viernes, 15 de noviembre de 2013

Tranquilo en tu sillón

Si en España el aumento del paro ya va por el tercer millón
Y si el campo se va a la mierda
y el poder huele a corrupción
Tranquilo, no te pongas nervioso, tranquilo
Tranquilo majete en tu sillón

Tranquilo majete. Celtas Cortos.1993.

El fiscal anticorrupción Pedro Horrach acaba de registrar un escrito en el juzgado de Palma que investiga el caso Urdangarín en el que sostiene que no existen indicios de delito en la actuación de Cristina de Borbón, no procediendo por ello su imputación. Horrach lo presenta antes de que el juez Castro, que investiga el caso, pida siquiera la opinión a las partes. Excusatio non petita, accusatio manifesta.
Diez años de investigación judicial sobre la mayor catástrofe ambiental ocurrida en España en la última década ( el hundimiento del Prestige)  concluye absolviendo a todos los acusados.
España es la décima potencial mundial en fraude fiscal, que representa más del 22% del PIB. No parece que el gobierno español tenga el más mínimo interés en perder tan privilegiada posición.Las SICAV (Sociedades de Inversión de Capital Variable), principal medio de inversión de las grandes fortunas y las familias de mayor poder en España ( Koplowitz, del Pino, Ortega, Entrecanales,…),  cuyo capital asciende a cerca de 24.000 millones de euros,  seguirán tributando solamente el 1%. El Ministro de Hacienda español, Montoro, estima que no es el momento de intervenir sobre ellas, ante el riesgo de “deslocalización” de las fortunas. Sí que es el momento en cambio para que el tribunal constitucional suspenda de manera cautelar la ley de la Comunidad Foral de Navarra que permitía expropiar fincas a la Banca, y que iba destinada a frenar el drama de los desahucios. Dicha norma fue probada por el parlamento navarro con los votos en contra del Partido Popular español y la Unión del Pueblo Navarro. La maquinaria político-económica-.judicial funciona como un reloj suizo ( nunca mejor dicho)
Como decía Paul Krugman el pasado fin de semana refiriéndose a Estados Unidos estamos en plena guerra contra los pobres, nueva modalidad bélica en que el bando de los ricos y sus gobiernos afines conquistan cada día nuevas posiciones sin la más mínima oposición de sus adversarios. Los demás miramos desde el sillón.
El pasado sábado, según informa David McCoy desde su blog en el BMJ, más de 250 personas se reunieron en Londres en la conferencia Medact sobre las interfases entre salud, políticas, ecología, economía y violencia. Entre los oradores algunos de los más prestigiosos ( y beligerantes) expertos en políticas sanitarias como Richard Horton , Allison Pollock, Iain Chalmers, John Lister o Andy Haynes. Junto a ellos gente como Jim Welsh (Amnistía Internacional) o Charlie Kronick ( Greenpeace).
La conferencia estaba dirigida en primer lugar a recabar la  atención sobre tres  crisis interconectadas sobre las que apenas existe control, y que están significando una involución de las mejoras en salud alcanzadas en las últimas décadas: la guerra y la militarización creciente, el cambio climático y el incremento de la desigualdad y la pobreza. Aunque cada una de esas tres crisis tiene su propio desarrollo las tres guardan puntos en común relevantes.
Por ejemplo, los devastadores efectos del tifón que recientemente asoló Filipinas (y que rápidamente desvincularon de los “presuntos efectos del calentamiento” los medios de comunicación conservadores europeos), son buen ejemplo de cómo los efectos sobre el clima acaban generando más miseria y pobreza, cuando no muerte.
Así mismo la conferencia aspiraba a hacer explícitos los factores sociales y políticos que han posibilitado estas crisis: la desigualdad, la evasión de la democracia y el avance del neoliberalismo. La desigualdad extrema supone una “patología estructural” que forma la base de un conjunto de políticas, leyes y normas que dañan tanto al planeta como a la mayor parte de sus habitantes. La evasión de la democracia es una “patología política” que refuerza la injusticia y perpetua los fallos del gobierno. El neoliberalismo es una “patología ideológica” que sustenta tanto la desigualdad como la evasión de la democracia , inhibiendo nuestra capacidad de pensar que otro mundo es posible. Como decía Mark Fisher  es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del neoliberalismo.
Quien así opina,David McCoy, comenzó trabajando de clínico, continuó dedicándose a salud global y asistencia al desarrollo , pero cree que ahora resulta imprescindible trabajar de forma integrada en los campos de la economía, la política, la ecología y la salud.
Med Act es una organización de y para profesionales sanitarios que pretende abordar las causas subyacentes de la enfermedad, la violencia, el conflicto, y el colapso ecológico. Sus principios son la evidencia científica, la justicia social yl os derechos humanos . Pretende analizar, investigar , informar , educar pero también constituirse en "grupo de presión”.
En Reino Unido los profesionales sanitarios son cada vez más conscientes de que la política es cada vez más una prioridad. Pero que es preciso abordar al margen de los partidos políticos, porque éstos hace tiempo que dejaron de representar a buena parte de la población. Aquí la situación no es diferente, ni menos crítica. Pero seguimos sentados tranquilamente  en nuestro sillón.
(Viñeta de El Roto en El Pais)

2 comentarios:

  1. Me llama la atención particularmente una frase: “es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del neoliberalismo.” Tal vez por eso alguien habló del “fin de la Historia”, una vez alcanzado este maravilloso paraíso terrenal.
    Claro que es más fácil. A fin de cuentas, ¿qué puede ser el fin del mundo sino el fin del mundo de uno? Vemos, cada día ya menos, la tragedia de Filipinas. Bueno, es su “pequeño” fin del mundo que, gracias al altruismo de naciones como la nuestra, concluirá en un nuevo renacimiento para mejor, como en Nueva Orleans.
    Lo vivimos aquí, en el Fin de la Tierra según los romanos, en forma de lo que tantos exagerados anti-sistema llamaron catástrofe del Prestige. Catástrofe, nada menos. Pero ya vimos que todos estaban equivocados y que todo el rigor de la Justicia tuvo que ceder ante la bondad de tanto inocente al que se atribuía culpa. Y esta tierra supo reconocer a tiempo su gran e injusto error de apreciación votando mayoritariamente al PP y haciendo presidente de gobierno de nuestro país a alguien con sentido del humor, necesario para ver con tranquilidad las cosas (hilillos de plastilina). Hace años, otro varón preclaro como el ministro Sancho Rof iluminaba con su sensatez científica el supuesto problema del aceite tóxico. Y más recientemente una ministra ilustre relacionó de algún modo que, por ignorancia, no he entendido, el caldo con los priones.
    Todo fin del mundo imaginable lo es también conjurable desde la permanencia del neoliberalismo. Tengamos fe en ello. Seguro que Noé no era precisamente comunista.

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  2. Gracias Javier.Genera estupefacción como se quedan de satisfechos ante sentencias que son basolutamente irracionales: ¿Como es posible que nadie sea responsable de un hecho tan grave? Y lo que es peor: ¿Como pueden mofarse algunos de los voceros de la prensa más rancia del trabajo de tanta gente que solo luchaba por recpuerar la costa?
    La razón última la expresas muy bien: después de esa catástrofe ganaron las elecciones. Aqui nadie paga ( ni en los juzgados ni en las urnas) los desmanes que comete)

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