domingo, 31 de marzo de 2013
Escalera al cielo
"It is also true that many other specialties require strong medical students. But do not confuse supply/demand issues with the intelligence, hard work, difficulty, decision making ability needed, breadth, and conceptual complexity of a specialty. For these, nothing exceeds family medicine."
Josh Freeman
El camino que lleva al paraíso de las especialidades americanas lo forman Radiología, Oftalmología, Anestesia y Dermatología: the ROAD. Hay previsiones de que Alergia sustituya pronto a Anestesia. Son las cuatro especialidades con mejor ratio ingresos/trabajo. En España también figuran entre nuestro particular escalera al cielo, según se deduce de los ranking anuales de las especialidades favoritas. Ya se sabe que es un desperdicio elegir algo tan vulgar como medicina de familia teniendo el número 1 del MIR. En Estados Unidos también se cree que un estudiante excelente es demasiado “sólido” ( stronger) para ser médico de familia. Aunque bien es cierto que depende mucho de lo que definamos como sólido. Como señalaba Josh Freeman en su blog quizá no sea suficientemente sólida una especialidad que abarca conocimientos de obstetricia, medicina deportiva, epidemiología o nutrición, que atiende pacientes con molestias inespecíficas y debe alcanzar una conclusión sobre su manejo en un escaso espacio de tiempo. Quizá no se considere sólido el reto intelectual que puede suponer enfrentarse a personas con cualquier tipo de síntomas, en vez de la solidez que aporta el atender un reducido rango de diagnósticos ( mientras que en una subespecialidad 5 diagnósticos pueden suponer el 80% de las visitas) en medicina de familia los 20 diagnósticos más habituales solo cubren el 30% de las visitas). Pacientes con múltiples enfermedades a la vez y no solamente diabetes, o hipertensión o asma.
Steve Lewis es un escritor de ficción que ha publicado sus trabajos en los más relevantes medios de comunicación americano. Un día se despertó con un pequeño dolor torácico que al persistir durante demasiadas horas le llevó al serviciode urgencias de un gran hospital. Allí fue atendido por un competente equipo de profesionales “sólidos”, tremendamente competentes en su tarea, pero que solo parecían interesados en “extraerle megabytes de información" para tomar sus decisiones clínicas. Nunca se había sentido tan solo. Y pensó inmediatamente en su médico de cabecera de toda la vida, Herb Weinman, alguien que posiblemente no fuera tan bueno diagnosticando y realizando procedimientos como los “magníficos mecánicos” que le atendieron, pero que si sabía diferenciar como dice Lewis “ a mi de mis síntomas y a mis síntomas de los cualquier otro”.
Por desgracia tenía la sensación (que quizá sería extrapolable a otros entornos) de que para los magníficos y competentes especialistas de urgencias era poco más que lo que aparecía en el ordenador: un conjunto de datos, constantes y resultados, un caso que no era suficientemente excepcional como para no ser archivado y olvidado. Lewis lamenta que las cualidades de un verdadero médico de familia parezcan ya tan obsoletas como un cuadro de Norman Rockwell.
La forma de conseguir que los mejores estudiantes elijan medicina de no es asegurarles el pan del funcionario, es demostrarles que la especialidad es fascinante, mucho más atractiva de lo que parece. En definitiva, demostrarles que se precisa ser muy sólido y fuerte para poder ser médico de familia.
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jueves, 28 de marzo de 2013
Llamando a las puertas del cielo
Tenemos la suerte de tener con nosotros estos días a Viviana Martinez Bianchi, médico de familia y vicedirectora del programa de formación
en residentes en medicina de familia en el departamento de Community and Family Medicine de Duke University. Buen momento para hablar durante horas de las
diferencias y semejanzas del ejercicio, la formación y los valores de la medicina de familia en países tan
diferentes como España y Estados Unidos.
Es fácil escudarse en las grandes diferencias entre ambos
para continuar instalados en la idea de que tenemos el mejor modelo sanitario
posible. Coartada perfecta para no tener que molestarnos en luchar por nada.
Tampoco allí las cosas son sencillas : en su estado (Carolina del Norte)
necesitarían cerca de 2.500 médicos de familia al año, pero solo forman a 70.
Las necesidades de médicos de familia en Estados Unidos oscilan entre 50.000 y
100.000. Y los estudiantes siguen prefiriendo elegir otras especialidades más
rentables económicamente ,ante la necesidad de amortizar en el menor tiempo
posible la inversión de 200.000 o 300.000 euros que puede significar seguir un
programa de especializaciónn en una universidad americana.
Puesto que en España no tenemos esa hipoteca de partida (
afortunadamente) , habrá que buscar otras razones para explicar por qué sigue
sin ser la medicina de familia una especialidad atractiva para los estudiantes
. González López-Valcárcel y Barber (economistas expertas en el análisis de la
demografía sanitaria), proponen las suyas en el libro de Casajuana y Gervas , en
el marco de la crisis económica actual. En su opinión por ejemplo “ el Real
Decreto 16/2012 resta el arma más efectiva de atracción y fidelización de
cliente que poseen los médicos de familia. La distribución gratuita de
fármacos”. Por lo que se ve, poco más puede haber de atractivo para los
pacientes en el médico de familia que no sea ese papel de "tendero ilustrado".
Tampoco parece serlo por los estudiantes que en cambio sí optan por la
pediatría, quizá con la idea de que acabarán trabajando en hospitales (
posiblemente equivocada puesto que solo el 36% acaban allí); algo diferente del
destino del médico de familia, quienes (para dichas autoras) “detenta el
monopolio del primero contacto. Visto desde el ángulo pesimista, ese monopolista sería simplemente el
portero del paraíso, quien maneja las llaves del cielo ( el hospital)…”. Si a
eso añadimos que la “cartera de servicios en atención primaria ( técnicas en
consulta ) es llamativamente baja... tal vez reste atractivo a la especialidad en
un entorno de fascinación tecnológica”. Es decir son las armas de la
tecnología la que te dan “caché”. En ese marco de análisis la principal
conclusión de su estudio es que “si se quiere incentivar la medicina familiar y
comunitaria la medida más efectiva es dar señales claras de acceso a empleo
estable. No tanto la retribución”.
La visión del hospital como representación del paraíso sigue
siendo dominante. Los borradores de trabajo respecto al futuro decreto de troncalidades en especialidades en ciencias de la salud abundan en esa dirección. Medicina de familia quedará diluida en un
“tronco” mucho más respetable, con especialidades de enjundia como la
cardiología, que quizá pueda servir de anzuelo para que algunos incautos
piquen. Células sin identidad durante
los dos primeros años quizá logremos que algunas decidan diferenciarse en
neuronas al llegar al tercer año. Magnífico panorama para un tendero.
En Duke University en cambio, los residentes de medicina
comunitaria y familiar (el orden no es inocente), no eligen un tronco al que trepar. Desde el primer
día inician su actividad en su consulta de atención primaria; el residente que
acaba la especialidad le presenta a los pacientes que atender
ininterrumpidamente durante tres años (salvo cuando viaje fuera del estado).
Las rotaciones se realizan a tiempo parcial durante su residencia, pero
manteniendo siempre la obligación de atender cada día a sus pacientes aunque
sea en horario reducido.
Una especialidad que no es médica sino integral ,difuminada
en el conjunto de las especialidades médicas hospitalarias, que aspira a
continuar repartiendo cupones-descuento de fármacos ( en definición de Lorenzo
Arribas) y tiene como principal objetivo conseguir empleos estables
difícilmente pueda sacar a la
medicina de familia del pozo en el que puede encontrarse.
Raymond Tsai eligió medicina de familia sabiendo que quizá
no fuera suficientemente inteligente para ello. Evidentemente está pensando en
otro tipo de medicina de familia que la descrita. Aunque se que no es
representativo, en la última semana tres futuros residentes con números de
postín me han pedido consejo sobre los mejores sitios en España para hacer
medicina de familia. Tampoco creo que lo hagan pensando en ser tenderos. Como
decía ayer Viviana Martinez-Bianchi “vas a vivir una sola vez y es cuestión de
elegir entre atender ojos o a las personas que tienen ojos.”
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domingo, 24 de marzo de 2013
Mis padres no creen que sea tan listo como para ser médico de familia
Raymond Tsai estudia medicina en Stanford. Está en cuarto
año. Y comenzará la especialidad de medicina de familia en UCLA el año próximo.
Raymond escribió un post en el blog de la universidad, en el que explicaba por
qué había escogido medicina de familia.El post ha sido incluido también en Future of Family medicine, ligado al movimiento de #FMRevolution
Su familia es de origen taiwanés y es fácil imaginar los
sacrificios que debió comportar que el joven Raymond consiguiera hacer la
carrera de medicina, y en especial en Stanford. Para él su elección era en cierta forma la más lógica;
congruente con un pasado de trabajo relacionado con la atención primaria y la
salud pública antes de comenzar los estudios en la escuela de medicina. Sin
embargo para sus padres la elección no podía ser un despropósito mayor: "si la gente elige una especialidad para ganar dinero, ¿por qué tu no? ¿por qué
tirar a la basura años de trabajo y esfuerzo?"
De forma que a Raymond no le quedó más remedio que justificar
una decisión que generaba tanta decepción. Les habló de la necesidad de
intervenir para cambiar la conducta de las personas hacia hábitos de vida mucho más
saludables , de la limitación de recursos de los sistemas sanitarios y
su imposibilidad de atender a todas las demandas de la población, de la
importancia de la atención primaria para poder hacer el sistema sostenible…De
forma que los padres quedaron aún más perplejos, en este caso ante la
envergadura de los problemas a los que quería dedicarse su hijo: " hay ya un
montón de gente muy inteligente intentando solucionar esos problemas sin
encontrar una solución. ¿qué te hace creer que tu lo vas a poder lograr?. O
dicho con otras palabras, , ¿eres suficientemente inteligente para poder ser
médico de familia?"
El estudiante de Stanford no es un iluso, es consciente de
la complejidad del reto. Pero renunciar a algo por la dificultad que comporta
no parece que sea la mejor solución para cambiar las cosas; como él dice, "si te tapas los oídos dejarás de oír la
alarma de incendios, pero eso no significa que no haya fuego".
Importa mucho identificar la envergadura del trabajo de cara
a darle significación. Si
consideramos el trabajo del médico de familia como una actividad rutinaria y
accesoria, consistente en ver catarros, mandar paracetamoles y extender recetas es muy difícil que
consigamos convencer a nadie de que nuestro trabajo es fascinante. Es casi
imposible cambiar la idea social de que el médico que triunfa es el que hace
transplantes de cara o de células madre , si tu mismo no crees que es igual de
importante. Y aún menos, convencer a un estudiante o un residente de que su
elección fue la acertada.
No se trata de negar la evidencia: del hecho de que en este
país los estudiantes identifican
la medicina de familia como una de las especialidades más atractivas pero luego
no la eligen, de que los responsables políticos se llenan la boca de
exaltaciones a la especialidad en la inauguración de congresos, para priorizar
después en la construcción de hospitales, que seguimos haciendo naderías porque
al final las naderías son más
cómodas …
Pero para convencer a una sociedad que asimila la medicina a
la tecnología y no a la complejidad del abordaje del sufrimiento de un ser
humano, quizá habría que empezar
por convencernos a nosotros mismos de que hay que ser muy inteligente
para poder ser un médico de familia. Por lo que parece , hay estudiantes que
están convencidos de ello.
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miércoles, 20 de marzo de 2013
Copia y pega
Hardeep Singh es una de las referencias más
importantes en investigación sobre error diagnóstico, como ya comentamos cuando
hablamos hace unos meses de la V Conferencia internacional sobre error diagnóstico celebrada en Baltimore.
Acaba de publicar , junto a Davis,Meyer,
Forjuoh,Reis y Thomas, uno de los estudios más importantes sobre tipificación de
errores diagnósticos ocurridos en atención primaria(AP) publicados hasta la fecha.
Bien es cierto que “esa” atención primaria no es extrapolable a “nuestra”
atención primaria, puesto que estudia
dos ámbitos tan distintos como el de 35 profesionales de atención primaria de la organización
de Veteranos y otros 34 médicos de una organización privada americana; ambos
atienden a unas 50.000 personas respectivamente.
Identifican un total de 190 casos de error
diagnóstico mediante una metodología previamente descrita por ellos y
consistente en reconocer situaciones en que es probable la existencia de
algún tipo de error en el proceso diagnósticos ( "trigger queries”): una visita
índice en AP seguida de una hospitalización imprevista en los siguientes 14
días, o bien de una visita urgente o realizada al servicio de urgencias en el
mismo periodo. Los revisores consideraban que se había producido un error diagnóstico
en aquellos casos en los que el diagnóstico correcto ya era evidente en la
visita índice o si hallazgos
anormales identificados en dicha visita podrían hacer sospechar el diagnóstico
correcto.Es decir había error cuando existían “ oprtunidades perdidas “ para éste
.Mediante el mismo procedimiento se revisaron también una muestra aleatoria de
visitas de control.
La importancia del error diagnóstico en
relación a la seguridad del paciente y la práctica de la medicina comienza por
fin a ser reconocido después de décadas de silencio y ocultación. Otro clásico
de la materia , David Newton-Toker, quien hace el comentario al trabajo de
Singh, hace una estimación de la repercusión del problema: calcula que se
pueden producir oportunidades perdidas para un mejor diagnóstico en cerca de un
0.5% de las consultas. Aunque parezca escaso, extrapolando al total de
consultas realizadas en AP solo en Estados Unidos, más de 150.000 pacientes
sufren daños derivados de un error diagnóstico en este país. En el 86.8% de los
casos el daño derivado del error fue considerado como severo moderado o severo
en el estudio de Singh , aunque dichas cifras pueden estar sobreestimadas
puesto que identifican errores a partir de casos de hospitalizaciones o visutas
posteriores a urgencias.
De cada uno de los casos de error se revisaron
los factores que podrían haberlo producido.Siguiendo una taxonomía de los
propios autores, se identificó en cada caso en qué fase del proceso diagnóstico
se produjo el error:durante el encuentro médico-paciente, en la interpretación
de las pruebas diagnósticas, el seguimiento de la información diagnóstica o la
fase de derivación.
Al margen de identificar los procesos en los
que se producen un mayor número de errores ( neumonía, insuficiencia cardiaca ,
fallo renal , cáncer o infección urinaria) algunos hallazgos son especialmente
relevantes:
En primer lugar en el 96% de los casos había
información que permitía llegar al diagnóstico correcto en la primera visita.Y
aunque en dos tercios de los casos el diagnóstico no realizado estaba en
relación con el motivo de consulta, en la mitad de las ocasiones faltaba la
investigación sobre el síntoma
principal.
En segundo lugar , en cerca del 80% de las
ocasiones el error se produce en el momento del encuentro entre el médico y el
paciente ( en ambos tipos de organizaciones), y no tanto en las sucesivas fases
del proceso diagnóstico. Las deficiencias en el proceso posiblemente sean
debidas a defectos en la integración y síntesis de la información clínica
obtenida en la anamnesis, la exploración o la revisión de la información previa
En tercer lugar, en más del 80% de los casos no hay información
sobre si se realizó algún tipo de diagnóstico diferencial, piedra angular del
proceso diagnóstico.
Por último, y lo que aún es peor, en un tercio de los casos el error
se produjo debido a los procesos de copia y pega realizados a partir de la
información de la primera visita recogida en la historia electrónica.En países como Estados Unidos y Reino Unido preocupa el mal uso de ésta , precisamente debido a la tentación de usar determinadas
rutinas que facilitan mucho el trabajo. Aquí sin embargo aquellas parecen ser el bálsamo
de Fierabrás que solo tienen ventajas pero ningún inconveniente.
Como señalan tanto Singh como Newton- Tocker
los médicos de AP manejan una amplia variedad de problemas de alta y creciente complejidad
en un breve espacio de tiempo. Del citado estudio se deduce que para reducir el
daño producido por el error diagnóstico no se precisa costoso aparataje ni
tecnologías de última generación, sino mejorar el proceso clínico durante la
consulta con el paciente. Ignorar ( como se suele hacer también aquí) que es
preciso disponer un tiempo adecuado para ello, supone continuar con la cabeza metida en el agujero. Como el avestruz.
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sábado, 16 de marzo de 2013
Ganar la posición
La debilidad del poder profesional en la sociedad española
es congruente con el modelo institucional predominante, de carácter extractivo
( según la taxonomía de Acemoglu y Robinson ) tanto en las instituciones
políticas como económicas. Son extractivas las naciones que extraen rentas y
riqueza de determinados sectores sociales para beneficiar a un sector distinto,
generalmente reducido y estrechamente ligado a los agentes dominantes. A
diferencia de las extractivas , las sociedades inclusivas se basan en la
existencia de límites al ejercicio del poder , junto a una distribución
pluralista del mismo. En países con instituciones extractivas, ningún partido
tiene interés en modificar un status quo que tanto les beneficia, por lo que
serán recelosos siempre de cualquier ampliación en el reparto del poder a otros
grupos o sectores. No hay más que ver la actitud de recelo y desdén que se
produjo por parte de los partidos españoles con motivo del 15 M.
Guiados por ese afán de mantener la situación a toda costa,
no es extraño el continuo desplome de la confianza de la sociedad en los
partidos políticos y sus máximos responsables, que en ningún caso alcanzan un simple
aprobado en su valoración por
parte de los ciudadanos. Para cualquiera que no pertenezca a esas élites
políticas resulta asombroso que sigan sin darse por aludidos, entretenidos en
el juego de “ y tu más”, convencidos de que podrán seguir disfrutando de las
rentas hasta el fin de los tiempos.
En el sector sanitario se suceden gobiernos que apenas dan
juego a los que se encuentran fuera de su círculo de influencia y control, salvo cuando es conveniente
hacerse alguna foto oficial que apoye sus intervenciones. No es extraño que
cunda el pesimismo en las organizaciones sanitarias , cuando la única posibilidad
de cambio viene determinada por la alternancia entre partidos con parejos comportamientos extractivos. Pesimismo que se acrecienta al analizar los retos a los que se enfrentan hoy los
sistemas sanitarios , cada vez más condicionados desde fuera del propio sistema ( entidades económicas
internacionales, acuerdos internacionales de comercio, ministerios de hacienda,
grandes corporaciones tecnológicas, bigpharma…).
No es casual que en entornos de tal complejidad España sea
uno de los países entre los que
menos cuenta el sector profesional en el proceso de toma de decisiones. Por
supuesto, no se trata negar al poder político su legitimidad, ni sustituirlo
por tecnocracias que no llevan a ningún lado. Pero si de permitir que las
decisiones en materia sanitaria no sean pasto exclusivo de los partidos con
responsabilidades de gobierno, que cambian sus cromos en función de otro tipo
de intereses. Sin abrir la política sanitaria a todos los sectores con
participación directa en el mismo ( en el que pacientes y profesionales juegan
un papel esencial) persistirán los actuales problemas de corrupción, nepotismo,
incompetencia y, sobre todo, falta de confianza en las medidas tomadas.
Se llevan años reclamando a cada partido gobernante medidas
de transparencia, rendición de cuentas, comparabilidad de resultados ,
participación. Es insultante que siga sin existir un sistema de información
fiable y transparente que permita conocer aspectos esenciales del desempeño
sanitario. Esperar que sean las administraciones y los partidos los que tengan
algún día a bien otorgarnos tales caprichos, es de una absoluta ingenuidad.
Necesitamos organizaciones profesionales fuertes, independientes y, sobre todo,
críticas, con el poder político. Que pongan el compromiso ético con los
pacientes por delante de los objetivos de las organizaciones sanitarias ( que
pueden ser loables en algunos casos, pero más que perversas en otros, como se
está viendo en Madrid). En ese sentido, tomas de posición como la que realizó la
semFYC el año pasado, no solamente manifestando su oposición sino ejerciendo la objeción de conciencia a una norma que vulnera tan claramente los derechos de los
pacientes, es un buen ejemplo de cual debería ser el camino a seguir.
Una de las alternativas para intentar modificar los
comportamiento extractivos históricos de este país, debería ser ( como señalan Acemoglu y Robinson) la de repartir
el poder político en la sociedad, lo que exigiría un proceso de cesión de poder
por parte de las élites políticas dominantes. Es evidente que no será fácil
lograrlo: los gobiernos están acostumbrados a imponer, no a negociar. Tampoco era fácil para Ricky Rubio capturar 13 rebotes frente a San Antonio. Pero supo "ganar la posición" a adversarios más altos que él. De ese se trata. De ganar la posición.
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miércoles, 13 de marzo de 2013
El declive de la burocracia profesional
Con su habitual sensatez José Luis Quintana denunciaba en Atensión Primaria el clamoroso silencio de los directivos del servicio madrileño de salud ante la oposición frontal de los profesionales al proceso de reforma iniciado en dicha comunidad. Un centenar de directivos diversos incapaces de dar una explicación. Quizá el error es esperar tanto de ellos.
Crece en la mayor parte del país, aunque en unas comunidades más que en otras, un estado de ánimo depresivo respecto al futuro del sistema, al que se añade una sensación de franca impotencia para darle respuesta. La solución está fuera de nuestro control, por lo que solo queda resignarse a lo que el futuro depare. La preocupación respecto a la falta de fundamento conceptual, de objetivo claro por parte de los que dirigen a los clínicos es creciente.
Las organizaciones sanitarias formarían parte de lo que Henry Mintzberg consideraba “burocracias profesionales”, sustancialmente distintas de las “burocracias maquinales”. Mientras que en éstas es la tecnoestructura de la empresa ( sus directores) la que establece los estándares de trabajo, en las burocracias profesionales las normas se fijan fuera de la propia estructura, en las asociaciones libres a las que pertenecen sus profesionales. En Mintzberg y La Dirección, el profesor de McGill señala: “mientras la burocracia maquinal depende de la autoridad de naturaleza jerárquica –el poder del cargo- la burocracia profesional hace hincapié en la autoridad de naturaleza profesional-el poder de los conocimientos técnicos. De hecho es difícil confiar en otras formas de normalización en la organización profesional: los mismos procesos de trabajo son demasiado complejos para ser normalizados directamente por los analistas”.
En algún momento de las últimas décadas, las organizaciones sanitarias españolas pasaron de ser burocracias profesionales a simples burocracias maquinales. Los estándares de lo que es la correcta atención sanitaria pasaron de ser establecidos por “la profesión” a serlo por los correspondientes servicios de salud. Cada uno de ellos diseñó sus protocolos, sus planes, sus historias clínicas electrónicas, sus sistemas de citación y organización de pacientes, sus sistemas de certificación y acreditación profesional, lo que en otros países establecen las organizaciones profesionales. Es difícil encontrar una explicación a este abandono del propio poder. Tudor Hart hablaba de la retirada liberal ocurrida en los años 70 en el Reino Unido por parte de los médicos británicos. Y en estas últimas décadas han existido para los profesionales sanitarios y las organizaciones profesionales tentaciones irresistibles para emprender una retirada semejante, abandonando el compromiso que las profesiones sanitarias tenían con la sociedad a la que pertenecen ( no con los gobiernos de turno); compromiso que les otorga la autonomía de que disfrutan. Adquirida la comodidad de una plaza en el destino deseado y con la tarde por delante para hacer lo que más nos apetezca, es difícil asumir compromisos; reconocido nuestro poder de influencia como sociedad o colegio por parte de la organización sanitaria de turno, no es difícil vender nuestra independencia por un plato de lentejas. Así, de la misma forma que los gases tienden a ocupar todo el volumen del espacio que les contiene, las burocracias maquinales ocuparon el espacio que las burocracias profesionales dejaron vacío en su huída.
En el texto “Crisis en España: ¿Cómo renovar los servicios sanitarios? de Ortún y Callejón , incluido en el imprescindible libro de Casajuana y Gervas “ La renovación de la atención primaria desde la consulta “ se considera indispensable para afrontar los importantes desafíos de nuestro sistema ( eliminar grasa, disminuir la brecha entre eficacia y efectividad, reasignar recursos) el ejercicio de una autonomía responsable por parte de los profesionales, tan necesario como la competencia por comparación y la redistribución de funciones entre el personal sanitario. Sin embargo las medidas propuestas para renovar en profundidad la atención primaria por los autores, que deberían partir desde abajo, desde cada consulta , y para las cuales no se precisan ni cambios de fórmulas jurídicas ni absorción por parte de empresas extranjeras ( medidas tan elementales como dejar de hacer intervenciones inútiles, redistribuir las útiles de baja complejidad, organizar los centros según las necesidades REALES de los pacientes, gestionar autónomamente las agendas , utilizar las historias clínicas como instrumento de evaluación y mejora de nuestra práctica individual) parecen casi imposibles de alcanzar hoy. Dicen los autores que los lastres de nuestra atención primaria son la desprofesionalización, el complejo de inferioridad y el bajo liderazgo. Es cierto. Y así nos va.
Crece en la mayor parte del país, aunque en unas comunidades más que en otras, un estado de ánimo depresivo respecto al futuro del sistema, al que se añade una sensación de franca impotencia para darle respuesta. La solución está fuera de nuestro control, por lo que solo queda resignarse a lo que el futuro depare. La preocupación respecto a la falta de fundamento conceptual, de objetivo claro por parte de los que dirigen a los clínicos es creciente.
Las organizaciones sanitarias formarían parte de lo que Henry Mintzberg consideraba “burocracias profesionales”, sustancialmente distintas de las “burocracias maquinales”. Mientras que en éstas es la tecnoestructura de la empresa ( sus directores) la que establece los estándares de trabajo, en las burocracias profesionales las normas se fijan fuera de la propia estructura, en las asociaciones libres a las que pertenecen sus profesionales. En Mintzberg y La Dirección, el profesor de McGill señala: “mientras la burocracia maquinal depende de la autoridad de naturaleza jerárquica –el poder del cargo- la burocracia profesional hace hincapié en la autoridad de naturaleza profesional-el poder de los conocimientos técnicos. De hecho es difícil confiar en otras formas de normalización en la organización profesional: los mismos procesos de trabajo son demasiado complejos para ser normalizados directamente por los analistas”.
En algún momento de las últimas décadas, las organizaciones sanitarias españolas pasaron de ser burocracias profesionales a simples burocracias maquinales. Los estándares de lo que es la correcta atención sanitaria pasaron de ser establecidos por “la profesión” a serlo por los correspondientes servicios de salud. Cada uno de ellos diseñó sus protocolos, sus planes, sus historias clínicas electrónicas, sus sistemas de citación y organización de pacientes, sus sistemas de certificación y acreditación profesional, lo que en otros países establecen las organizaciones profesionales. Es difícil encontrar una explicación a este abandono del propio poder. Tudor Hart hablaba de la retirada liberal ocurrida en los años 70 en el Reino Unido por parte de los médicos británicos. Y en estas últimas décadas han existido para los profesionales sanitarios y las organizaciones profesionales tentaciones irresistibles para emprender una retirada semejante, abandonando el compromiso que las profesiones sanitarias tenían con la sociedad a la que pertenecen ( no con los gobiernos de turno); compromiso que les otorga la autonomía de que disfrutan. Adquirida la comodidad de una plaza en el destino deseado y con la tarde por delante para hacer lo que más nos apetezca, es difícil asumir compromisos; reconocido nuestro poder de influencia como sociedad o colegio por parte de la organización sanitaria de turno, no es difícil vender nuestra independencia por un plato de lentejas. Así, de la misma forma que los gases tienden a ocupar todo el volumen del espacio que les contiene, las burocracias maquinales ocuparon el espacio que las burocracias profesionales dejaron vacío en su huída.
En el texto “Crisis en España: ¿Cómo renovar los servicios sanitarios? de Ortún y Callejón , incluido en el imprescindible libro de Casajuana y Gervas “ La renovación de la atención primaria desde la consulta “ se considera indispensable para afrontar los importantes desafíos de nuestro sistema ( eliminar grasa, disminuir la brecha entre eficacia y efectividad, reasignar recursos) el ejercicio de una autonomía responsable por parte de los profesionales, tan necesario como la competencia por comparación y la redistribución de funciones entre el personal sanitario. Sin embargo las medidas propuestas para renovar en profundidad la atención primaria por los autores, que deberían partir desde abajo, desde cada consulta , y para las cuales no se precisan ni cambios de fórmulas jurídicas ni absorción por parte de empresas extranjeras ( medidas tan elementales como dejar de hacer intervenciones inútiles, redistribuir las útiles de baja complejidad, organizar los centros según las necesidades REALES de los pacientes, gestionar autónomamente las agendas , utilizar las historias clínicas como instrumento de evaluación y mejora de nuestra práctica individual) parecen casi imposibles de alcanzar hoy. Dicen los autores que los lastres de nuestra atención primaria son la desprofesionalización, el complejo de inferioridad y el bajo liderazgo. Es cierto. Y así nos va.
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viernes, 8 de marzo de 2013
La trampa de Pozzi
Bill Flower y Willie Stone parecían una
versión moderna de El Gordo y el Flaco. Desde que ganaran una fortuna de 27
millones de dólares en la lotería , vivían juntos en una gigantesca mansión en
medio del campo, y frecuentaban las mesas de póker en las que concurrían
millonarios ansiosos de emociones. Un día coinciden en Atlantic City con Jack Pozzi, un aficionado en busca de
fortuna. Flower le invita a una partida en su residencia. Pozzi acepta, tentado
por la impresión de que Flower y Stone son dos imbéciles que no saben en que
gastar su dinero. Convence a Nashe, un tipo con el que se cruza en una
carretera solitaria, para que le
financie la partida, con el señuelo de repartirse los seguros beneficios que
obtendrán. Pozzi gana las primeras manos, pero al poco tiempo Nashe comprueba
que han perdido todo. Deciden
entonces jugarse el coche. Juegan y vuelven a perder. Desesperados, buscan una
última oportunidad: jugárselo de nuevo a la carta más alta. Pierden. Flower y Stone
ofrecen entonces a Pozzi y Nashe
la única forma de saldar su deuda: construir un muro a partir de los sillares
procedentes de un castillo irlandés en ruinas, que los dos millonarios
compraron por capricho, y que tienen abandonadas en su jardín. Por un salario
de 8 dólares la hora, y trabajando 10 horas al día, en 50 días la deuda quedaría
saldada.Sin otra opción Pozzi y Nashe realizan la fatigosa tarea. Pero
cuando creen que la pesadilla ha concluido aún quedan deudas pendientes: deben
saldar los gastos del alojamiento. Más tarde vendrán otras: la ventana que un día se
rompió, la manutención que creían incluida, los caprichos que el Gordo y el
Fleco prometieron. Desesperados, un día Nashe ayuda a Pozzi a escapar qudándose él
para acabar de pagar la deuda. Al día siguiente Nashe encuentra junto a su puerta
el cuerpo horriblemente desfigurado de Pozzi. Una vez caídos en la trampa solo
hay una forma de escapar y es con los pies por delante.
La música del azar es una desasosegante novela
de Paul Auster que refleja perfectamente la trampa del endeudamiento. Leyendo
The hangover de Nick Paumgarten en New Yorker sobre la reciente historia española, además de descubrir
como interpretan desde fuera nuestra crisis, se comprueba hasta que punto la
música del azar suena también sobre nosotros. Los Flower y Stone del sector
financiero, tendieron la trampa en que cayeron los Pozzi de turno. Muchos
creyeron que era posible tener casas de 500.000 euros, un apartamento en la
playa y un Audi 6 con el mismo salario de siempre; les convencieron de que era
normal que el precio de su casa se duplicara en un año. Y fueron los Flower y
Stones de las entidades financieras los que les invitaron a jugar la partida. Pero
en este caso no solo fueron solo los Pozzi los que acabaron atrapados , sino todos
los ciudadanos del país.
La reciente entrevista en El País con
Hans-Werner Sinn, presidente del poderoso think tank alemán IFO, es un
clarificador ejemplo de ese camino sin retorno que se inicia cuando se cae en
la trampa. El economista, impecable, pone precio a la deuda adquirida en la
mesa de juego: un billón de euros. Sus palabras suenan igual de amenazantes
que las de El Gordo y el Flaco de la novela de Auster: “dentro de unos años
nuestros hijos tendrán que ir al sur de Europa a recoger nuestro dinero”.
Si creíamos que con los recortes, la reducción
salarial y el desempleo generado en estos cinco años de crisis habíamos saldado
nuestra deuda estábamos muy equivocados. En opinión de Sinn, Rajoy debería
hacer ya otra reforma laboral que flexibilice aún más los salarios a la baja.
Eliminar el salario mínimo , laminar el estado de bienestar privando a millones
de personas de ayudas sociales.
Acabado lo cual España, Grecia y Portugal (los Pozzi y Nashe europeos), deberán devalaurse internamente en un 30% más.
Sinn , buen ejemplo de los que dirigen el
cotarro, lo deja tan claro como
Willie Stone: “Menos austeridad supondría menos sufrimento
ahora a cambio de más dolor en el futuro”. Como a Pozzi y Bashe eso es lo que
nos espera en la trampa perfecta: dolor.
domingo, 3 de marzo de 2013
Elegir sabiamente: ¿imposible en España?
Hablábamos en el último post de Choosing wisely , y sus campañas para fomentar un uso juicioso de las pruebas diagnósticas y las intervenciones terapéuticas. Pues bien, a la campaña organizada por el BMJ sobre Too much medicine, se suma ahora el editorial del Lancet respecto al uso arbitrario e injustificado de procedimientos ( When a test isn’t best). Insisten en la idea de que las indicaciones que hacen los clínicos no siempre están basadas en la mejor evidencia disponible, con el inevitable incremento del coste, y sobre todo, del riesgo, que comporta.
Si este despilfarro es importante en cualquier país, en Estados Unidos es especialmente
preocupante, donde la propias estructura de un sistema sanitario basado en la
competencia entre aseguradoras incrementa indefinidamente el coste de los
servicios mediante la indicación de pruebas innecesarias.
El pasado 21 de febrero el American Board of Internal
Medicine, impulsor de Choosing Wisely, publicó un listado de 130 pruebas o
tratamientos que médicos y pacientes deberían cuestionar, en colaboración con
organizaciones de consumidores de servicios sanitarios. Cada una de las 17
sociedades científicas participantes revisó sus procedimientos habituales y
propuso cinco medidas destinadas a evitar el uso de intervenciones innecesarias,
basada en las pruebas científicas existentes sobre su efectividad.
Entre sus 130 recomendaciones cabe señalar algunas de uso
tan habitual como las siguientes:
- no realizar nunca pruebas de imagen ante un dolor lumbar en las primeras 6 semanas, salvo en caso de existir signos de alarma ( red flags)
- No realizar TACs o PETs como pruebas de cribado de cáncer en personas sanas.
- No prescribir antibióticos en sinusitis a menos que el cuadro persista después de 7 días.
- No realizar densitometrías como cribado de la osteoporosis en mujeres menores de 65 o varones menores de 70.
- No hacer citologías en mujeres menores de 21 años o histerectomizadas ( por causas no oncológicas)
- No realizar EKG ni ninguna otra prueba de cribado en personas de bajo riesgo cardiaco asintomáticas .
- No indicar Resonancias Magnéticas para monitorizar artritis inflamatorias.
- No realizar pruebas radiológicas torácicas preoperatorios salvo en casos de antecedentes de patología previa.
- No realizar electroencefalogramas ni pruebas de imagen ante cefaleas no complicadas
- No inducir partos o cesarias antes de la semana 39 de gestación.
- No realizar tomografías computarizadas en niños con traumatismos craneoencefálicos leves, ni en convulsiones febriles, ni en dolores abdominales
- No realizar sondajes urinarios por incontinencia o monitorización en pacientes que no estén críticos.
- No prescribir tratamientos profilácticos de ulcus por estrés salvo en caso de alto riesgo de complicaciones gastrointestinales
- No realizar test diagnósticos repetidos en pacientes ingresados,estables clínicamente
- No solicitar pruebas radiológicas en niños ingresados con asma o bronquiolitis no complicada
La organización de pacientes Consumer Reports elaboró
complementariamente materiales de fácil comprensión sobre la iniciativa
dirigido a pacientes. Incluso parte de las recomendaciones pueden consultarse
en español, dado el importante peso de la población hispana.
En The healthcare imperative, el Institute of Medicine
estimaba en 765 billones ( americanos) de dólares el despilfarro del sistema
sanitario, el 29% del gasto total. ¿Cuál es el nuestro? ¿Tiene pensado
estimarlo en algún momento la actual ministra de sanidad? ¿Existe realmente la ministra de sanidad?
¿Qué piensan hacer al respecto las comunidades autónomas? ¿ Y las sociedades científicas? El
trabajo no paece excesivamente complicado, buena parte ya está hecho en
iniciativas como Choosing Wisely.
Es cierto que la política de recortes del
actual gobierno es infame. Pero seguir ignorando el gigantesco despilfarro de nuestro sistema sanitario es tirar piedras contra nuestro propio tejado
actual gobierno es infame. Pero seguir ignorando el gigantesco despilfarro de nuestro sistema sanitario es tirar piedras contra nuestro propio tejado
Etiquetas:
medicalización,
política sanitaria,
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