The occasion is piled high with difficulty and we must rise with the occasion.
As our case is new, so must think anew and act anew
we must disenthrall ourselves and then we shall save our country "
Abraham Lincoln 1862.
Hace unas semanas comentábamos la importancia de las matáforas a la hora de construir los marcos de interpretación de nuestras organizaciones. En su última intervención en los TED, Ken Robinson, uno de los mejores divulgadores sobre educación y creatividad (desde mi humilde punto de vista), insiste en la necesidad de cambiar de modelos en materia educativa. Y también parece que en este terreno la metáfora mecanicista de la cadena de producción tampoco funciona.
Por si no fuera suficiente con una , para Robinson existe una segunda crisis climática, con los mismos orígenes, el mismo grado de severidad y que habría que afrontar con la misma urgencia. Pero en este caso la crisis no es de recursos naturales, sino de recursos humanos, basada en el desperdicio que hacemos de nuestro talento. Pero no del talento de los que son invitados como gurús reputados a dar charlas en el TED, sino el talento de la gente corriente, de esa gente que pasa la vida creyendo que no tiene talento para nada, que no encuentra placer alguno en lo que hacen, esperando cada día que llegue el fin de semana.
Y en el hecho de que sean minoría aquellos que viven su trabajo como una pasión influye de manera determinante el modelo educativo actual que, para Robinson, aleja a las personas de sus talentos naturales.
No hay que mirar muy lejos para comprobar que todos los sistemas educativos están en pleno proceso de reforma. La entrada en vigor del Espacio Europeo de Educación Superior ( el marco de Bolonia que llaman algunos) nos afecta de lleno, como bien comprobamos en nuestra escuela.
Pero, como dice Robinson , tal vez no necesitemos simplemente una simple evolución, sino más bien una revolución, del sistema educativo. Para él, éste es un modelo fast food de educación, que al igual que la comida basura perjudica nuestro cuerpo ,empobrece nuestra mente.
Seguimos creyendo que la vida sucede de una forma lineal ( de una causa deviene siempre el mismo efecto). Pero la vida es compleja, y nuestras organizaciones humanas cumplen perfectamente las principios básicos de los sistemas adaptativos complejos ( leyes sencillas, sensibilidad a las condiciones iniciales, retroalimentación, no linealidad) .El florecimiento humano, para Robinson, no es un proceso mecanico sino orgánico. Y tal vez por ello sea mucho más adecuado la agricultura como modelo y el granjero como metáfora ( los educadores, al igual que aquellos, deberían establecer las condiciones para que el talento florezca, más que insertar a los alumnos en la cadena de montaje)
El mayor obstáculo siempre para el cambio es lo que él llama " la tiranía del sentido común", ese argumento tan habitualmente utilizado de que " no se puede hacer de otra forma, porque siempre se ha hecho así".
Las comunidades depnden de que existan diversidad de talentos, no de que exista una única definición y concepción de lo que es la habilidad. En tiempos tan tormentosos como los actuales ( auqneu por la cita de Lincoln parece que en todas las épocas cocieron habas) esto puede ser especialmente importante.
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