Una de las noticias más leídas durante la semana pasada en las web de los periódicos españoles fue la relativa al “derroche en tratamientos inútiles“ que sufre la sanidad pública española. La noticia informaba de los resultados de un estudio publicado en BMC Musculoskeletal Disorders por un grupo de investigadores españoles, en el que éstos analizan la efectividad de los tratamientos realizados en 8.308 pacientes con dolor cervical crónico, 4.693 con dolor lumbar, y 5.035 con dolor de hombro ,derivados a instituciones privadas en el periodo comprendido entre 2004 y 2007 en Canarias. El nivel de efectividad de los tratamiento utilizados se establecía en función del grado de cumplimiento de los criterios de Oxman (en el caso de las revisiones sistemáticas) y del cuestionario AGREE (para guías de práctica clínica).
De los tratamiento prescritos el 39.88% se consideraron efectivos, el 23.06% inefectivos, el 23.66% insuficientemente evaluados y el 13.38% no concluyentes.
El coste total de los tratamientos ascendió a 5.107.720 euros, de los cuales solo 2.069.932 se empleó en terapias consideradas efectivas. De ahí la conclusión de la importante cantidad de dinero que podría ahorrar el sistema sanitario en procedimientos ( en este caso terapéuticos) absolutamente inefectivos.
Pocas dudas existen respecto a lo anterior. Algo que se sabe desde hace muchos años, y que por desgracia no solamente afecta a nuestro sistema. Hace una década Jane Smith decía en el BMJ : "los diferentes sistemas sanitarios siguen sin prestar tratamiento de uitlidad conocida, persisten en usar tratamientos ineficaces, continúan retrasando el momento de la atención y toleran altos niveles de error".No es excusa alguna para el uso de tratamientos inefectivos. Es algo, por desgracia, presente en la práctica clínica de cualquier especialidad y de cualquier país. Si se repitiera un estudio semejante en cualquier otra especialidad posiblemente se obtendrían resultados semejantes sobre uso de tratamientos inefectivos.
En 2.009, Jonathan Richards, un médico general británico señalaba en un artículo en el British Journal of General Practice el siguiente conflicto de interés: “ My pay is linked to my performance” ( mi salario está vinculado a mi desempeño). El hablaba en su artículo de cuantos mm de mercurio importan clínicamente,cuantos éticamente y cuantos financieramente. Los médicos españoles reciben en su mayor parte pago por desempeño, pero no entienden que eso signifique un conflicto de interés.
De los tratamiento prescritos el 39.88% se consideraron efectivos, el 23.06% inefectivos, el 23.66% insuficientemente evaluados y el 13.38% no concluyentes.
El coste total de los tratamientos ascendió a 5.107.720 euros, de los cuales solo 2.069.932 se empleó en terapias consideradas efectivas. De ahí la conclusión de la importante cantidad de dinero que podría ahorrar el sistema sanitario en procedimientos ( en este caso terapéuticos) absolutamente inefectivos.
Pocas dudas existen respecto a lo anterior. Algo que se sabe desde hace muchos años, y que por desgracia no solamente afecta a nuestro sistema. Hace una década Jane Smith decía en el BMJ : "los diferentes sistemas sanitarios siguen sin prestar tratamiento de uitlidad conocida, persisten en usar tratamientos ineficaces, continúan retrasando el momento de la atención y toleran altos niveles de error".No es excusa alguna para el uso de tratamientos inefectivos. Es algo, por desgracia, presente en la práctica clínica de cualquier especialidad y de cualquier país. Si se repitiera un estudio semejante en cualquier otra especialidad posiblemente se obtendrían resultados semejantes sobre uso de tratamientos inefectivos.
En 2.009, Jonathan Richards, un médico general británico señalaba en un artículo en el British Journal of General Practice el siguiente conflicto de interés: “ My pay is linked to my performance” ( mi salario está vinculado a mi desempeño). El hablaba en su artículo de cuantos mm de mercurio importan clínicamente,cuantos éticamente y cuantos financieramente. Los médicos españoles reciben en su mayor parte pago por desempeño, pero no entienden que eso signifique un conflicto de interés.
Tampoco existen conflictos de interés para el Dr Francisco M Kovacs ( segundo autor del trabajo citado y presidente del patronato de la Fundación del mismo nombre) en su trabajo en BMC. En dicho artículo se señala en la discusión: “dejar de invertir en tecnologías no basadas en pruebas, podría permitir disponer de fondos para implantar tecnologías que no están disponibles actualmente en el servicio canario de salud a pesar de su demostrada efectividad y costo efectividad para el dolor cervical y lumbar en el Sistema Nacional de Salud, tales como la neuroreflexoterapia” (técnica desarrollada originalmente por la propia Fundación Kovacs). Para sustentar tal hipótesis se remiten a tres artículos, entre los que se encuentra una revisión sistemática incluida en la Cochrane Library que concluye lo siguiente:
“La Neuro-reflexo-terapia (NRT ) parece ser una intervención segura y efectiva para el tratamiento del dolor lumbar bajo crónico. La eficacia es menos clara para dolores subagudos. Sin embargo, estos resultados están limitados a tres ensayos realizados por un número pequeño de clínicos especialmente entrenados y experimentados en una limitada localización geográfica.No existen datos disponibles sobre la facilidad y el tiempo requerido para adquirir la citada experiencia. Ensayos clínicos randomizados , realizados por otros profesionales , en otros emplazamientos que replicaran los efectos reportados en la revisión son necesarias antes de recomendar un uso más amplio”.
No hace falta señalar cual es la localización geográfica, ni quienes los experimentados clínicos. Esa era la “ demostrada efectividad” que señalaba Kovacs en su trabajo.Algo que parece no constituir un conflicto de interés.
“La Neuro-reflexo-terapia (NRT ) parece ser una intervención segura y efectiva para el tratamiento del dolor lumbar bajo crónico. La eficacia es menos clara para dolores subagudos. Sin embargo, estos resultados están limitados a tres ensayos realizados por un número pequeño de clínicos especialmente entrenados y experimentados en una limitada localización geográfica.No existen datos disponibles sobre la facilidad y el tiempo requerido para adquirir la citada experiencia. Ensayos clínicos randomizados , realizados por otros profesionales , en otros emplazamientos que replicaran los efectos reportados en la revisión son necesarias antes de recomendar un uso más amplio”.
No hace falta señalar cual es la localización geográfica, ni quienes los experimentados clínicos. Esa era la “ demostrada efectividad” que señalaba Kovacs en su trabajo.Algo que parece no constituir un conflicto de interés.
Sergio,
ResponderEliminarDe todas formas deberíamos conocer la aparente estrecha colaboracion de la Fundación Kovacs y Cohcrane iberamerica. En numerosos trabajos de la Fundación ( vistazo a Google) constan que intervienen "metodólogos de la Cohcrane". ¿existe conflicto de intereses?
Hola Jordi. Muchas gracias por el comentario. Buena pregunta
ResponderEliminarSí es cierto que en algunos trabajos de Kovacs participan profesionales de la Cochrane Iberoamericana.Sin embargo en ninguno de ellos se hacen recomendaciones tan aventuradas como las que hacen los autores del trabajo del BMC respecto a la neuro-reflexo-terapia.
Desconozco los criterios de la Cochrane respecto a la realiaación de revisiones sistemáticas por personas vinculadas a la citada Colaboración . Tal vez podrían aclararlo
Un saludo
Hola:
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Tal vez puedan ayudar a explicarlos cosas como la aclaración de la SERMEF (http://www.sermef.es/html/Documentos/AclaracionSERMEF.pdf), el que la Fundación Kovacs es financiadora del artículo (como se puede leer en el artículo http://www.biomedcentral.com/content/pdf/1471-2474-12-287.pdf), el que se haya publicado una informe ya publicado 2 años atrás con ISBN (http://www2.gobiernodecanarias.org/sanidad/scs/content/f587b716-1f33-11e0-964e-f5f3323ccc4d/2006_15.pdf), el que Rodríguez Sendín (presidente de la OMC y que hizo una rueda de prensa con Kovacs) sea miembro del patronato de la Kovacs (http://www.kovacs.org/Fundacion/Patronato.asp), y todo ello sin contar con los múltiples problemas metodológicos del artículo.
Pero lo más triste es que hace muy poco la OMC y la Fundación Kovacs publicaron un informe (http://www.adopcioninnovacionessanitarias.org/recomendaciones.pdf) en el que se destaca la necesidad de elaborar un registro de las relaciones económicas entre la industria sanitaria y los profesionales y las entidades sanitarias.
ResponderEliminarSe puede ver el conflicto de intereses en https://www.facebook.com/FUNDACIONKOVACS. La fundación informa antes que el propio Servicio Canario de la Salud que la Neurorreflexoterapia se va a financiar en Canarias
ResponderEliminarHoy se puntualiza en una noticia de Diario Médico que, además, la técnica no parece poder ser aplicada por otros facultativos. ¿Tiene patente, derechos reservados, o algo similar? Porque entonces sí que estaríamos de pleno en el campo de los conflictos de interés, y de la mercantilización pura y dura del conocimiento médico.
ResponderEliminarMuchas gracias a los dos. tanto las tres referencias que aporta Francisco manuel como el comentario de hoy de Miguel Ángel aportan mucha luz para entender de que estamos hablando.
ResponderEliminarDe verdad, gracias