“Veo bastante forzada la existencia de delitos en la privatización de la sanidad. El Derecho Penal está para otra cosa”.
José Javier Polo Rodríguez. Fiscal Jefe Provincial de Madrid
“El delincuente” es un hombre de mediana edad y tiene una hija de 18 años. Un día, ante sus insistentes peticiones para que le enseñe los fundamentos de la conducción antes de pasar por la autoescuela, decide enseñarle en el coche de la familia los rudimentos de la tarea ( colocar bien los espejos, aprender el juego de las marchas, identificar donde está el embrague). Se acercan a las afueras de su barrio, a una de esas zonas de urbanización fantasma, donde la crisis sólo dejó como residuo los trazados de las calles. Cuando acaba de colocarse ella en el asiento del conductor, y él le está explicando que el embrague se pisa con el pie izquierdo, aparece un coche de la eficiente policía local, que inmediatamente exige la documentación del coche y el carné de conducir. El padre intenta explicar la situación. El agente no atiende a razones y con ese tono entre displicente y chulesco que tan a menudo emplean, le pregunta si han cerrado al tráfico las calles, además de si posee la autorización como profesor de autoescuela. Ante la falta de respuesta convincente, padre e hija son conducidos a la comisaría de policía. Se les acusa de cometer un delito contra la seguridad vial. En el juicio rápido celebrado al día siguiente, el juez le fija una multa sustanciosa como cooperador necesario en un delito, que quedará desde entonces debidamente registrado en su hoja de antecedentes penales.
Interpretando las declaraciones de el Fiscal Jefe Provincial de Madrid, este debe ser el tipo de cosas para las que “sí está” el Derecho Penal. A la que deben dedicar sus esfuerzos los esforzados agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. No digo que esté bien acercarse a una zona apartada, sin peatones ni vehículos a la vista, para enseñar los fundamentos de la conducción a un hijo (aunque tal horrible conducta haya sido practicada por varias generaciones de españoles desde que se generalizó el uso del coche). Pero quizá no estaría mal tener en cuenta algo llamado proporcionalidad.
Considerar en cambio que el Derecho Penal no está para delitos como prevaricación, cohecho y malversación, no deja de ser sorprendente. A no ser que no se quiera investigar por otro tipo de razones.
La desestimación del recurso del ex Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Juan José Güemes, y el consiguiente mantenimiento de la imputación del mismo y su antecesor ,Manuel Lamela, de los delitos de cohecho y prevaricación tras la querella interpuesta por la asociación Afem que representa a una amplia proporción de los médicos madrileños, es una situación impropia de un país decente, y da una idea del nivel de soberbia, desvergüenza y clientelismo que ha llegado a desarrollar a lo largo de los años el gobierno de la comunidad de Madrid. El fiscal del caso, dependiente del Fiscal Jefe Provincial, se adhirió también a los recursos, ahora desestimados, de Güemes y el resto de imputados (entre los que se incluye la actual Viceconsejera de sanidad y el Director General de Hospitales ) , dando muestras de una imparcialidad impecable. Podemos confiar sin ningún género de dudas que la fiscalía velará por los intereses de los madrileños.
El hecho de que personas con alto nivel de responsabilidad en algunas de las empresas adjudicatarias acaben de altos cargos de la Consejería de Sanidad, que el propio Consejero de Sanidad acabe en una de las empresas adjudicatarias de los concursos que él convocó al abandonar su cargo, o que directivos de alguno de los centros públicos sean a la vez miembros de los centros privados a los que se derivan pacientes desde los centros públicos, se consideran razones “forzadas” como para aplicar el Derecho Penal. De la misma forma que la Fiscalía de Madrid ha pedido el sobreseimiento provisional de la causa abierta contra el borrado de los discos duros de los ordenadores del ex tesorero del Partido Popular Luis Bárcenas, al entender que no existe ningún delito de datos informáticos al no existir la llamada “ ajeneidad de la cosa”, esperamos con interés la argumentación para evitar que ciudadanos tan distinguidos como los imputados en la causa de la privatización sanitaria madrileña sean considerados “delincuentes”. El término queda para los padres que enseñan a conducir a sus hijos en polígonos desiertos.
(Fotografía: toma de posesión del Sr Polo, publicado en el diario la Quincena.es)
Mea culpa Sergio. Yo he pasado por el episodio que describes, en la urbanización fantasma, Y he tenido que permanecer como copiloto, dentro de un coche aparcado, hasta ver desaparecer el ominoso y vigilante justiciero que en lontananza esperaba enchironar al infractor.
ResponderEliminarEsa es nuestra realidad. La otra es absolutamente virtual, como el pais donde sucede. No te agobies.
Gracias Emilio. Me da escalofríos pensar que lo que comenté no era una excpeción sino la norma. No hay más que ver internet. A eso se dedican las fuerzas y cuerpos de seguridad de este estado. Y no se les cae la cara...
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