“El infierno son los otros”
Jean Paul Sartre
La capacidad del ser humano para hacer el necio es
afortunadamente ilimitada. Si ayer eran los atolondrados ciudadanos que
perseguían las ilusiones visuales que generan sus teléfonos, hoy dan buena
muestra de ello una especie mucho más peligrosa y dañina: los altos directivos
de las empresas y los gurús que les iluminan.
La noticia más vista ayer en el diario El País es un
artículo que alienta a comenzar a trabajar a las 4 de la mañana. Pero no por
aplicación de nuevas normas de explotación de los trabajadores, sino por propia elección de los directivos de
las empresas más “cool” del mundo.
Según argumentan los defensores de la idea, de esta forma se es mucho más
productivo puesto que ( tras arduos estudios de investigación sumamente
complejos) , han descubierto que a
semejantes horas casi todo el mundo está dormido, y no molestan con sus
correos, whatsapp, llamadas o verborrea vacua. Grandes timoneles de nuestra sociedad moderna, como el jefe
de Apple o de Starbucks parecen ser entusiastas seguidores de la nueva moda (
en el caso de este último tiene una cierta justificación, al tener que
levantarse a preparar el café de medio mundo). Prestigiosos gurús como Daniel
Ariely, el catedrático de Economía y Socielogía de Duke, (y del que hemos
hablado por aquí unas cuantas veces) le da la pátina científica a la idea .
Empleando la tradicional división de la humanidad en alondras ( partidarios de
madrigar) y búhos ( amantes de trasnochar) , llega a la conclusión de que los
búhos son mucho menos “eficientes”. "Todos los estudios indican lo mismo: que la dos horas más
productivas son las primeras del día, nada más llegar al trabajo, que suele ser
de 9 a 11”.
Y ya que ese tramo horario se ha convertido en un infierno
de distracciones, interrupciones y propuestas de cafés con donuts, lo mejor es
adelantarlo al tramo de 4 a 6. La idea debería servirle a Ariely para ganar el
premio Nobel: trabajar fuera del
horario laboral, porque en el horario laboral no es posible trabajar.
La prueba del algodón
de su eficacia nos la aporta nada menos que Berto Pena ( debe ser amigo
de Nestor Tilla), director de la mítica Think Wasabi ( ya saben la que tiene
como lema “Con mi blog conseguirás ese plus que te falta. Empieza con mi pack gratuito “Despega” y pin
tu vida en piloto automático”). Según nos cuenta personalmente Berto, “ cuando
la mayoría de la gente se incorpora al trabajo yo casi he cubierto la mitad de
mi jornada”.
Uno pensaría que con semejantes nuevos hábitos la gente
dejaría de trabajar a las 12 para poder volver a casa y poder dormir algo, pero
adecuaciones consiguientes del horario laboral no se menciona en ningún
momento.
Los grandes científicos del “Management” parece que han
decidido acometer la conquista del último territorio virgen de la holgazanería
humana: las horas de sueño. Es cuestión de unos años que se empiecen a aplicar
reformas laborales que limiten las horas de sueño a un pare de horas con un
complemento generoso de 5 minutos para dar una cabezada a medio día.
En definitiva , queda demostrado que la mejor forma de
solucionar el problema de la continua interrupción en el trabajo no es otra que
esconderse. Y dedicar nuestro tiempo libre a realizar el trabajo que los demás no nos dejan hacer. Por desgracia parece que Sartre tenía razón
Puestos a elegir necedades la de Pokemon me parece mucho
menos dañina.
Penosa situación, atrás quedó el chute de cortisol que ayudaba al amanecer a comenzar el día. En fin, me tendré que ir a dormir a las cinco de la tarde tras el té
ResponderEliminarYa hace algunos años, cuando se inició un nuevo modelo de atención a las urgencias de atención primaria en mi entorno, un gestor y su subgestor, ambos médicos de familia, recién ascendidos desde su consultorio, llegaron a proponer que las horas de la noche en que no vinieran visitas (entonces sucedía, ahora prácticamente no, aunque no han aumentado las consultas por patología grave) se cobraran a un precio inferior o no se cobraran pues "se estaba durmiendo, no trabajando". Naturalmente, les respondí que a ver si a los bomberos sólo les pagarían cuando están apagando incendios. En nuestro país, con un horario de apertura de los centros de salud de 08 a 20 horas que impide la vida normal de los médicos, enfermeras y administrativos sin que se haya demostrado que mejore nada en los pacientes, sólo nos faltaría empezar a las 04. de la mañana.
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