“El futuro de un sistema sanitario sostenible parece descansar, más que nunca , en la atención primaria, pero sin embargo pocos quieren trabajar en ella. ¿Cuál es entonces la respuesta?”
Quienes se hacían la pregunta son un grupo de académicos de la Universidad de Melbourne en un reciente editorial del BMJ. El problema parece ser universal. La mezcla letal de incremento incontrolable del gasto sanitario (con previsiones de representar más del 20% del PIB en la mayoría de países desarrollados en 2020) y estrés económico brutal es tan generalizada, como las expectativas escasamente realistas que sobre el sistema sanitario alimentan los propios responsables políticos que envían cada día mensajes apocalípticos a los medios. Y por desgracia también es generalizada la escasa atracción que parece tener la medicina de familia y la atención primaria en buena parte de los países occidentales, desde Reino Unido a Australia, de Estados Unidos a Canadá.
Por no hablar del nuestro, donde es difícil que algún estudiante de medicina en su sano juicio decida hacer una especialidad como la medicina de familia, sin asumir un grave riesgo para su salud mental. Por ejemplo, en Cataluña su excelentísimo Señor Consejero, Don Boi, propone que "los médicos de familia hagan de especialistas para bajar las listas de espera ( como comentaba Vicente Baos), eso sí , mediante la introducción de cinco especialidades ( oftalmología, ORL, dermatología, traumatología y salud mental) en los centros de salud, para “ poder tratar en este nivel asistencial el 30% de las necesidades sin necesidad de acudir a un centro de especialistas” (¿?).
Por no hablar del nuestro, donde es difícil que algún estudiante de medicina en su sano juicio decida hacer una especialidad como la medicina de familia, sin asumir un grave riesgo para su salud mental. Por ejemplo, en Cataluña su excelentísimo Señor Consejero, Don Boi, propone que "los médicos de familia hagan de especialistas para bajar las listas de espera ( como comentaba Vicente Baos), eso sí , mediante la introducción de cinco especialidades ( oftalmología, ORL, dermatología, traumatología y salud mental) en los centros de salud, para “ poder tratar en este nivel asistencial el 30% de las necesidades sin necesidad de acudir a un centro de especialistas” (¿?).
Este hombre en cualquier caso, lleva varios cuerpos de distancia a los demás competidores a los premios 2012 de Farmacriticxs y No Gracias a la Persona más irresponsable del año , con su hilarante objetivo de aumentar la esperanza de vida hasta un 5% en Cataluña en 2015, ( ya de por si por encima de la media europea), suponemos que a través de sus ocurrentes propuestas.
Pero Madrid, suponemos que contagiada de la competitividad futbolística omnipresente, no va a la zaga. De las condiciones de trabajo para un joven médico de familia daba buen muestra, con su brillantez habitual, Roberto Sánchez en su blog hace unos días, en el que reproducía una carta de una joven médica que terminaba afirmando: “no me extraña que la gente no quiera ser médico de familia.”
Trumble y compañía, los editorialistas del BMJ, hablaban en su artículo de la imprescindible redirección de la financiación desde los hospitales hacia la atención primaria, de incrementar la “alfabetización sanitaria” de la comunidad y de colocar a los médicos generales al mismo nivel en la jerarquía sanitaria que los especialistas, como “ especialistas cognitivos "de amplias y valiosas habilidades ( centradas en el proceso diagnóstico y terapéutico más que en la habilidad de realizar procedimientos técnicos).Para lo cual consideraban imprescindible promover “la formación en atención primaria en todas las etapas de la educación médica”. Como se ve, todas ellas medidas que van en la misma dirección que las de Don Boi y demás compañeros de la alta política sanitaria de este país.
Hay pocas dudas de la necesidad de dignificar el trabajo del médico de familia, de atraer a una especialidad tan necesaria y hermosa a los estudiantes más aventajados como decía Lane. No lo harán nuestros políticos. Por eso un grupo de médicos de Atención Primaria de Madrid se han reunido con el objetivo de rodar un documental ( 6 Minutos) para difundir la importancia de tener un médico de familia y de la Atención Primaria dentro del Sistema Sanitario. Para algo así no encontrarían apoyo alguno de las autoridades sanitarias. Mucho menos de las agencias de financiación de la investigación, tan preocupadas como están de financiar relevantes trabajos sobre las dendritas de la rata de agua de los innumerables doctores Bacterio de este país. Triste ver, una vez más, que son tiempos en que “es preciso demostrar lo evidente”, como decía Sócrates.
Pero Madrid, suponemos que contagiada de la competitividad futbolística omnipresente, no va a la zaga. De las condiciones de trabajo para un joven médico de familia daba buen muestra, con su brillantez habitual, Roberto Sánchez en su blog hace unos días, en el que reproducía una carta de una joven médica que terminaba afirmando: “no me extraña que la gente no quiera ser médico de familia.”
Trumble y compañía, los editorialistas del BMJ, hablaban en su artículo de la imprescindible redirección de la financiación desde los hospitales hacia la atención primaria, de incrementar la “alfabetización sanitaria” de la comunidad y de colocar a los médicos generales al mismo nivel en la jerarquía sanitaria que los especialistas, como “ especialistas cognitivos "de amplias y valiosas habilidades ( centradas en el proceso diagnóstico y terapéutico más que en la habilidad de realizar procedimientos técnicos).Para lo cual consideraban imprescindible promover “la formación en atención primaria en todas las etapas de la educación médica”. Como se ve, todas ellas medidas que van en la misma dirección que las de Don Boi y demás compañeros de la alta política sanitaria de este país.
Hay pocas dudas de la necesidad de dignificar el trabajo del médico de familia, de atraer a una especialidad tan necesaria y hermosa a los estudiantes más aventajados como decía Lane. No lo harán nuestros políticos. Por eso un grupo de médicos de Atención Primaria de Madrid se han reunido con el objetivo de rodar un documental ( 6 Minutos) para difundir la importancia de tener un médico de familia y de la Atención Primaria dentro del Sistema Sanitario. Para algo así no encontrarían apoyo alguno de las autoridades sanitarias. Mucho menos de las agencias de financiación de la investigación, tan preocupadas como están de financiar relevantes trabajos sobre las dendritas de la rata de agua de los innumerables doctores Bacterio de este país. Triste ver, una vez más, que son tiempos en que “es preciso demostrar lo evidente”, como decía Sócrates.