La Organización Mundial de la Salud , a través del European Observatory on Health Systems and Policies acaba de publicar un interesante informe de revisión sobre las respuestas en material sanitaria a la crisis económica en Europa a la que categorizan como un auténtico” shock” para los sistemas sanitarios, entendiendo como tal “ un suceso imprevisto fuera del sistema sanitario que tiene grandes efectos negativos en la disponibilidad de recursos y/o un gran efecto positivo en la demanda de servicios”.
Los retos que ello implica son fundamentalmente de tres tipos: una súbita reducción de ingresos puede hacer muy difícil mantener los niveles necesarios de atención sanitaria, los recortes se producen cuando los sistemas sanitarios precisan de más ( y no menos) recursos ( no hay más que pensar en el aumento de desempleados), y finalmente “ recortes arbitrarios a servicios esenciales pueden desestabilizar aún más los sistemas sanitarios si se erosiona la protección económica, así como la equidad y calidad en el acceso, lo que en definitiva aumenta aún más los costes a largo plazo”.
Los autores, expertos en el análisis de reformas, revisan las consecuencias de diversas crisis económicas sufridas en el último siglo (desde la crisis del 29 en estados Unidos a las acaecidas en el proceso de disolución de la Unión Soviética, incluyendo las sucedidas en el Sudeste asiático).Los resultados en la salud de la población que sufre una crisis depende tanto de la causas y contexto de ésta como de la respuesta que cada gobierno elija. En este sentido, la evidencia internacional sugiere que aquellos medidas que más afectan a los sectores más desfavorecidos de la población ( como pérdida del aseguramiento o copagos) es poco probable que reduzcan a largo plazo el gasto sanitario, debido “tanto a la disminución del uso de servicios necesarios como al aumento de la utilización de los servicios de urgencias”.
Las respuestas a la crisis en Europa han estado muy condicionadas por la situación económica de cada país, como es lógico. Aunque llama poderosamente la atención el que la cobertura sanitaria apenas haya sido alterada en la mayor parte de los países, incluso habiendo aumentado en aquellos colectivos con menos recursos, justo lo contrario de lo que está a punto de suceder en España.
A riesgo de simplificar una cuestión sumamente compleja los autores se atreven a señalar algunas medidas para afrontar la crisis y mantener la sostenibilidad del sistema, alineadas con los objetivos de un sistema sanitario. Entre ellas proponen la realización de una planificación estratégica de las compras, una rigurosa evaluación de tecnologías sanitarias y un estricto control de la inversión, especialmente en infraestructuras y equipamientos ( en cuyo ámbito el despilfarro español en construcción de hospitales innecesarios ha sido notorio),la reducción de precios de medicamentos acompañadas de medidas de prescripción y dispensación racional, traslación de la atención hospitalaria hacia el ámbito ambulatorio, aumento de la coordinación entre niveles, reducción de costes administrativos y burocráticos ( a lo que poco contribuirán las medidas anunciadas en España), políticas fiscales para aumentar los ingresos públicos ( mientras que aquí se beneficia el fraude fiscal) y el uso de medidas contra-cíclicas, incluyendo subsidios , para proteger el acceso y la protección financiera , especialmente de los más vulnerables.
El informe recomienda que las políticas para garantizar la sostenibilidad del sistema deberían ser congruentes con los objetivos y metas de cualquier sistema sanitario, habida cuenta de que el ajuste fiscal no es un fin en sí mismo. En este sentido, entre las políticas que socavan estos principios se encuentra la reducción de la cobertura en servicios esenciales, el aumento en los tiempos de espera para acceder a éstos, el recargo en el pago por recibirlos, el desgaste de los trabajadores sanitarios mediante la reducción de los salarios o la reducción de la población atendida.
No hay que olvidar que en 2.009 el WHO’s Regional Committee for Europe, del que forma parte también España, urgió a sus miembros a asegurar que los sistemas sanitarios continuarían promoviendo y protegiendo el acceso universal a los servicios sanitarios en tiempos de crisis.
Lamentablemente el gobierno español parece haber optado por aquellas medidas que minan los fundamentos de los sistemas sanitarios y no las que mantienen sus principios. El argumento de que es lo que nos obliga a hacer Europa es falaz, puesto que Europa también nos “obliga” a garantizar la protección universal que ahora hurtamos a los inmigrantes irregulares. España ha optado por cortar donde es más fácil, independientemente de su trascendencia, en lugar de agarrar el toro por los cuernos de mejorar su eficiencia. El informe de la OMS concluye: " Donde la situación a corto plazo obligue a los gobiernos a recortar gasto sanitario público, el énfasis de la política debería ponerse en recortar con sabiduría para minimizar los efectos adversos en el desempeño de los sistemas sanitarios". Una sabiduría de la que carece España.
La cuestión es que, como tan bien has comentado en otras ocasiones en tu blog, los más habitual es que la decisiones de gestión sanitaria se basen en cualquier cosa menos en la evidencia disponible. Y en este caso la evidencia disponible dice que cuando se recorta sin cabeza en servicios sanitarios esenciales no solo no se ahorra, sino que los recortes pueden conducir a un mayor consumo de recursos, al generarse mayor demanda de prestaciones con mayor coste (como por ejemplo las urgencias), mayores complicaciones que obligan a ingreso (probablemente a través de urgencias) por una situación que se ha complicado al no recibir asistencia primaria en el momento adecuado, y aumento de enfermedades infecto - contagiosas en la población "asegurada", al disminuir el efecto de protección de rebaño que supone unos cuidados de salud universales.
ResponderEliminarPor otro lado, no se en donde consta que las autoridades económicas europeas y mundiales "obliguen" a España a dejar sin asistencia sanitaria a millones de personas. A lo que nos obligan, y con buen criterio, es a dejar de gastar lo que no tenemos. Pero hay muchas partidas de las que recortar sin necesidad de tocar la asistencia sanitaria básica, como el despilfarro absurdo en cada novedad farmacológica que saca la industria, o en la construcción sin ton ni son de un hospital en cada pueblo de nuestra geografía. ¿Y que tal perseguir seriamente a los defraudadores de decenas de millones de euros en impuestos, cada año?
Lo dicho, Europa nos pide que recortemos, si, pero con sentido común, de manera que el supuesto remedio no termine siendo peor que la enfermedad.
Un saludo.
Las medidas que apuntas , Sergio, estan encaminadas a intentar garantizar la sostenibilidad de los sistemas públicos de salud europeos,son medidas muy parecidas a las apuntadas por un documento de la Asociación Economistas de la Salud publicado hace unos meses.http://www.aes.es/Publicaciones/DOCUMENTO_DEBATE_SNS_AES.pdf
ResponderEliminarLo que estamos padeciendo en España , particularmente desde hace dos años en Cataluña son medidas encaminadas a una privatización y fragmentación del SNS, en la misma linia , por cierto, del que amenaza a otros sistemas europeos, Inglaterra, tal como expusiste hace unos meses en la magnífica serie La Batalla de Inglaterra. Aquí , ni batalla , por cierto , paseo militar , mismamente como en la Francia de Vicchy. Si me permites aprovecho para recomendar un libro excepcional de un autor no menos recomendable , Manuel Chaves Nogales. La agonía de Francia.Libros del Asteroide.2010. un abrazo y nuevamente muchas gracias por tus estimulantes reflexiones Toni Agustí.
Muchas gracias de nuevo Sergio por tu interesante comentario. Totalmente de acuerdo contigo. me parece muy interesante el informe porque no cuestiona la existencia de la crisis, sus causas y la necesidad de aforntarla. Pero insiste en que las medidas no pueden simplemente cortar por lo más fácil:no solo porque afecta gravemente a ciertos valores importantes para mantener la cohesión de una sociedad (equidad,solidaridad) sino porque además no cosniguen el objetivo previsto (disminuir el gasto). Como muy bien señalas nadie ha dicho que haya que retirar el derecho a la asistencia. El problema es que es más fácil tirar por la calle de enmedio...por no pensar mal, claro
ResponderEliminarUn saludo
Magnífica recomendación Toni. No he leido la agonía de Francia pero queda apuntada. Pero si leí la defensa de Madrid , una de las mejores crónicas del asedio, que conozco indirectamente bastante bien por historias de mi familia. Es muy triste como muy bien señalas que aqui la batalla por la sanidad pública ha sido por desgracia un paseo militar. Apenas alguna tímida protesta y poco más. Cuanto envidia uno , a pesar de todo, a una sociedad como la británica cuando se trata de defebder lo suyo.Como siempre, muchas gracias
ResponderEliminarUn abrazo