miércoles, 12 de agosto de 2020

La necesidad de una evaluación INDEPENDIENTE sobre la respuesta a la COVID-19 en España


El pasado viernes 7 de agosto se publicó una carta en la revista The Lancet en la que solicitábamos una evaluación independiente de la gestión de la crisis sanitaria derivada de la pandemia COVID-19 en España: no sólo de la gestión del gobierno central, sino de la gestión integral de TODOS los servicios de salud del país. Son numerosas las sociedades y organizaciones que se han adherido a la petición. Creemos que la realización de la misma está sobradamente justificada: España a fecha de hoy solamente es superada en muertes por millón de habitantes (611) por Bélgica (852), Reino Unido (686) y Perú (673), exceptuando los casos anecdóticos de San Marino y Andorra. Ese ratio se obtiene empleando el número de casos oficialmente reconocidos por el gobierno de España. Si se empleara el criterio recomendado por OMS ( casos con prueba diagnóstica positiva y casos con sospecha fundada de infección por COVID-19) la cifra de muertes superaría los 44.000, y el ratio estaría cercano al millar por millón, el mayor del mundo (955). Pero además el número de profesionales infectados supera los 52.000, una de las cifras mayores del mundo también.

La necesidad de evaluación independientes de lo ocurrido en la pandemia no es una petición excepcional: en Reino Unido se conformó el “Indie-SAGE” para aportar información sustentada científicamente al margen del gobierno británico, y desde países como Suecia a organismos internacionales como la OMS pretenden analizar lo realizado de forma independiente.

Al concluir los trabajos de la comisión de reconstrucción del Congreso, los partidos políticos descartaron llevar a cabo evaluaciones independientes. Decía Upton Sinclair, el autor de la magnífica Doctor Arrowsmith,  que “es difícil que un hombre entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda”. Puesto que una gran mayoría de los partidos con representación parlamentaria han ejercido, directa o indirectamente, labores de gestión de la pandemia, es entendible que prefieran no profundizar en lo sucedido, habida cuenta de que ningún gobierno regional o nacional tiene nada de que presumir. El silencio del presidente del gobierno a la petición de evaluación externa o la respuesta del portavoz del Partido Popular en el Senado  (ignorando que no solo se pide una evaluación de lo realizado por el gobierno central sino de todos los gobiernos autonómicos también) son muestras de ello.

Para el Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad la iniciativa “no le parece ni bien ni mal” aunque entiende su justificación: “No creo que haya ningún profesional de la salud pública en España que considere que no haya que hacer una evaluación independiente y a ser posible con una visión lo más externa posible". Sin embargo introduce unos interesantes matices: asegura que el Ministerio se lo ha planteado desde hace dos o tres meses (si lo hiciera el Ministerio difícilmente sería independiente, además de que uno podría preguntarse por qué no lo han hecho aún), duda de que puedan encontrarse expertos idóneos para realizarlo ( “porque la mayor parte de los expertos que tienen la experiencia necesaria están muy involucrados en la gestión de los brotes en sus propios países”), y considera que hay que identificar el momento adecuado para realizarla.

Supongamos que ante un accidente aéreo con más de 400 víctimas mortales las autoridades del país se mostraran reticentes a buscar y analizar la caja negra, considerasen la evaluación independiente innecesaria,  o argumentasen que no hay técnicos expertos en seguridad aérea suficientemente capacitados para hacerlo al estar todos muy ocupados en sus obligaciones rutinarias. Sería poco entendible que se empleara como excusa que convendría esperar a mejores momentos para llevar la investigación a cabo.

Los accidentes aéreos suelen ser consecuencia de un cúmulo de circunstancias que se alinean lamentablemente para provocar la catástrofe, como demostró Reason. Por supuesto que en muchos de ellos hay circunstancias imprevisibles e incontrolables como pueden ser fenómenos atmosféricos adversos; pero suelen coincidir con defectos en la propia aeronave, en el tráfico aéreo o en las decisiones de los pilotos. El impacto hasta la fecha del COVID 19 en España equivaldría a la caída de 100 aeronaves: es urgente conocer por qué se produjo tanto daño, no para culpar a nadie pero sí para averiguar las causas, identificar responsabilidades y sobre todo sacar las lecciones pertinentes para que algo así no se vuelva a producir. Es exigible en un país que se considere a si mismo serio, y es imprescindible para explicarles a los familiares de tantos muertos qué es lo que ocurrió.

1 comentario:

  1. Todo ok salvo los pellizcos de monja a Simón, que delata vuestra aversión y envidia al personaje : qué pesaos

    ResponderEliminar