Dar
información
fiable y equilibrada sobre asuntos complejos no es fácil. Algunos lo consiguen
sin hacer aspavientos, presentando las diferentes caras que tiene el poliedro
de la medicina. Lo hacía El
Rincón de Sísifo en su último post respecto al
asunto de la cifra de presión arterial a partir de la cual se debe iniciar
tratamiento.
Por el contrario, como contraste y ejemplo de lo que es una
mala información, que generará inevitablemente confusión entre los pacientes, y
presión ( no arterial, sino asistencial) entre los médicos de familia, nada
mejor que consultar la página principal de la edición digital de hoy del diario El Pais,
Este medio presentaba una
noticia sobre el mismo tema, en
paralelo a las gestiones de Rajoy ante la posibilidad de convocar nuevas
elecciones. El título no admite discusión ni matiz:
“¿La tensión arterial ideal?
Más baja que la que tienes”. En su intento de captar la atención de
los lectores, el autor del “artículo” lleva la ocurrencia al ridículo, puesto
que siguiendo al pie de la letra tan disparatado titular, un paciente chocado
debería bajar aún más su presión arterial: estaría muerto, pero a cambio
conseguiría alcanzar las metas de algún cardiólogo distinguido de los que
consultan habitualmente los periodistas.
La noticia simplifica al máximo un tema muy complejo tomando
como referencia la revisión sistemática y el metanálisis
publicado en Lancet
por Dena Ettehad y colaboradores a final de diciembre. El enfoque del trabajo
es una magnífica muestra del planteamiento dominante ,actuar frente a
parámetros y no ante personas,
reflejando “
los beneficios para la salud cardiovascular de
disminuir este indicador básico de la medicina” ( la tensión arterial).Así,
reduciendo la presión 10 milímetros de mercurio
se reduciría la mortalidad un 13%., ( de nuevo sin aclarar
diferencias entre riesgos relativos y absolutos). Por si quedaran dudas ahí
está la Dra. Castro, Presidenta de la Sección de Riesgo Cardiovascular de la
Sociedad Española de Cardiología para apostillar con la evidencia del estudio
SPRINT (
“siempre tiene más fuerza científica un estudio que un metanálisis”,
según su docta opinión). Su punto de vista nos trae soluciones sencillas a
problemas complejos : “
con 12/8 hay una mejor supervivencia” (sic).
Sin embargo, brilla por su ausencia en el artículo de El
Pais cualquier mención al tratamiento para alcanzar unas cifras tensionales tan
bajas. ¿Se supone que los cuerpos depositarios de cifras tan malignas como 13/9
alcanzarán las cifras recomendadas a base de simple voluntad? , o ¿necesitarán
quizá alguna ayuda medicamentosa?
En este sentido
la información respecto al
mismo estudio de The Telegraph planteaba en
su titular el verdadero meollo de
la cuestión: “
Deberían ofrecerse pastillas para la tensión arterial a la mitad
de los adultos”. Si hace
un par de
años fue
Ioannidis el que puso el dedo en la llaga sobre las recomendaciones de
las guías de práctica clínica de las dos sociedades de Cardiología americanas (
según las cuales cerca de mil millones de personas en el mundo deberían tomar
estatinas, un bonito negocio de un trillón-americano-de dólares), ahora viene
una nueva ofensiva para que poco a poco no haya ningún adulto sin medicación.
Lo dice el propio líder del equipo de investigación del metanálisis, Kazem
Rahimi: “
determinar cual es el umbral de riesgo preciso, depende lo que el
servicio de salud esté dispuesto a pagar”.
La ofensiva de la industria para dominar los escasos
territorios humanos libres de fármacos ha conseguido establecer indicaciones de
tratamiento sin necesidad de pasar por el siempre farragoso trámite del
diagnóstico: no hace falta ser considerado hipertenso para comenzar a ser
tratado con fármacos hipotensores.
Si realmente El Pais y PRISA defienden de verdad un sistema
sanitario público no estaría de más que aclararan como van a hacer éste
sostenible tratando a la mitad de la población de una No-Enfermedad. Podrían
empezar por dar eco también a trabajos como el del grupo de la Academy of
Medical Royal Colleges británica que , en colaboración con universidades,
organizaciones de pacientes y el BMJ han
publicado en este medio su propia iniciativa
de Choosing Wisely ( Eligiendo sabiamente), y en el que expresamente se señala:
“las decisiones clínicas necesitan ser hechas con referencia a las
circunstancias individuales de cada paciente, los deseos de éstos, la
experiencia clínica y los recursos disponibles”.
Este documento concluye con las siguientes sugerencias:
- - -los médicos deberían aportar a los pacientes
recursos suficientes para comprender los daños potenciales de las intervenciones
y ayudarles a entender que no hacer nada a menudo es la mejor opción.
-
-Los pacientes deben ser animados a preguntar
cosas como “ ¿Necesito realmente este procedimiento?¿cuáles son los riesgos?,
¿Qué courre si no hago nada?
-
-Las facultades de medicina deberían asegurarse
de dar una adecuada comprensión de los riesgos.
-
-Los financiadores deberían considerar diferentes
fórmulas de incentivo a los médicos.
-
-Es imprescindible el apoyo de los medios de
comunicación y las publicaciones médicas ,a este respecto , puesto que la
educación de la población es crucial para el éxito de cualquier programa.
¿Está dispuesto a esto El Pais? Me temo que no.