que no se trata solamente de una cuestión de factor de impacto y de que cada uno tenga su espacio en una u otra revista. Estoy de acuerdo con Sergio en que, como dirían en mi pueblo, a Greenhald "ni falta que le importa" publicar en BMJ porque puede hacerlo prácticamente en cualquier revista que se proponga. Lo que plantea es una llamada de atención sobre estos métodos. Si cada uno (cuanti/cuali) leemos y publicamos en nuestras revistas y seguimos mirando con el mismo ojo, ya viciado de siempre enfocar lo mismo, nunca podremos añadir otro tipo de explicaciones. Los criterios de los estudios que se publican en una revista deberían guiarse por su calidad y aportación, independientemente de si lo hacen con más números o más letras. Como dice un compañero la calidad de lo cualitativo debe pasar el criterio "doble R": riqueza teórica y rigor metodológico, y por supuesto que los resultados sean relevantes.
      Un saludo,
      Maite C.

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