Aussi surmonte elle en aigreur tous autres accidents".
Michel de Montaigne Essais. Cp XVII. De la peur.
Objetivamente nunca la humanidad ha estado en una situación mejor: no solo en los países desarrollados (en el Reino Unido la esperanza e vida pasó de 46 en 1900, a 76 en 1980) sino también en los que no lo son ( la mortalidad infantil disminuyó 47% en China o 36% en India entre 1990 y 2006) . Y esa tendencia parece que continuará en los próximos años.
Subjetivamente en cambio, las sociedades occidentales se sienten permanentemente amenazadas por innumerables peligros que generan un clima continuo de temor: temor al terrorismo, al cambio climático, a los alimentos contaminados, a los transgénicos, a la gripe aviar, a los pederastas, a la obesidad, a los asesinos en serie, al cáncer, a la crisis económica mundial, al envejecimiento, a la gripe A…En definitiva, una "Sociedad en Riesgo " definida por Anthony Giddens ( inspirador del término junto al Ulrich Beck, profesor de la London SchoAnol of Economics) como “ una sociedad cada vez más preocupada por el futuro, ( y también por la seguridad, que genera la noción de riesgo").
Intentar analizar esta paradoja, la de sentirse permanentemente amenazados en la época en que nunca ha sido mejor estar vivo, es el objetivo del libro de Dan Gardner Risk, publicado en este año por Virgen Books ( de momento sin traducción al castellano). Gardner es periodista del Ottawa Citizen, donde mantiene un blog, y su libro ha sido definido por The Economist como “ un excelente y divertido correctivo a la paranoia moderna”.
Es cierto que el miedo nos ayuda a estar vivos, a prever situaciones de amenaza a nuestra integridad, y a responder con éxito ante ellas. Pero el temor irracional es otra cuestión. Gardner señala las consecuencias del temor irracional que generó el atentado contra las torres gemelas en Nueva York: 1595 personas murieron en accidentes de tráfico, derivados de la sustitución del avión por el coche ante el temor a nuevos atentados.
¿Por qué triunfa el miedo? Gardner identifica tres causas principales que se retroalimentan en un círculo tan vicios como continuo: el cerebro, los medios de comunicación, el marketing del temor (the Marketing of Fear).
Nuestro cerebro sigue funcionando en gran medida con los rudimentos del hombre primitivo. En los últimos cuarenta años, gracias a los trabajos iniciales de Paul Slovic y posteriormente de Tversky y Kahenman se ha avanzado mucho en el conocimiento de cómo los humanos perciben el riesgo, cuando considerar que el riesgo es amenazante y cuando no. Mientras que todos creemos que utilizamos normalmente el que Gardner llama llamado “ Sistema 2” ( la razón, el pensamiento apolíneo de los griegos), habitualmente recurrimos al “Sistema 1” ( el emocional, dionisio según aquellos). Mientras que el primero es lento, sopesa las pruebas, y explica sus razones, el segundo es tan rápido como inefable. Gracias a él la humanidad puede vivir hoy su mejor momento. Pero es también responsable de vivir tan condicionados por nuestras emociones. Sobre éstas se ha hablado reiteradamente en este blog.
La segunda causa para Gardner son los medios de comunicación. El temor vende, sea justificado o no; siempre ha sido así y siempre lo será. El miedo genera historias: “ el ingrediente esencial de una buena historia es hablar de las personas y sus emociones, no de números y razones”. Las consecuencias de la información ( como la impresionante historia de Betty que contaba Bonis hace unos días), no importan a la prensa más allá de poder generar a su vez otra buena historia que contar.
Por último, Gardner señala el papel del que llama Marketing del Miedo: las industrias ( en el ámbito de la salud especialmente las farmacéuticas), las empresas , los políticos, las ONGs, en muy diferente forma y manera, se benefician de la generación de temor en la sociedad: sea justificado o no, el temor aumenta las ventas, las donaciones, los votos...
Ser consciente de ello ya es un avance.
Subjetivamente en cambio, las sociedades occidentales se sienten permanentemente amenazadas por innumerables peligros que generan un clima continuo de temor: temor al terrorismo, al cambio climático, a los alimentos contaminados, a los transgénicos, a la gripe aviar, a los pederastas, a la obesidad, a los asesinos en serie, al cáncer, a la crisis económica mundial, al envejecimiento, a la gripe A…En definitiva, una "Sociedad en Riesgo " definida por Anthony Giddens ( inspirador del término junto al Ulrich Beck, profesor de la London SchoAnol of Economics) como “ una sociedad cada vez más preocupada por el futuro, ( y también por la seguridad, que genera la noción de riesgo").
Intentar analizar esta paradoja, la de sentirse permanentemente amenazados en la época en que nunca ha sido mejor estar vivo, es el objetivo del libro de Dan Gardner Risk, publicado en este año por Virgen Books ( de momento sin traducción al castellano). Gardner es periodista del Ottawa Citizen, donde mantiene un blog, y su libro ha sido definido por The Economist como “ un excelente y divertido correctivo a la paranoia moderna”.
Es cierto que el miedo nos ayuda a estar vivos, a prever situaciones de amenaza a nuestra integridad, y a responder con éxito ante ellas. Pero el temor irracional es otra cuestión. Gardner señala las consecuencias del temor irracional que generó el atentado contra las torres gemelas en Nueva York: 1595 personas murieron en accidentes de tráfico, derivados de la sustitución del avión por el coche ante el temor a nuevos atentados.
¿Por qué triunfa el miedo? Gardner identifica tres causas principales que se retroalimentan en un círculo tan vicios como continuo: el cerebro, los medios de comunicación, el marketing del temor (the Marketing of Fear).
Nuestro cerebro sigue funcionando en gran medida con los rudimentos del hombre primitivo. En los últimos cuarenta años, gracias a los trabajos iniciales de Paul Slovic y posteriormente de Tversky y Kahenman se ha avanzado mucho en el conocimiento de cómo los humanos perciben el riesgo, cuando considerar que el riesgo es amenazante y cuando no. Mientras que todos creemos que utilizamos normalmente el que Gardner llama llamado “ Sistema 2” ( la razón, el pensamiento apolíneo de los griegos), habitualmente recurrimos al “Sistema 1” ( el emocional, dionisio según aquellos). Mientras que el primero es lento, sopesa las pruebas, y explica sus razones, el segundo es tan rápido como inefable. Gracias a él la humanidad puede vivir hoy su mejor momento. Pero es también responsable de vivir tan condicionados por nuestras emociones. Sobre éstas se ha hablado reiteradamente en este blog.
La segunda causa para Gardner son los medios de comunicación. El temor vende, sea justificado o no; siempre ha sido así y siempre lo será. El miedo genera historias: “ el ingrediente esencial de una buena historia es hablar de las personas y sus emociones, no de números y razones”. Las consecuencias de la información ( como la impresionante historia de Betty que contaba Bonis hace unos días), no importan a la prensa más allá de poder generar a su vez otra buena historia que contar.
Por último, Gardner señala el papel del que llama Marketing del Miedo: las industrias ( en el ámbito de la salud especialmente las farmacéuticas), las empresas , los políticos, las ONGs, en muy diferente forma y manera, se benefician de la generación de temor en la sociedad: sea justificado o no, el temor aumenta las ventas, las donaciones, los votos...
Ser consciente de ello ya es un avance.
La actual pandemia de angustia, con ocasión de la gripe A durante este próximo otoño - invierno, es un buen ejemplo de como la sociedad occidental privilegiada y soberbia se deja arrastrar por el pánico de forma bastante estupida. No todos somos igual de responsables; los que sembraron, los que tiraron la primera piedra son los que acertadamente señalas como expertos en "marketing del miedo". A otros nos toca encauzar aguas torrenciales con los frágiles diques de nuestras palabras. Una pena.
ResponderEliminarmiguel melguizo
Hola Miguel.
ResponderEliminarEs cierto que no todos somos igual de responsables: unos por acción clara e intereses poco claros, otros por omisión..El resultado final es un grado importante de confusión en la población general sobre el tema.