El pasado noviembre, ocho prestigiosos profesores de
universidades, principalmente británicas, publicaron en el British Journal of
General Practice un “ Manifiesto por la Atención Primaria”. Su título
“Recovering the self”. Esta última palabra no tiene una traducción fácil al
castellano: podría ser la forma de referirnos al yo, a nosotros mismos, en
definitiva a lo que nos caracteriza y define.
El trabajo lo firma gente como Iona Heath, Christopher
Dowrick ( el profesor de Atención primaria de la Universidad de Liverpool) o
Stefan Hjörleifsson del Departamento de Atención Primaria y y Salud Pública
Global de la Universidad de Bergen en Noruega.
En su análisis parten de un hecho bastante generalizado en
la atención primaria de buena parte del mundo: la esencia de la consulta, el
encuentro único (en ocasiones sagrado como escribía Juan Gervas) entre
pacientes y profesionales, se va
desviando progresivamente hacia aspectos situados fuera de esa consulta, privando
a ésta de su principal razón de ser.
Los profesionales “cosifican” cada vez más su atención, que
se traslada de un sujeto (su paciente) a un objeto (la pantalla del
ordenador), hasta el punto de convertir al primero en un mero suministrador de
datos, actor necesario para alimentar la insaciable demanda de información de
la organización para la que trabaja: datos precisos sobre los fármacos que
emplea, sus presentaciones y
adecuación a los estándares, los parámetros que la analítica aporta, los
criterios que las guías establecen…
Los comentarios de pacientes respecto a que “solo miraba el
ordenador” resultan ya cansinos, hasta el punto de imaginar que la alternativa quizá se encuentre en realizar
consultas virtuales, puesto que de esta forma por fin el paciente estará
“dentro” , y no fuera del objeto de atención.
La sustitución de la queja del paciente por la queja del
ordenador ( en forma de chivatos variados y vistosos que alertan sobre la necesidad de clicar
determinada casilla) supone la despersonalización del ejercicio de la medicina
, la enajenación del clínico, quien no dispone de tiempo para escuchar
activamente, dar espacio al silencio, reflexionar y comunicar lo que sabe o
ignora.
Los sistemas de clasificación de pacientes en función de su
consumo de recursos, o la estratificación de los mismos en función de
determinados artificios contables, implican “considerar al
paciente como sistemas mecánicos, a sus enfermedades como puzzles , viéndose a
si mismos como medios para resolver problemas, meros controladores de enfermedades”.
Hablar en este contexto de autocuidado, toma de decisiones compartidas, o “el
ciudadano como eje del sistema”, es simplemente un sarcasmo.
Los pacientes también sufren su personal forma de
“extrañamiento”. Escriben los autores del manifiesto: “el sentido del yo de los propios pacientes puede verse seriamente
afectado por el sufrimiento que experimentan, si el invalidante efecto de la
deprivación socioeconómica, los efectos de la violencia doméstica sostenida,
las catastróficas consecuencias de las enfermedades graves , o simplemente por
la falta de proporción entre las demandas de la vida cotidiana y los recursos
disponibles para abordarlos.”
Junto a ello ,los
propios pacientes acaban “cosificando” y fragmentando sus demandas, que
no son tanto consecuencia de sus padecimientos como seres íntegros y únicos,
sino en cuanto a meros portadores
de demandas inducidas por administraciones, medios de comunicación o la propia
profesión: “ vengo por el colesterol ( un extraño en mis arterias), para la
vacuna de este año, para la colonoscopia, que he oído que estoy en muy mala
edad”. En ese entorno la demanda de inmediatez se convierte en prioridad, frente a los "antiguos" valores de la espera, la auto-resolución de los problemas menores, o la búsqueda del consejo que aportaba "mi" médico, "mi" enfermero.
Para recuperar esa integralidad que constituye la esencia del profesional, del paciente
y de su encuentro, los autores del Manifiesto proponen cinco intervenciones:
-asumir que los pacientes son seres activos, pero también víctimas
pasivas de las circunstancias que les ha tocado vivir, y para los cuales el
mensaje de moda de “autonomía”a toda costa, puede en ocasiones ocultar una “ peligrosa
indiferencia”.
- Integrar la capacidad de ver a la vez como un objeto (
capaz de ser evaluado objetivamente) y un sujeto, dotado de una biografía
propia y especial (expresable a través de su propio e
intransferible relato).
- Recuperar la autonomíaa del profesional
por encima del control de sus organizaciones.
- Integrar su individualidad con la sociedad en la
que se inserta y a la que pertenece
- Conjugar la biología con el humanismo, la
ciencia con la ¿por qué no? Poesía.
La cosificación de la asistencia, susceptible de ser parcelada y medida, supone una muestra
más del lento, progresivo y por lo que parece inexorable desguace de la Atención
primaria
Hay tantos aspectos relevantes que se se han emitido a lo largo de los sucesivos post de esta serie que se me hace complejo comentar. Más allá de la infrafinanciación del SNS y, especialmente, de la AP, creo que son relevantes, al menos para mí, dos aspectos. Uno es que, desgraciadamente, los poderes políticos realmente no han apostado por el desarrollo de una AP y tengo serias dudas de que lo hagan en un futuro cercano si no son literalmente obligados a ello por los profesionales. De la ciudadanía general no podemos esperar apoyos porque no percibe la importancia de la AP. El Hospitalocentrismo hace tiempo que ganó la partida. Otro aspecto para mí relevante es la propia organización y me refiero la forma de gestionarse. La,política de selección del personal y la carrera profesional es un desastre. Los equipos no se conforman en base a los perfiles precisos. Se forman equipos cuyos miembros tienen unas competencias y, especialmente, unas actitudes muy diferentes. Considero informes indiblemxondormar equipos dotados de una verdadera autonomía profesional. Por supuesto, tendrían que asumir riesgos. Todo muy lejos de la situación actual. Creo que debería haber distintos niveles de compromiso profesional, de manera voluntaria, por supuesto. Conozco a profesionales que estarían dispuestos a salir de la zona de confort y del asfixiante modelo actual. Este modelo no tiene futuro, es castrante, muy burocrático y, sin embargo, sigue siendo defendido por las organizaciones sindicales y las sociedades profesionales de atención primaria. Es realmente cómodo para aquellos que tienen aversión al riesgo, no cabe duda. Quienes piensen que la Atención Primaria mejorará sustancialmente inyectando más dinero creo, sinceramente, que están equivocados. Me quedan cerca de 8 años para jubilarme como médico de familia. Durante este tiempo únicamente he tenido actividad asistencial y responsabilidades docentes como tutor de residentes. Dudo mucho que pueda disfrutar de un modelo distinto al actual pero me gustaría que las nuevas generaciones de médicos de familia puedan disfrutar en un modelo que les permita desarrollarse de una forma más apasionante y lógica que el actual. Por ellos merecería la pena luchar y digo luchar porque no podemos esperar que el cambio venga desde las propias instituciones. Ellas están instaladas en una zona de máximo confort y, además, creyéndose defensoras del Sistema Público de Salud. Somos realmente ingénuos. Entre muchos, por acción u omisión, lo estamos destruyendo, muy lentamente, por supuesto, para que no nos demos cuenta. En definitiva, artículos como estos tienen para mí, al menos, la virtualidad de exponer una serie de argumentos que van a contracorriente de los políticos, sindicatos y asociaciones profesionales, todos sistemáticamente infiltrados para que no ejerzan ningún tipo de contrapeso. En el fondo, ninguno quiere que las cosas cambien de verdad. ¡Sigamos en la olla calentita!
ResponderEliminarDe verdad, mil gracias Daniel. Leerte me da una razón para seguir escribiendo.
EliminarO bien sale de los profesionales o no habrá ninguna solución para la Atención primaria.
Ni politicos, ni gestores ni ciudadanos hagan nada al respecto
De nosotros depende que haya alguna opción aun
Un saludo muy cordial
Hola Sergio,¿conoces la herramienta de autoevaluación on-line que se ha puesto en funcionamiento en la Unidad de Consejo Sanitario Web del País Vasco? Por lo que dices te va a encantar, proporciona "las recomendaciones necesarias en función de tus síntomas basándose en protocolos de actuación sanitaria de Osakidetza". No te la pierdas. Un saludo.
ResponderEliminarhttp://www.osakidetza.euskadi.eus/r85-ckcons02/es/contenidos/informacion/consejo_sanitario/es_consejo/consejo_web.html
Por favor Pedro, intenta otra forma de acceder.
ResponderEliminarNo me deja entrar ( ya se sabe que este tipo de cosas son alto secreto)
Y me interesa muchísimo
Un abrazo y gracias como siempre
Te vuelvo a copiar un encace, a ver si puedes acceder. Se encuentra fácilmente poniendo "consejo sanitario" en el buscador:
ResponderEliminarhttps://consejosanitario.osakidetza.net/consejosanitario/screen/Consejo_Sanitario_Web/es-ES/summary?user=guest
Saludos y feliz año, Sergio.
Nada , no me deja. Reconoce Osakidetza mis aviesas intenciones y me trata como lo que soy, un intruso, en la caja de seguridad del saber
ResponderEliminarQue tanga un gran año
Un abrazo Pedro