Uno de los asuntos dentro del deporte que más curiosidad
científica ha generado entre los investigadores del comportamiento humano es la
posible existencia del concepto “ estar en racha”. Esa situación que se produce
cuando un alero cuela todo lo que le cae en las manos, o cuando un tenista
parece haber cerrado un pacto con el demonio para que todas su bolas caigan
dentro.
Ya que estamos en época de observación inevitable del
deporte en todas sus variadas facetas , resultaba ayer interesante observar como Nadal ( en un estado de forma más que
discreto) iba enhebrando series cada vez más amplias de buenos golpes, mientras
alguien tan en forma como Djokovic hacía justamente lo contrario.
Dentro del grupo de Daniel Kahneman, fueron Thomas Gilovich,
Robert Vallone y su inseparable Amos Tversky los primeros que estudiaron, allá
por 1985, el efecto de la “mano caliente” (hot hand) en baloncesto ( la
suposición de que es mucho más probable que el próximo lanzamiento sea un
acierto que un fallo en un lanzador si lleva más de tres tantos consecutivos) Y
concluyeron que el citado efecto no existe, y que las probabilidades de acierto
o error en cada lanzamiento no están condicionada en modo alguno por el éxito
de los lanzamientos previos.
Sin embargo no toda la comunidad científica piensa igual. De
hecho, como de deportes estamos hablando, el resultado de la distribución entre
partidarios y detractores de la “mano caliente” estaría en un 14 a 13. Ganan
por estrecho margen los que creen en ella.
Uno de éstos es otro grande del estudio del comportamiento, Gerd
Gigerenzer, quien en su particular empeño en cuestionar las teorías del
Nobel israelí, viene a demostrar
en una serie de experimentos tan variados como complejos, que el “estar en
racha” existe, al menos en el caso del voleibol ( por lo que urge encontrar en
estos juegos una mano caliente para la selección, que ha empezado con un
estrepitoso fracaso).
En Simply Rational ( su último libro) Gigerenzer demuestra
que la creencia en la “mano caliente” es mayoritaria entre jugadores y
entrenadores ( algo que también confirmaron los trabajos de Gilovich). Pero en
el caso concreto del voleibol ( al menos en la liga grande de este deporte en
Alemania), existe realmente el efecto.
La diferencia con el baloncesto ( en donde aparentemente
Gilovich no encontró efecto ) podría venir determinada porque ante la
existencia de un jugador en racha , el adversario dispone de medidas de defensa
más efectivas que en voleibol ( al estar separados ambos equipos por una red).
Pero quizá la mayor aportación de los estudios de Gigerenzer viene del hecho de
confirmar que es la creencia en la “mano caliente” (sea cierta o no), la que
condiciona el comportamiento de jugadores y entrenadores, quienes tienden a
confiar a partir de su detección, en el tipo que está en racha, en lugar de
buscar a otros compañeros con mejores resultados o, sencillamente mejores.
De hecho Burns, en 2004 , consideraba ese efecto adaptativo,
es decir un medio con el que
evolutivamente adaptaríamos nuestra conducta, en la convicción de que nos daría
mejores resultados. Y para Burns sería bastante inusual que una conducta
errónea hubiera triunfado evolutivamente sobre la más efectiva. O dicho en
palabras de Ggerenzer, “ la cuestión lógica de si una creencia se corresponde con
la realidad no debería ser confundida con la cuestión ecológica de qué grado de
utilidad tiene una creencia para alcanzar un objetivo”.
Ante el lamentable inicio de la selección de baloncesto
esperemos que pronto a alguien se le caliente la mano. Y más allá de
curiosidades veraniegas lo que pone de manifiesto una vez más los trabajos de
Gigerenzer es que en la vida y en nuestro comportamiento, “ no es racional todo
lo que reluce”.
:)
ResponderEliminarCreí que ibas a hablar del póker, al leer el título.
;)
Un abrazo.
Ja, ja….pues también ha sido estudiado el fenómeno ahí
ResponderEliminarUn abrazo
Pues donde si existe la "mano caliente" es en nuestra profesión. Boef y cols lo denominan "monotonicidad" (traducido). Mediante una encuesta en diversos países sobre el tratamiento del hipotiroidismo plantean que “en todos los casos de todos los países, un paciente era más propenso a recibir hormona tiroidea si un caso diferente del mismo médico ya había recibido esa hormona”
ResponderEliminarCierto es. la mano caliente afecta siempre que un comportamiento es predecible en función de los resultados anteriores.
EliminarEl ejemplo del diagnóstico es clarísimo: tras tres hipotiroidismo no puede venir un cuarto en la misma mañana