martes, 15 de junio de 2010

Si los blogs son la respuesta ¿cuales son las preguntas?


Recién llegado de I Congreso de la Blogosfera sanitaria, asunto que me ha tenido entretenido en los últimos días, deberé pasar por un proceso de digestión de lo escuchado a manera de boa que se acaba de tragar a un labrador: cerca de quinientos inscritos, dos salas paralelas de comunicaciones a pleno rendimiento, alguna sesión parecida al PechaKicha, tres plenarios de blogstorming.
Al margen del análisis en si de lo que puede representar hoy la blogosfera, algo parece evidente, y es el hecho de que hay mucha creatividad ahí fuera, tal vez insuficientemente aprovechada.
Si nos atenemos a la respuesta de la prensa clásica, los blogs son especies evolutivas, que pueden considerarse en cierta forma, especies infecciosas, a la manera de  virus bacteriófagos, que suscita bastante alarma en el ecosistema informativo. Los blogs generan hoy respuestas 
claramente contrapuestas. Para los “negacionistas” ( entre los que se encuentran de forma distinguida medios de comunicación e instituciones), los blogs son un fenómeno inexistente: no aparecen en las noticias, no se utilizan como fuentes, no se conocen en las organizaciones; para los entusiastas como  Jeff Jarvis, en cambio ( autor de Buzzmachine y del fenómeno editorial de ¿ Y como lo haría Google?), los blogs serán un elemento indiscutible en el futuro próximo; de hecho, según él,  ya son utilizadas más frecuentemente como fuente de información  por los americanos que los medios tradicionales.
Jorge Wagensberg analizaba las claves que rigen la naturaleza en su extraordinario libro de “ Si la naturaleza es la respuesta, ¿Cuál es la pregunta?. Me permití parafrasearle en la reunión de ayer, porque creo que los blogs son respuestas a algo, si no fuera así posiblemente no hubieran aparecido.
Y al margen de la consideración que cada uno tenga sobre los blogs, no sería prudente ignorar las condiciones que han permitido su generación. Y que desde mi punto de vista tienen  que ver con dos hechos fundamentales: por un lado la existencia de necesidades insatisfechas entre los profesionales: de información ( más información y presentada de otra forma), de independencia en los que la generan, de credibilidad de los actores ( organizaciones, medios clásicos de información, industria). De hecho, el estudio sobre Confianza de la Fundació Laporte y la Escuela de Salud Pública de Harvard señalaba que entre las profesiones que generaban menor confianza en nuestro país estaban políticos, periodistas, y la banca , que son , por otra parte, las profesiones que dirigen el mundo.
En segundo lugar, la unión de las nuevas redes sociales con los instrumentos 2.0 han permitido que germine el talento oculto, la esperanza para la revolución educativa que señalaba Robinson en el último post. Ha dado voz a los que nunca antes la pudieron tener ( estudiantes y residentes incluidos), y ha permitido que la pasión por hacer algo que encanta ( otra condición clave de Robinson) genere cada vez más conocimiento inteligente y útil.
Cuando se recurre a nuevos instrumentos porque los clásicos no dan respuesta, sería bueno que las organizaciones clásicas reflexionaran sobre el asunto.  Nadie duda de que seguirán existiendo,.pero como especie evolutiva que son, habrán de adaptarse a la existencia de nuevas formas de participación social ,a menudo incómodas, porque hablan de lo que no queremos escuchar. Eso también es irreversible.

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