jueves, 28 de marzo de 2013

Llamando a las puertas del cielo


Tenemos la suerte de tener con nosotros estos días a Viviana Martinez Bianchi, médico de familia y vicedirectora del programa de formación en residentes en medicina de familia en el departamento de Community and Family Medicine de Duke University. Buen momento para hablar durante horas de las diferencias y semejanzas del ejercicio, la formación y los valores  de la medicina de familia en países tan diferentes como España y Estados Unidos.
Es fácil escudarse en las grandes diferencias entre ambos para continuar instalados en la idea de que tenemos el mejor modelo sanitario posible. Coartada perfecta para no tener que molestarnos en luchar por nada. Tampoco allí las cosas son sencillas : en su estado (Carolina del Norte) necesitarían cerca de 2.500 médicos de familia al año, pero solo forman a 70. Las necesidades de médicos de familia en Estados Unidos oscilan entre 50.000 y 100.000. Y los estudiantes siguen prefiriendo elegir otras especialidades más rentables económicamente ,ante la necesidad de amortizar en el menor tiempo posible la inversión de 200.000 o 300.000 euros que puede significar seguir un programa de especializaciónn en una universidad americana.
Puesto que en España no tenemos esa hipoteca de partida ( afortunadamente) , habrá que buscar otras razones para explicar por qué sigue sin ser la medicina de familia una especialidad atractiva para los estudiantes . González López-Valcárcel y Barber (economistas expertas en el análisis de la demografía sanitaria), proponen las suyas en el libro de Casajuana y Gervas , en el marco de la crisis económica actual. En su opinión por ejemplo “ el Real Decreto 16/2012 resta el arma más efectiva de atracción y fidelización de cliente que poseen los médicos de familia. La distribución gratuita de fármacos”. Por lo que se ve, poco más puede haber de atractivo para los pacientes en el médico de familia que no sea ese papel de "tendero ilustrado". Tampoco parece serlo por los estudiantes que en cambio sí optan por la pediatría, quizá con la idea de que acabarán trabajando en hospitales ( posiblemente equivocada puesto que solo el 36% acaban allí); algo diferente del destino del médico de familia, quienes (para dichas autoras) “detenta el monopolio del primero contacto. Visto desde el  ángulo pesimista, ese monopolista sería simplemente el portero del paraíso, quien maneja las llaves del cielo ( el hospital)…”. Si a eso añadimos que la “cartera de servicios en atención primaria ( técnicas en consulta ) es llamativamente baja... tal vez reste atractivo a la especialidad en un entorno de fascinación tecnológica”. Es decir son las armas de la tecnología la que te dan “caché”. En ese marco de análisis la principal conclusión de su estudio es que “si se quiere incentivar la medicina familiar y comunitaria la medida más efectiva es dar señales claras de acceso a empleo estable. No tanto la retribución”.
La visión del hospital como representación del paraíso sigue siendo dominante. Los borradores de trabajo respecto al futuro decreto de troncalidades en especialidades en ciencias de la salud  abundan en esa dirección. Medicina de familia quedará diluida en un “tronco” mucho más respetable, con especialidades de enjundia como la cardiología, que quizá pueda servir de anzuelo para que algunos incautos piquen.  Células sin identidad durante los dos primeros años quizá logremos que algunas decidan diferenciarse en neuronas al llegar al tercer año. Magnífico panorama para un tendero.
En Duke University en cambio, los residentes de medicina comunitaria y familiar (el orden no es inocente), no eligen un  tronco al que trepar. Desde el primer día inician su actividad en su consulta de atención primaria; el residente que acaba la especialidad le presenta a los pacientes que atender ininterrumpidamente durante tres años (salvo cuando viaje fuera del estado). Las rotaciones se realizan a tiempo parcial durante su residencia, pero manteniendo siempre la obligación de atender cada día a sus pacientes aunque sea en horario reducido.
Una especialidad que no es médica sino integral ,difuminada en el conjunto de las especialidades médicas hospitalarias, que aspira a continuar repartiendo cupones-descuento de fármacos ( en definición de Lorenzo Arribas) y tiene como principal objetivo conseguir empleos estables difícilmente pueda  sacar a la medicina de familia del pozo en el que puede encontrarse.
Raymond Tsai eligió medicina de familia sabiendo que quizá no fuera suficientemente inteligente para ello. Evidentemente está pensando en otro tipo de medicina de familia que la descrita. Aunque se que no es representativo, en la última semana tres futuros residentes con números de postín me han pedido consejo sobre los mejores sitios en España para hacer medicina de familia. Tampoco creo que lo hagan pensando en ser tenderos. Como decía ayer Viviana Martinez-Bianchi “vas a vivir una sola vez y es cuestión de elegir entre atender ojos o a las personas que tienen ojos.” 

4 comentarios:

  1. Solo por comentar algo, Sergio. La ‘fantástica’ hipótesis de Beatriz López-Valcárcel y de Patricia Barber sobre que “el arma más efectiva de atracción y fidelización de clientes que poseen los médicos de familia es la distribución gratuita de fármacos” no deja de ser una enorme simpleza. Demuestra una escasa confianza en el papel de la Atención Primaria, de los profesionales… y en la inteligencia y capacidad de los pacientes, claro. Aviados estamos con estas perspectivas de algunos conspicuos representantes de la ‘ciencia lúgubre’ para ayudar a refundar la Medicina de Familia y Comunitaria.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Rodrigo. Coincido contigo que es difícil creer que pueda existir una verdadera refundación de la atención primaria si el principal aliciente para los estudiantes es el señuelo de una plaza estable con habilitación para despachar fármacos. Un saludo muy cordial

    ResponderEliminar
  3. Es decir son las armas de la tecnología la que te dan “caché”

    Estoy muy de acuerdo con esto (soy ingeniero, no podía ser menos) y me duele que no tengáis tecnología de élite en la consulta, hay ecógrafos, resonancias, analizadores ... vamos de todo, en pequeñito, cosas que podrían estar en las consultas de cualquier médico de familia o, al menos de algunos, es que la mini-tecnología aún no ha sido explotada, una pena ... pero espero que llegue y, no tardando.
    La crisis es el momento ideal ... si las empresas de tecnología médica ven el "filón" y los administradores la posibilidad ... media docena de "aparatejos" pequeños, relativamente baratos y, fáciles de utilizar en las consultas ... es la filosofía del movil, ese que todos tenemos ... me entusiasma la idea.

    ResponderEliminar
  4. Sergio, muchas gracias por tus menciones. Me encantaría poder conversar por mas tiempo con colegas de lo que llamo "la causa" de Medicina de Familia. En Duke proponemos ademas que como family physicians practiquemos en la encrucijada entre salud publica y la medicina clínica; y que nuestros residentes estén entrenados no solo para ser excelentes clínicos con alto pensamiento critico, pero también aptos en investigación con énfasis en la comunidad, liderazgo, y habilidad para mejorar la salud de poblaciones. Te invito que veas el blog que escribe Aaron George, uno de los residentes de primer año de Duke acerca de lo que hacen los doctores de familia: http://www.kevinmd.com/blog/2013/03/surprised-family-physicians.html

    ResponderEliminar