lunes, 11 de julio de 2011

Los riesgos de la obediencia

“El hombre moderno se halla en una posición en la que mucho de lo que él piensa y dice no es otra cosa  que lo que todo el mundo piensa y dice “
El miedo a la libertad. Erich Fromm.1947.

El pasado día 6 se presentó en mi Escuela la Estrategia de Bioética de Andalucía por parte de su director, mi compañero Pablo Simón, en acto presidido por la Consejera de Salud de Andalucía. En la conferencia de clausura, el profesor Diego Gracia, centró su análisis (espléndido) en hablar de ética de la ciudadanía, otra de las palabras que deberían dejarse en barbecho una temporada, siguiendo las orientaciones de Wittgenstein en su Aforismo 209 ( "Algunas veces es necesario sacar una expresión del lenguaje y mandarla limpiar: después se puede volver a poner en circulación”).
Porque de tanto utilizarlo, invocarlo y manosearlo, un término tan importante corre riesgos de acabar siendo otro tópico sin apenas significado.
Quizá para aclararlo el profesor Gracia realizó en apenas una hora un sencillo,  y a la vez profundo recorrido por el significado de la palabra ciudadano y las consecuencias que implica: el ciudadano aparece tras la revolución francesa de 1789, en sustitución del “siervo” ( especialmente vigente en la Edad Media) y del “súbdito” ( propio de las monarquías absolutistas). Un ciudadano es alguien con derechos ( civiles, y políticos), llamado a intervenir activamente en la cosa pública, para lo cual resulta imprescindible “empoderarlo”, es decir adquirir la educación necesaria para que sus opiniones sean propias y autónomas, y ejerza realmente de ciudadano y no de súbdito disfrazado.
En este sentido, la ética aspira a hacer ciudadanos, personas con la autonomía, responsabilidad y educación suficiente para gestionar su propios valores en la sociedad de la que forman parte.
Sin embargo, como muy certeramente apuntaba Gracia, el interés de las organizaciones modernas por hacer súbditos, (que no ciudadanos) sigue siendo tremendo. Durante los años que trabajé de gestor me sorprendía que en los discursos de todo tipo de jefes ( desde ministros a directores médicos) se invocara como valor supremo el de la lealtad, cuya primera acepción habla del cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y la hombría de bien, pero cuya segunda habla del amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales como el perro o el caballo.
Hasta que el barco amenaza naufragio (en cuyo caso ya se sabe que huyen las ratas y comienzan los procedimientos de hacer leña del árbol caído, situación que parece cercana), buena parte de los ciudadanos o profesionales prefieren obedecer ,a defender su propia opinión. En palabras de Gracia, posiblemente sea la obediencia la virtud moral más alabada  a lo largo de la historia, algo que llevó a algunos de los mayores aberraciones de la humanidad. Como señalaba, lo más escalofriante de juicio de Adolf Eichmann, tal y como refleja Hanna Arendt en Eichmann en Jerusalén , es el hecho de que uno de los responsables principales de la “Solución Final” no fuera un monstruo, sino “ un hombre normal”, cuyos actos estaban determinados por “ su condición de ciudadano cumplidor de la ley ( él cumplía con su deber, no solo obedecía órdenes sino también obedecía la ley”).
Lejos de mi intención hacer comparables organizaciones de 2011 con la mayor tragedia de la historia de la humanidad. Pero sigue vigente la necesidad de recuperar(como también señalaba Gracia) ,el control sobre nuestras propias opiniones, decisiones y actuaciones. Otro de los grandes pensadores del pasado siglo, Erich Fromm, que supo extraer de le experiencia del nazismo conclusiones válidas para toda la raza humana, escribía: “ al observar el fenómeno de la decisión humana, es impresionante el grado en que la gente se equivoca al tomar por decisiones propias  lo que en efecto constituye un simple sometimiento a las convenciones, al deber o a la presión social”.
No estaría mal desterrar la obediencia de los valores de nuestras instituciones (aunque las camuflemos con otros términos más modernos). Porque, como señalaba el profesor Gracia, la experiencia del siglo XX ha demostrado que los obedientes  no son fiables.

13 comentarios:

  1. Es interesante al respecto la pelicula "I comme Icare" sobre los experimentos de Milgran. Conocí de ella en la asignatura de "Self-management" del IESE.

    Todo el sistema educativo esta orientado a la obediencia, no es de extrañar que entre los medicos se den altas tasas de obediencia (y su homologo, el autoritarismo).

    Opinar sale caro en este pais al menos, pero es bueno recordar lo que Diogenes (el filosofo que dio nombre al sindrome) dijo a Aristipo.

    Estaba Diogenes comiendo unas lentejas (comida de pobres) cuando Aristipo, un adulador de los poderosos, se acercó y le dijo:

    - "Diógenes, por qué vives así? Si aprendieras a adular al Rey no tendrias que comer esas lentejas"

    A lo que Diógenes respondió:

    - "Y si tu aprendieras a comer estas lentejas no tendrías que adular al Rey".

    El mundillo de la política (y por infiltración el de la gestión sanitaria) está lleno de Aristipos... así nos va.

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  2. Interesante reflexión.
    Quizás la obediencia sin mas este cambiando con la extension de las nuevas tecnologías de comunicación.
    Ahora puede opinar el que hasta hace poco no tenía voz en muchos foros.
    Por este medio que nos comunicamos prima la horizontalidad de las ideas.
    Creo que ya no somos súbditos de pensamientos de otros.
    Sólo la coacción del poder, el intercambio de intereses o la ignorancia producen obedientes a secas.

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  3. Habría que poner también a orear a la palabra obediencia (y obedecer), para ver si recupera su significado original: "saber escuchar" algo necesario y previo para poder tomar una decisión autónoma (y no autómata)

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  4. Eso de la obediencia tiene un principio ¿dejas que tus hijos te desobedezcan? .... por ahí empieza todo ....
    Ahora que no me escuchan, los límites se les ponen a los muchachos para que se los salten, aún sabiendo el riesgo que corren, siempre que no sea un riesgo "suicida" ¿los dejas que se salten los límites? ....

    Mi hija tiene estupendas notas, es una muchacha educada, pero es muy rebelde, de lo cual su padre y yo estamos bastante orgullosos, hemos tenido algunas broncas con alguno de sus profesores, que pretenden que los jóvenes de 16 años sean "sumisos a órdenes absurdas" y además que se callen con sus "manias injustas", lo siento pero no estoy de acuerdo, a los profesores se les debe respeto, a los jefes también, pero ni sumisión, ni obediencia ciega ....

    ¿Estamos dispuestos a educar así a nuestros hijos? de la respuesta depende todo eso que dices en tu estupenda entrada.

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    1. Confundes la cuestión. se trata de conceder independencia a los adultos, a los jóvenes lo que hay que darles es educación.

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  5. Ya el término Obedecer, en sí mismo y entendido como lo define la RAE (Cumplir la voluntad de quien manda) es contradictorio con el de ciudadano. Es un concepto predemocrático.
    Incluso en el ejército, no siempre vale la obediencia debida (Nuremberg).

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  6. Este post me parece especialmente importante por su pertinencia en contra de la corriente habitual en la que nos movemos en muchos ámbitos de la vida como el profesional. No veo exagerada la alusión a Eichmann. Él hizo lo que era bueno, desde un punto de vista muy común en su sociedad y en su época; algo terrible, pero no visto desde dentro. Creo que incluso en su juicio aludió al imperativo categórico kantiano. Los tiempos son afortunadamente distintos pero sabemos que la Historia se ignora y tendemos a repetir lo peor de ella.
    Fromm sigue siendo vigente. Si el miedo a la libertad propició lo que propició, Eichmann incluido, ahora subyace a un servilismo brutal y lo que es peor, voluntario, ante un “Otro” incorpóreo, bien sean los mercados, bien los “expertos” o la misma ciencia mal entendida. La industrialización de la Medicina con el uso perverso de términos como eficiencia, calidad, evidencias científicas y tantos otros, lleva camino de hacer del médico un mero burócrata intermediario entre los dos grandes mercados, el diagnóstico y el farmacéutico. Un burócrata sometible a procesos de certificación que verifiquen su adecuación a la norma, incuestionable.
    Pero si en Medicina las consecuencias ya las estamos sufriendo, en Educación se avecina un panorama mucho más inquietante, lo que es mucho más grave, porque ya no estamos aquí ante el sufrimiento humano sino ante la propia construcción del hombre como sujeto libre. Hoy la rebeldía, entendida en el mejor de los sentidos, como apropiación de la propia libertad, es más necesaria que nunca, frente a tanto exceso de estupidez alienante.

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  7. Muchas gracias Juana.
    Tienes mucha razón en lo que dices, además de tocar un tema sensible, como es el de la educación de los hijos. Pero estando de acuerdo en que " por ahi empieza todo" creo también que son niveles diferentes los de un niño que precisa de límites y orientaciones y los de un adultocon (aparentemente) criterio propio.
    No estoy llamando ni muchomenos a la insumisión y desobediencia civil, sino simplemente a construir un criterio propio, unas ideas personales y ser capaces de defenderlas, aunque vayas a contracorriente
    El mantener una opición propia no está ni mucho menos reñido con el respeto
    Saludos afectuosos

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  8. Muchas gracias bOnis. Un comentario sumamente interesante, desde la recomendación de la película ( que buscaré inmediatamente) a la anécdota de Diógenes ( el del tonel).
    rara vez se tiene la suerte por desgracia de encontrar en una clase alguien que no solo tolere , sino que estimule la discrepancia. Y la base del aprendizaje es confrontar lo que se cree con lo que creen los otros

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  9. Muchas gracias Alberto.
    Es interesante recuperar el sentido de las palabras. Diego Gracia lo hizo continuamente en la conferencia a la que aludo.
    Porque es la única forma de evitar perdernos en un mar de obviedades y tópicos.
    Precisamente Arendt cuenta en su libro ( Eichmann en Jerusalén) que éste acabab resultando cómico ( si no fuera por la tragedia a la que contribuyó) por su forma de hablar, en que no había una frase que no fuera un tópico.
    Las dos entradas que aportas hacen entender bastante bien por qué estçan tan relacionadas ( aunque inversamente ) la obediencia y la ciudadanía.

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  10. Javier, creo que tu comentario debería ser el post. Muchas gracias por él. Salvando las innegables distancias entre la aberración nazi y la situación actual (afortunadamente) hay instrumentos y principios comunes a los dos.
    De hecho Einsmann, como comenta Arendt, empezó a progresar en el escalafón precisamente por su diligencia a la hora de establecer una impecable gestión por procesos en el proceso de "desplumar" de todos sus bienes a los judíos antes de expulsarles.
    Diego Gracia también aludió al hecho de que Einsmann conocía perfectamente el imperativo categórico de Kant, e incluso pretendia sustentarse en éla la hora de justificar su obediencia ciega (más que a las órdenes, a la propia ley).
    En una situación tan complicada como la actual,la ñunica posibildad de salida es contar con profesionales con iniciativa y criterio propio. Porque no hay jefe, por bueno que sea, capaz de tener respuesta a tantas preguntas complejas.
    Pero tan responsables son los que no permiten la discrepancia como los que lo toleran todo ( procesos de trabajo mecanizados, sistemas de acreditación absurdas,..) por simple comodidad.
    Por comodidad muchos mantuvieron silencio en el año 33 y ya sabe como acabó la historia

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  11. Una entrada de lo más interesante hablando de ciudadanía vs. obediencia usando un medio de expresión que, hasta ahora, ha permitido a los ciudadanos (no rebeldes, no desobedientes, sólo ciudadanos) expresarse con idéntica resonancia (en lo que respecta a la oportunidad de ser escuchado por otros).

    Hete aquí que los poderosos y los obedientes/leales están tomando cartas en el asunto para que esto deje de ser así...

    Interesante lo que apunta Juana sobre como ese 'puntillo' de obediencia se nos mete en el "marco cultural" usando la educación... justamente la ausencia de disciplina/obediencia es una de las quejas del profesorado en los institutos. A mi modo de ver se confunde obediencia con RESPETO porque la primera 'es ciega' y la segunda hay que ganársela a diario demostrando muchas cosas.

    Gracias, Julio; veré la peli esa...

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  12. Muchas gracias Xose Manuel.
    Es clave lo que comentas. la importnacia de diferenciar el respeto con la obediencia. Lo que aprovechan muy bien , con sus habituales artimañas, los que quieren seguir teniendo una tropa de sumisos subalternos
    Saludos cordialas

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