viernes, 28 de junio de 2013

Cuidado con el leopardo

“Muchos hombres se hicieron sumamente ricos, pero eso era algo natural de lo que no había que avergonzarse, porque nadie era verdaderamente pobre, al menos nadie que valiera la pena mencionar. Y para todos los mercaderes más ricos y prósperos, la vida se hizo bastante aburrida y mezquina y empezaron a imaginar  que, en consecuencia, la culpa era de los mundos en que se habían establecido…Y así se establecieron las bases para una nueva y asombrosa industria especializada: la construcción por encargo de planetas de lujo…planetas de oro, de platino, de goma blanda con muchos terremotos. Tanto éxito tuvo esa aventura que Magrathea pronto legó a ser el planeta más rico de todos los tiempos y el resto de la Galaxia fue reducida a la pobreza más abyecta. Y así se quebró la organización social, se derrumbó el Imperio, y un largo  y lóbrego silencio cayó sobre mil millones de mundos hambrientos, únicamente turbado por el garabateo de las plumas de los eruditos mientras trabajaban en pulcros trazados sobre el valor de la planificación en la política económica.”
La Guía del autoestopista galáctico. Douglas Adams

Martin McKee y David Stuckler, a quien nos referíamos en la última entrada, realizaron recientemente una interesante revisión sobre el concepto, la evolución histórica y las tendencias de futuro de la cobertura universal en materia sanitaria. Concepto bajo el que subyacen cuatro principios fundamentales: acceso a los servicios y al aseguramiento, derechos, cobertura y protección a las personas de los riesgos financieros inherentes a la enfermedad, evitando caer en situaciones de catástrofe financiera ( además de las que implique para la propia salud).
La profundización y desarrollo de las políticas de cobertura universal precisaron siempre la confluencia de una serie de factores fundamentales: oportunidad  política, disponibilidad de recursos financieros ( generalmente a través de impuestos) y la movilización de partidos políticos de izquierda, junto a organizaciones sindicales y líderes sociales.
La crisis del 2008 , como señalan McKee y Stuckler ha supuesto una magnífica “ventana de oportunidad” para desmantelar los estados de protección europeos creados tras la 2ª Guerra Mundial por parte de los que defienden otro modelo de sociedad, mucho más desigual. Sus apocalípticas predicciones respecto a la presenta insostenibilidad de los sistemas universales ( debido al crecimiento de los costes tecnológicos, el envejecimiento poblacional y el aumento de las expectativas de los pacientes), fue rápidamente abrazado por muchos economistas y líderes de opinión en materia sanitaria ( algunos de los cuales ahora parecen recular con disimulo). Sin embargo , salvo en casos excepcionales ( Thatcher, Aguirre) , la estrategia nunca ha sido explícita respecto a la necesidad del desmantelamiento. Habitualmente se prefieren tácticas mucho más taimadas y progresivas, bien sea recomendando la compra o desgravación de seguros privados para aquellos que puedan permitírselo ( Cataluña, Madrid), introduciendo mecanismos nuevos de copago,o permitiendo que el incremento de listas de espera por mala gestión o escasez de recursos cuestione el funcionamiento de los servicios sanitarios públicos.
Lo que considerábamos sólidos y casi inquebrantables estados bienestar social en Europa se han demostrado mucho más débiles de lo previsto. Para McKee y Stuckler los que aspiran a desmantelar los sistemas de protección social tienen que solventar tres importantes obstáculos: el primero es conseguir persuadir a la población de que voten contra sus propios intereses; el medio fundamental para ello es utilizando la artillería pesada de sus medios de comunicación. El segundo obstáculo a superar es el apoyo de las clases medias a dichos estados de bienestar, para lo que  nada más útil que reducir las ventajas que dichas clases obtienen de él: educación pública de buena calidad, asistencia social, cuidado a dependientes,…Con ello las clases medias descubrirán que sus impuestos no se destinan a medidas de las que ellos se benefician, sino a terceros ( los pobres) a los que los medios de comunicación irán presentando como perezosos. El tercer obstáculo es la alarma social que crea una estrategia deliberada y clara de acoso y derribo de la protección social. Y para ello, como señalan McKee y Stuckler, nada mejor que emplear procesos progresivos, e insidiosos que pasen casi desapercibidos, a la manera en que le notifican los avisos de desahucio a Arthur Dent, el protagonista de Guía del Autoestopista Galáctico, la novela de Douglas Adams: “ Si, encontré el aviso. Estaba a la vista , en el fondo de un archivador cerrado con llave y colocado en un lavabo en desuso en cuya puerta había un letrero que decía. Cuidado con el leopardo”.
Al igual que en la novela de Adams , la estrategia de demolición de uno de los principales avances de la civilización humana está en marcha.

6 comentarios:

  1. sobre defensa del privilegio y del seguro privado, son grandes partidarios nuestros sindicatos http://www.fsc.ccoo.es/webfsc/Sectores:Administracion_General_del_Estado:Actualidad:504225--FSC-CCOO_denuncia_la_intencion_del_Gobierno_de_recortar_servicios_en_Muface

    Y también la normativa de Hacienda de ZP : exención del impuesto de primas de seguro a todas las pólizas de "salud" y exención de renta en especie en IRPF a empleados con seguro colectivo de empresa y los autónomos

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  2. Gracias Manuel. Estoy de acuerdo contigo en los dos ejemplos.. El planteamiento de CCOO respecto a MUFACE, al igual que la posición en ul acuerdo de expertos respecto a las pensiones, parece poner de manifiesto que no acaban de creerse del todo la importancia del sistema sanitario público, al que abandonan en cuanto tienen ocasión. MUFACE es uno de lo mayores ejemplos de inequidad de este país, que fue incapaz de abolir el PSOE en las diferentes ocasiones en que estuvo en el gobierno.
    El ejemplo que comentas del gobierno de ZP es otra buena demostración de la pleitesía con la que se ha comportado a menudo el partido socialista hacia los poderes que pretenden socavar el sistema nacional de salud.
    Aunque el post pretendía sintetizar el análisis de McKee y Stuckler respecto a la evolución de las políticas de cobertura universal, y no especificamente el caso de España, en nuestro país pocos partidos politicos pueden presumir de haber defendido sin complejos y contundentemente un modelo de esas características. Y aunque el objetivo de su desmantelamiento siempre ha estado presente de forma más o menos explicita en el ideario del PP, es cierto que los gobiernos socialistas no defendieron , reforzaron y protegieron el sistema nacional de salud en la medida y con la contendencia que merecía.

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  3. El individualismo en que vivimos constituye un campo abonado para que esa estrategia, recogida tan espléndidamente en el post, alcance su finalidad. Muchos nos seguimos preguntando por qué no se produce un estallido social contra tanta injusticia (el cuento de la crisis se ha convertido en un mero mantra) pero quizá esa cuestión sea trivial a la luz de esos mecanismos de “convencimiento” que facilitan que, pese a todo, la mayoría de la gente siga haciendo uso del único mecanismo que cree posible, el voto, y que éste lo destine a quienes son, cada día más ferozmente, sus amos.
    Cada hospital es un microcosmos del país y en él asistimos a esa triple estrategia. Por un lado, muchos compañeros están persuadidos de que lo que se hacía hasta ahora se hacía mal, de modo poco eficiente y se lanzan con los ojos cerrados a someterse al protocolo dictado por quienes mandan, las compañías diagnósticas y terapéuticas a través de las gerencias; las aspiraciones miran a la certificación en vez de la atención. Por otro lado, la presión social habida en los últimos años hacia los médicos, incluyendo la de algunos inmigrantes “derechistas”, de derechos, y el constante deterioro de nuestra imagen promovido por políticos de distinto signo, han facilitado una medicina defensiva en la que se percibe al enfermo como un enemigo potencial y, siendo así, no se ve tan mal que la salud se la pague uno. Es difícil que muchos médicos puedan ser críticos hacia un modelo sanitario determinado cuando han usado o usan el sistema público como trampolín para su actividad privada, incluyendo su propia especialización. Finalmente, a pesar del ataque que sufrimos los médicos a nuestra profesión, la “alarma social” que debiera surgir en nuestro seno no se produce porque ya llevamos mucho tiempo siendo disgregados por distintos medios (actividades, promociones, tipos de contrato, etc.) de modo que esa atomización dirigida pasa a confundirse con la individualización generalizada proporcionada por supuestas herramientas de comunicación que propician más bien la soledad. Algo habrá que hacer, pero quienes de verdad mandan, nos lo han puesto, desde hace ya años, muy difícil.

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  4. Es triste comprobar que a pesar de lo que está ocurriendo apenas hay reacción, si excluimos la lucha por el sistema público que está ocurriendo en Madrid. Mintras no nos toquen a nosotros directamente, es más cómodo mirar para otro lado, observando como todo lo construido se desmorona día a día. Observar como los partidos políticos caen y caen en su valoración por los ciudadanos, mientras juegan a sus juegos de las sillitas, comprobar que los sindicatos están tan implicados en el juego de la corrupción y de la hipocresía ( defensa de lo público con la boca grande y busqueda de MUFACE con la boca chica), o asistir a la falta de respuesta ante medidas tan infame como la exclusión de la asistencia a los emigrantes irregulares no hace más que confirmar la idea de que tenemos muy poco arreglo como país. Muchas gracias Javier
    Un abrazo

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  5. La estrategia ya está en marcha y creo que estamos al final de la segunda fase, "no se fíe de la sanidad pública que gasta mucho y tiene unas enormes listas de espera". Pronto nos hablarán de "si quiere seguridad, suscriba un seguro privado, se lo desgravará de sus impuestos"
    http://reflexionsanitaria.blogspot.com.es/2013/06/el-final-de-la-segunda-fase-hacia-la.html

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  6. Muchas gracias por tu comentario y felcidades por tu blog. Magnifica descripción de lo que se nos viene encima.Un saludo

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