“El capital social que hizo posible el NHS fue un acuerdo compartido basado en la SOLIDARIDAD. Si ese entendimiento se sustituye por el CONSUMERISMO, el NHS habrá perdido sus cimientos”.
La economía política de la salud. Julian Tudor Hart,2006.
En el mercado, las reglas de juego que regulan el intercambio de bienes y servicios permite que uno pueda acceder a éstos si dispone de los recursos necesarios: el cliente siempre tiene razón si antes ha pagado el precio.
El mundo de los seguros florece aprovechando la aversión innata del humano a la pérdida, ya sea de su negocio, su casa o su salud. El contratante, temeroso de contraer riesgos innecesarios, será cuidadoso en garantizarse la cobertura de aquellas contingencias más catastróficas; el contratado buscará la manera de escabullirse si éstas si se producen;será la letra pequeña del contrato la que determinará si se incluyen o no los tres golpes sufridos por contrarios desalmados que no dejaron sus datos, la inundación del sótano por obstrucción de arquetas, o si la cirugía de hígado incluye o no el empleo de CUSA. De comunicar más “siniestros” de los deseables, uno acabará viendo como se le rescinde la póliza o, incluso, incluido en un listado de clientes gravosos muy poco atractivos en el mercado.
A diferencia de los anteriores, los sistemas públicos de salud se basan en la solidaridad entre generaciones (de los más jóvenes a los más viejos), y entre clases (de los más ricos a los más pobres). Mi aportación, sea grande o pequeña, deja de ser mía en el momento en que pasa a formar parte de la caja común. A partir de entonces son los representantes de todos esos contribuyentes los responsables de emplear ese fondo de la forma más efectiva, eficiente y equitativa posible; tendré derecho a los servicios que permita esa financiación común, en las condiciones que se establezcan, no en las condiciones que a mí mejor me parezcan.
“No hay modo de asumir todas las demandas de atención concebidas en un mercado de consumidores”, escribía también Tudor Hart en el mismo libro. Porque los sistemas basados en la solidaridad, priman la equidad en el acceso a lo esencial, pero nunca podrán dar respuesta a la infinita diversidad de preferencias que tendrán todos y cada uno de los que contribuyen a construirlo. El gran error de los responsables políticos de nuestro sistema nacional de salud, en sus más de tres décadas de evolución ha sido ignorar este principio, y tratar a los usuarios del sistema como clientes multimillonarios que “siempre tienen razón”, y a los que en caso de quedar insatisfechos es posible “ devolverles su dinero”.
En Estrella de plata, la novela de Arthur Conan Doyle,Sherlock Holmes llama la atención de Watson sobre el curioso incidente del perro a medianoche. Cuando éste le pregunta sobre qué es lo curioso, Holmes responde que el hecho de que un perro no ladrara cuando debería haberlo, lo que le permite solucionar el caso.
En buena parte de las urgencias españolas, hospitalarias o ambulatorias, se producen curiosos incidentes de picor de pies a medianoche; personas que acuden a la urgencia a cualquier hora del día o de la noche por motivos banales, incluso anecdóticos. La inmensa mayoría de ellos podrían atenderse en sus centros de Atención Primaria, mucho de ellos incluso nunca deberían generar una consulta médica.Al igual que en la novela de Conan Doyle esos pequeños incidentes también son indicios de algo:de la conversión de un sistema basado en la solidaridad a uno centrado en los deseos de sus clientes, y por lo tanto, inviable como sistema público.
Ante el mal uso de los servicios sanitarios por parte de los ciudadanos, los políticos miran para otro lado. Sus gestores inventan eufemismos para catalogarlos, les etiquetan como C4 o C5, que no son nuevos modelos de Citröen, sino personas que no deberían estar allí.
La respuesta política al crecimiento de la demanda en urgencias es aumentar el número y espacio destinado a éstas, e incrementar las plantillas de profesionales sanitarios: como ya publicó Juan Simó, mientras el crecimiento de nuevos efectivos en atención primaria se mantuvo prácticamente estable en los peores años de la crisis (2007-2013), en las urgencias hospitalarias aumentaron en 33 puntos, desde 130 en 2007 a 163,5 en 2013.
El análisis del fenómeno de la sobrecarga de urgencias por parte de buena parte de políticos y gestores suele llevar siempre a la misma conclusión: es la Atención Primaria la que no resuelve, lo que acaba generando un uso inadecuado de la urgencia, porque el ciudadano es soberano y nunca se equivoca.
Si se quiere de verdad mantener un sistema nacional de salud sin duda se precisará mejorar su funcionamiento, optimizar su eficiencia, incrementar los recursos destinados al mismo. Pero nada de eso será suficiente si no se consigue implicar a los ciudadanos en su sostenibilidad. Y eso implica decir No de una vez al uso abusivo e injustificado de los servicios sanitarios.
La esencia de la democracia es que el votante nunca se equivoca. Si siempre acierta al escoger a sus representantes, cómo se va a equivocar al usar un servico público!. Por qué el consumo de servicios sanitarios va a ser distinto del comsumo de servicos de representación política?. Ante las barbaridades de los sistemas totalitarios hemos optado por una democracia de consumidores satisfechos a los que nos pican los pies. Y siempre encontraremos un médico o un político que nos de la razón (si le da la razón a otro le llamamos populista)
ResponderEliminarSi, ya comenté hace unas semanas el fundamento de las opiniones de la ciudadanía, en aquel caso americana, tanto más partidaria de intervenir en Ucrania cuanto menos conocimiento tuvieran de donde estaban
Eliminarhastq ue descubramos una forma mejor de elegir a los que nos gobiernan, o hasta que seamos capaces de elegir basados en información cierta y no en barruntos de hooligans, al menos deberian resistirse aquellos que son conscientes del despropósito ( profesionales y gestores implicados porque a los politicos no se les puede pedir que vayan contra su verdadero interés que solo es el de ganar elecciones, para lo que están dispuestos a todo)
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ResponderEliminarCuanta razon tienes...el mal uso de las urgencias hispitalarias ya ocurria hace 20 años. Cuando le decias a un paciente que su motivo de consulta no era urgente y que acudiera a su medico de familia, el responsable de la guardia (un adjunto con experiencia suficiente para saber que la consulta era banal) te llamaba y te obligaba a visitar al paciente tras la queja del mismo. De residente, yo misma he solicitado analiticas a pacientes que acudian a hacerse el chequeo a urgencias tras requerimiento de los adjuntos, aplicando la maxima de medicina defensiva en su mas puro estilo. Y asi aprendimos varias generaciones de medicos, a dar siempre la razon al "impaciente" que no al paciente discreto que si merecia atencion, tiempo y cuidados. A ver si tu articulo y unos politicos mas valientes consiguen cambiar practicas de usuarios y de medicos que se aceptan desde hace lustros.
ResponderEliminarSi, es cierto Elena.
EliminarY esos adjuntos sumisos son tan responsables como los politicos demagogos
No pueden eludir en que participan en la demolición del sistema
Un saludo
El medico de familia se ha convertido en el cajon de sastre del sistema. Todo lo que el nivel hospitalario no quiere asumir lo manda "a su medico de cabecera" Ni siquiera hacen las bajas en el hospital en ingresados aunque les corresponda...
ResponderEliminarA menudo, cuando leo tus artículos, pienso en lo difícil que es la coexistencia, en la mayoría de los políticos, de dos características: competencia y decencia, aunque, hasta cierto punto, creo que difícilmente se puede ser competente siendo un indecente. Cuando, por acción o por omisión, se favorece el deterioro del SNS, no se puede afirmar que uno lo defiende. Claro que, para completar la tarea, necesitan la inestimable ayuda de una conveniente cantidad de gestores con buenos fundamentos teóricos, en el mejor de los casos, pero que, me temo, han vendido su alma al diablo aunque no se hayan dado cuenta.
ResponderEliminarQue razón tiones en tu artículo. Pero ¿quien pone el cascabel al fato de llamar al las cosas por su nombre?
ResponderEliminarComo dice Elena , uno intental educar e non el uso de los sistemas públicos. Pero siempre viene alguien "por arriba"que te desacredita o te "cirrige" por miedo al reclamaciones o por populoso. Mientras entre todos no lo cuidemos el sistema público al menos a sanitarios está abocado a su desaparición por el abuso y la falta de recursos
Gracias a todos
ResponderEliminarteneis razón en la importancia de la decencia y la coherencia como señala Daniel. Se ha perdido por el camino, acabando por deshechar de sistema a los que mantienen lealtad a sus principios en lugar de asumir sin rechistar órdenes
Ningun partido quiere gestores buenos, fuertes, profesionales de verdad porque les supone un incordio. Por lo que echan mano de aquellas personas que no dan problemas, que aceptan lo que se les manda.
Solo desde una oposición firme a las majadaerias porias intentar revertirse una situación muy dificil.