La puerta de urgencias es un lugar especialmente propicia
para cometer errores. Convertidas a menudo en una puerta falsa para entrar al
sistema sanitario, la conjunción de alta presión asistencial, profesionales con
elevado nivel de estrés, y necesidad de resolver en un plazo de tiempo lo más
corto posible, conduce con frecuencia a situaciones altamente peligrosas para
los pacientes. Un problema crónico en todos los sistemas, que ni los servicios
sanitarios ni la sociedad en su conjunto abordan de “forma radical” (
interviniendo sobre sus raíces).
Dos trabajos
muy recientes en el BMJ analizan el problema del error diagnóstico en
urgencias. El primero va firmado por el grupo de uno de los referentes
mundiales en el tema, Hardeep Sigh. Para ello revisan los pacientes que tenían
un alto riesgo de sufrir un error en el proceso diagnóstico a través de la
construcción de un algoritmo que incluye el ser atendido por dolor abdominal en
la urgencia y enviado a casa,y
reingresar en un plazo
menor de 10 días.El error diagnósticos se definió como oportunidades perdidas
de realizar un diagnóstico oportuno durante la primera visita basado en las
pruebas disponibles en la misma, independientemente de si se produce daño al
paciente.El error era definido por dos revisores de forma independiente,
resolviendo las discordancias por consenso del equipo investigador. Errores
diagnósticos se produjeron en 35 de 100 casos de alto riesgo, generalmente
producidos en la fase del encuentro clínico con el paciente o en la
interpretación de los hallazgos obtenidos.
El segundo trabajo, también del mismo grupo de la
Universidad de Houston , en Texas, utiliza informes voluntarios de incidentes
ocurridos en los departamentos de Urgencia de dos hospitales americanos en el
periodo incluido entre el 1 de marzo de 2009 y el 31 de diciembre de 2013.
Clasifican las causas de los 209 incidentes identificados en tres grupos:
factores cognitivos ( derivados del proceso psicológico de toma de decisiones),
sistémicos ( relacionados con las condiciones estructurales en las que se
realiza la atención) y factores imprevisibles ( los que no “tienen remedio”,
tales como presentaciones atípicas o incapacidad del paciente de contar su
historia). En un alto porcentaje de los incidentes se producía un daño relevante
para el paciente (16,3%). Como era previsible la mayor parte de los incidentes
eran multicausales ( 75%). Pero llama la atención que factores cognitivos
aparecían en 317 ocasiones ( falta de verificación de la información,
inadecuado procesamiento de la información) seguido de los sistémicos (
sobrecarga de trabajo, ineficiencia de los procesos establecidos).
Ambos trabajos ponen de manifiesto que, aunque existan
factores incontrolables e imprevisibles, buena parte de los errores se producen
en la primera visita, el primer contacto con un profesional del sistema
sanitario. Como señalan en el Emergency Medicine Journal Blog del BMJ si los
elementos clave de la historia y la exploración física son inadecuadamente
descritos, se genera una cascada de intervenciones innecesarias, equivocadas y
( lo que es peor) a menudo dañinas. La segunda causa principal tiene que ver
con lo que se hace una vez solicitada una prueba, valorándose sus resultados de
forma incompleta o equivocada.
Las conclusiones no por conocidas, dejan de ser muy
relevantes: se necesitan recursos ( esencialmente humanos) y tiempo para poder
atender adecuadamente la complejidad de los casos atendidos. La obsesión por
aumentar la productividad de los profesionales a toda costa , esa peligrosa llamada
permanente a la mejora de la eficiencia, es completamente incompatible con la
seguridad y la calidad en la asistencia. El empeño en atender a los pacientes en tiempos más propios de
cajeras de supermercado que de profesionales sanitarios ya sabemos a lo que
lleva.
Gracias por esta entrada.
ResponderEliminarTrabajo en un Centro de salud que, como todos, combina las consultas médicas de seis minutos con la atención (por parte de los mismos médicos) a todos los pacientes que acuden sin cita, urgente o no. Un verdadero y crónico disparate.
Buenas noches ,Sergio.
ResponderEliminarAl final,he sucumbido a la tentación y no he podido resistirme a darte mi opinión...desde la litera de arriba: Indicador "tuercas apretadas/hora" http://desdelaliteraderriba.blogspot.com/2015/12/indicador-apretadashora.html?spref=tw.
Creo que es cierto que falta tiempo y más recursos; tambien es cierto que debemos de ser " salvajemente sinceros" y dejar de mirarnos el ombligo.Mejorar también depende de nosotros de nuestras acciones y omisiones que son las más fáciles de esconder pero igual de dañinas para el paciente.
Seamos valientes y analicemos que parte del cambio depende de nosotros ; si no seguiremos midiendo indicadores " fantasmas" que o bien no miden nada útil o bien ni siquiera sabemos qué hacer colas medidas.
Siempre nos queda París...( aunque en este caso sea un vulgar indicador" tuerca apretada/hora " que valore nuestra asistencia y atención)
Un abrazo,Marián
Si Marian. Tienes toda la razón
ResponderEliminarComo de tantas otras cosas la responsabilidad última la tenemos nosotros. Por callar ( y el que calla otorga) o acomodarnos a no ver que podríamos hacerlo mucho mejor
Magnifica tu entrada, e irreprochables tus propuestas
Deberían colgarse en las paredes de las urgencias