sábado, 26 de octubre de 2019

La guerra de bajo coste: I. Chile


“La nueva plenitud del planeta significa, en esencia, una aguda crisis de la industria de eliminación de residuos humanos. Mientras que la producción de residuos humanos persiste en sus avances y alcanza nuevas cotas, en el planeta escasean los vertederos y el instrumental para el reciclaje de residuos”
Zygmunt Bauman. Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias.2003

El Presidente de Chile, Sebastián Piñera, afirmó hace cinco días que “el país está en guerra contra un enemigo implacable, que no respeta a nadie ni a nada, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite”. De la "guerra" de Chile España no se ha enterado, dado el alto grado de desinformación actualmente existente: los medios de comunicación españoles se parecen cada vez más a los diarios de capital de provincia del siglo pasado, que solo publicaban las noticias de casamientos en los pueblos: de hecho, los medios “progresistas” ( El diario, La Sexta) han ignorado completamente la noticia durante toda una semana de protesta social, entretenidos como estaban en el traslado de los despojos de la momia del dictador (traslado que, al igual que en Chile, pone manifiesto hasta donde llega la sombra alargada de los dictadores). El Pais si ha ido recogiendo la noticia en los huecos que deja su página de recetas y cotilleos. Su capacidad beligerante (tan comprometida contra el gobierno venezolano) aquí brilla por su ausencia; no en vano uno de sus oráculos de referencia, el gurú Vargas Llosa, siempre ha sido un entusiasta admirador de Piñera ( “Con Sebastián Piñera en la Presidencia, el desarrollo económico y la democratización de Chile recibirán un fuerte impulso y consolidarán el progreso integral de la sociedad chilena que, desde la caída de la dictadura de Pinochet hace 20 años, es el más profundo que ha conocido América Latina”). Hoy, tras una manifestación popular que no sólo ocurrió en Santiago sino en las principales ciudades del país, y que superó sobradamente las cifras que da el diario español, éste recurre como analista destacado al ex presidente Lagos, en parte también responsable de la situación actual, y que por supuesto no considera que Piñera debiera dimitir.
El golpe de estado de Pinochet, auspiciado, promovido y apoyado por el gobierno de Estados Unidos, no solo implantó una de las dictaduras más sanguinarias del siglo XX, sino que dio respuesta a los deseos inalcanzables de Milton Friedman y su escuela de Chicago: realizar un experimento de laboratorio (con humanos en lugar de ratas) sobre los efectos de la aplicación en condiciones reales de su modelo de economía neoliberal, planteado ya por Hayek (“Debemos enfrentarnos al hecho de que la preservación de la libertad individual es incompatible con la satisfacción de los planteamientos de la  justicia redistributiva”). De forma que comenzaron a desmontar todos los avances en redistribución y justicia social que había conseguido Chile a lo largo del siglo, para convertirlo en el país más desigual de la OCDE. .
Más de 40 años después del inicio del experimento el liberalismo está profundamente insertado en el genoma del país. En el sentido que describe William Davies en The Limits of neoliberalism:” El estado neoliberal aplica los principios de la competición y el ethos de la competitividad a todo el conjunto de la sociedad. La organización de las relaciones sociales en termino de “competición” supone que los individuos, las organizaciones, las ciudades y regiones y las naciones son evaluadas en términos de su capacidad para ser más exitoso que el otro. Pero no sólo eso, sino que dichas evaluaciones deben considerarse justas siendo las inequidades existentes reconocidas como legítimas. Cuando esto se aplica a los individuos se llama meritocracia”
Es cierto que en la causa de las causas de las protestas de Chile está la brutal inequidad existente. Pero aún más estremecedor es lo que lo que subyace a esa inequidad es la idea de que esta inequidad es merecida. De nuevo Davies señala: “El corolario es que el fracaso y la debilidad son también ganadas: cuando los individuos y las comunidades no obtienen el éxito, lo que refleja es falta de talento o energía. Conceptos como dependencia o bienestar (welfare) se han convertido en materia de vergüenza desde el ascenso de las políticas conservadoras en los años 80”. Tras este planteamiento teórico no solo está la guerra encubierta de los gobiernos chilenos contra sus ciudadanos, sino el proceso progresivo de desmantelamiento de los estados de bienestar europeos de las últimas décadas.
“Una cultura que valora por encima de todo a los ganadores y a la competitividad, aporta pocas fuentes de seguridad y confort incluso a quienes lo hacen razonablemente bien. Todos podrían hacerlo mejor, y si no lo hacen, también se sienten culpables, puesto que en cualquier momento puede hacerlo peor. Bajo las condiciones neoliberales, el remordimiento se vuelca hacia dentro, produciendo efectos depresivos, y las personas buscan en sí mismos-y no fuera las causa de su infelicidad”, escribe también Davies.
Es cierto que existe una guerra, pero no en los términos planteados por el patético Piñera. Es una guerra de bajo coste, puesto que no necesita grandes despliegues de tropas ( más allá de las imprescindibles para mantener la revuelta bajo control) ni declaraciones pomposas. Pero es tan sofisticada que uno de los bandos en cuestión (los fracasados, perdedores, desfavorecidos, dependientes, pobres, residuos en definitiva) ni siquiera saben que están en guerra. Es más, creen que ellos mismos son los culpables de la situación en la que se encuentran

2 comentarios:

  1. Excelente análisis Sergio. Solo me permito sumar un pensamiento: el chileno promedio, el de a pie, el que vive para trabajar y sobrevivir, se hartó de los politicos. De todos. Han destruido una sociedad bella, resiliente, un país hermoso. Lo han hecho, por avaricia: de dinero y poder.

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    1. Muchas gracias Alex. Es cierto lo que comentas, y no es exclusvo de chile. La desafección de los ciudadanos con sus politicos es creciente y generalizada.Porque no les escuchan,porque están mucho más pendientes de las encuestas y sus exxpectativas elecorales. El patético caso de Esapaña y en especial de su partido gobernante es buen ejemplo

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