viernes, 8 de marzo de 2019

Lancet feminista

El pasado 8 de febrero el Lancet publicó un número especial sobre Feminismo y Salud, resultado de una convocatoria abierta a la que concurrieron más de 400 trabajos de más de 40 países.. En estos tiempos en los que el término feminismo produce urticaria a muchos, en que supuestos demócratas se resisten como sospechosos en el cuarto de interrogatorios a declararse feministas por las connotaciones del término, no está de más ver lo que opina una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo, exponente de esa ciencia ante la cual habitualmente se les cae la baba. 
El editorial de ese número comienza con la cita de Bel Hooks ( Feminism is for everybody: passionate politics.Pluto Press.2000): “Ser feminista en el auténtico sentido de la palabra es aspirar a que todas las personas, sean hombre o mujer, se liberen de los patrones sexistas de dominación y opresión”. El editorial continua:“ Casi 40 años después, el mundo continúa anclado en una desigualdad de género tan dominante como inexcusable, sostenida por los prejuicios y el sexismo, de la que no se salvan la investigación y los temas de salud”.
La posición de la revista no deja lugar a muchas dudas: la lucha por la igualdad de género no es una cuestión de mujeres que se confabulan cada 8 de marzo para salir a la calle. Es una cuestión que nos afecta a todos, si las declaraciones pomposas sobre la igualdad queremos que se conviertan en hechos y no en simples panfletos políticos para engaño de incautos. Por eso , como comenta el editorial, el feminismo es cuestión de todos: “ de hombres y mujeres, de investigadores, médicos y financiadores, de los líderes de las instituciones y sí, también de las revistas médicas”.
Sería interesante interpelar a muchos de los jefes de servicio, directivos de las organizaciones o políticos de turno hasta que punto están de acuerdo con la postura de Lancet. Si ellos también consideran que no pueden considerarse feministas porque el término es demasiado “ comprometido”, demasiado próximo a los planteamientos de izquierda, demasiado amenazante para nuestra identidad de machos.
Un grupo de profesionales españolas, del ámbito mayoritariamente de la salud pública decidieron traducir el número del Lancet al español. La cuestión no es baladí: también en este terreno , y específicamente el ámbito de la investigación , la desigualdad y la asimetría es notoria. El mundo se escribe e interpreta desde el inglés. Buen número de trabajos, iniciativas y experiencias no son conocidas ni divulgadas precisamente por escribirse en español. El sesgo que genera el idioma a la hora de producir conocimiento es enorme. Y esta asimetría es de doble sentido: no se conoce en el mundo lo que la comunidad latinoamericana produce, pero la comunidad latina también acaba por dar la espalda a lo que se escribe en la lengua del imperio.
Por eso es tan valioso lo que estas colegas, de trayectorias profesionales brillantes y talento no discutible, han hecho. Porque además no se han limitado a hacer una traducción, sino una interpretación en muy diversos formatos ( relecturas, interpretaciones, ilustraciones, audiovisuales), de cada uno de esos trabajos.
Un documento imprescindible.

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