sábado, 20 de febrero de 2010

Magia y precisión

No me descubras el secreto
es tu manera de dejarme quieto.
Esta vez has dado en el blanco,
en todo el camino no hemos dado un paso en falso
Es magia con precisión.
Magia y precisión. Nacha Pop.


Mientras tomábamos un estupendo té en el despacho, mi amigo José Francisco García me pone sobre la pista de otra interesante historia. Habla de magia y de un mago especial, James Randi . Aunque tenga una bien ganada reputación en magia y escapismo, Randi mantienen su particular cruzada contra el engaño y el fraude, ofreciendo incluso un premio de un millón de dólares a aquel que sea capaz de probar,bajo condiciones de experimentación, la efectividad de cualquier tipo de fenómeno paranormal, sobrenatural o similar ( algo comprensible en alguien que tiene en su web una llamada a la colaboración con Haití con el título de Los No creyentes dan su ayuda).
En su web, Randi se hacía eco hace un par de semanas, de un comentario de Steve Novella uno de los autores del siempre interesante Medicine Based Science respecto a la historia de Andrew Wakefield.
En 1998, éste y otros 11 colegas, publicaron en Lancet un artículo (Ileal-lymphoid-nodular hyperplasia, non-specific colitis, and pervasive developmental disorder in children) que generó una epidemia de histeria respecto a la potencial relación entre la administración de la vacuna MMR (mumps, measles, rubella) y el autismo. A resultas de ella, las tasas de vacunación en el Reino Unido con dicha vacuna cayeron significativamente, y volvieron a aparecer numerosos casos de sarampión y paperas, casi desaparecidos por aquel entonces. Tal vez alguien lo recuerde.Una década después, dicho estudio no había podido ser replicado por ningún otro grupo de investigadores, ni se había establecido la presunta relación entre la vacuna y el autismo en ningún otro estudio.
Pero el problema no es que el estudio fuera erróneo ( cuantos lo son), sino que además de fraudulenta, la conducta de Wakefield fue catalogada por e l General Medical Council como deshonesta e irreponsable. ¿La razón? Wakefield había recibido retribuciones como experto por los abogados que habían presentado la demanda por los supuestos daños cuasados por la vacuna. De hecho,parte de los niños que participaron en el estudio en cuestión eran hijos de los demandantes.
Lancet abrió una investigación. 10 de los 12 autores retiraron su apoyo al estudio y a sus conclusiones,y la revista se retractó en 2004..Se retractó, pero no retiró el artículo. Han tenido que pasar otros cinco años más para que la patraña haya sido retirada por fin del Lancet.Algo que, como dice Novella en su post, debería haberse hecho hace mucho tiempo.
Una vez más la ciencia da la razón a mi abuela ( La vigilia la inventó un Papa que tenía un hermano pescadero). Aunque lo nieguen los papas y los pescaderos.

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