" La joya de corona del National Health Service
es la fortaleza de su Atención Primaria
y de sus Médicos Generales".
DJ Kerr & M Scott.
24 septiembre 2009.
Tras la trabajada aprobación por el Senado americano de " una radical revisión del sistema sanitario americano" ,
según publicaba el New York Times , y pese a las
controversias que sigue provocando, parece evidente que les llegó el momento de ponerse manos a la obra. Y uno de los lugares donde miran no es España ( pese a las
declaraciones de algún pasado ministro) sino uno que admiran y del que recelan, casi a partes iguales: el
sospechoso de socialista sistema británico.
En el artículo reciente de Kerr y Scott en New England se vuelve a comparar los resultados aceptables del NHS (8.4% del PIB dedicado a salud, con mejoras evidentes en listas de espera , grado general de satisfacción y mejoras evidentes en indicadores de resultado ) frente a los más que mediocres indicadores del sistema americano ( 8 17% de gasto sanitario en porcentaje de PIB, indicadores de salud más que discretos y amplia franja de la población sin cobertura sanitaria). Lo ya sabido.
Pero Kerr y Scott identifican dos factores clave en ese aceptable desempeño británico: el primero es el papel del
NICE tanto a la hora de " acabar con las diferencias regionales inaceptables en el acceso a atención médica" ( bastante diferente a lo que ocurre por aquí ), como en su papel de ofrecer de verdad guía a los profesionales respecto a la salud pública, la valoración crítica de las tecnologías y el ejercicio de la práctica clínica.
El segundo es la Joya de la Corona: la Primaria y sus General Practitioners. ( y todo ello pese a lo que está cayendo, allí también). Textualmente señalan: " estos médicos altamente cualificados contribuyen a la salud de la población británica poniendo el énfasis en la persona completa más que en un órgano concreto, poniendo el énfasis en la prevención , lo que podría reducir el "gap" entre ricos y pobres que es de más del 13% en el Reino Unido; actuando como "gatekeepers" , tanto controlando los costos al derivar solo pacientes que requieren la opinión del especialista, y prestando coordinación de la atención en el conjunto del sistema, siendo permanentes acompañantes de los pacientes en el ámbito de los servicios de salud. Como resultado los pacientes tienen un alto grado de confianza en sus médicos". Y señalan que la situación de debilidad de la medicina general americana en el momento actual no es muy diferente de la que había en el Reino Unido en la década de los 50. Si hay volentad política y social el cambio es posible.
En este sentido, el
Diario Médico se hacía eco el pasado miércoles de la intervención en el congreso de la SEDAP de
Isabel García Gimeno,
GP española del Rushey Green Group Practice contando su experiencia allá. Y lo que cuenta es sencillo: los trámites burocráticos están enormemente simplificados ( nada que ver con los " vales de descuento" para medicamentos que nombra Lorenzo Arribas, con una receta por envase, nada que ver con números interminables de partes de bajas...), los pacientes siempre pagan 7 libras por cada medicamentos ( lo que les hace pensar que no les es rentable ir a por el paracetamol, que lo tienen más barato en la parafarmacia).
Las " cartas de derivación al especialista son simplemente cartas, cordiales y directas, bien cumplimentadas por ambas partes. Las consultas pueden ser de 10 minutos o del doble, y hay un límite de pacientes: entre 12 y 18 por sesión de consulta.
En la noticia se dice textualmente : "Sobre la comunicación, García ha dicho que allí el paciente espera del médico una educación exquisita y una explicación detallada y, a cambio, muestra una gran gratitud, "pero si no está contento no duda en presentar una reclamación escrita, que el médico debe responder también por escrito". Facultativos y pacientes usan con frecuencia el teléfono y las cartas para comunicarse (en vez de la consulta presencial)."
Aunque sea impensable aquí, otro mundo es posible.